martes, 30 de septiembre de 2025

Ya falta menos para la perdiz

El domingo llamé a Kiko Zandio para preguntarle cuándo abre para la perdiz. Los cotos de caza intensiva comienzan el día 1, pero La Patirroja esperará hasta el 8 de octubre, coincidiendo con la apertura de la veda general en Castilla La Mancha. El tiempo pasa muy rápido. Conforme nos hacemos más mayores, parece que todo transcurra aún más deprisa. Parece que fue ayer cuando colgábamos las escopetas en el armero hasta la próxima temporada y ya han transcurrido casi ocho meses. Este verano apenas ha llovido en la Mancha, y las primeras semanas de octubre prometen ser todavía muy calurosas. Estaremos atentos al tiempo para evitar cazar en jornadas de calor, sobre todo cuando vamos con perros. Esperemos que esta temporada todavía pueda acompañarnos Elías, que se jubiló el año pasado. En los últimos años he cazado siempre con él y, además de un buen compañero, algo fundamental en una jornada de caza, es, sobre todo, una excelente persona. Blaki ya está inquieto, como si barruntara que estoy escribiendo sobre caza. Lo tengo aquí, a mi lado, con cara de circunstancias mientras escribo estas líneas. Mirándome sin quitarme ojo, como si supiera que estoy escribiendo algo relacionado con él.
Ya falta menos. En unos días estaremos en el campo, detrás de las patirrojas. Este año, en general, la perdiz ha criado bien; la climatología ha acompañado y, además, ha sido un año de siembras de cereal en muchos rincones de España. Agua y comida no les ha faltado. El control de predadores es la otra gran batalla de los gestores cinegéticos, muchas veces perdida, con un número creciente de jabalíes y otras especies como zorros o jinetas que arrasan los nidos. En otros cotos, en cambio, la perdiz sigue sin recuperarse tras una pésima gestión en sus acotados. Se ha permitido su caza cuando debería haberse prohibido, se siguen empleando los tres tiros en lugar de dos, no se han acortado las jornadas de caza que continúan desde que amanece hasta las dos del mediodía y no se han tomado medidas que favorezcan su cría. Si la perdiz no se cuida, termina por desaparecer. Esa labor compete a los cazadores. A la perdiz hay que ayudarla a recuperar su hábitat natural. Las prácticas de la agricultura intensiva cada vez más generalizada han destruido gran parte de su entorno. La viña en vaso prácticamente ha desparecido y en su lugar se levantan estructuras metálicas que afean el paisaje y donde a la perdiz le cuesta criar porque no se ve protegida de amenazas externas. La utilización de productos fitosanitarios también ha sido muy dañina. Yo vengo observándolo en el campo. Casi no hay pájaros. Antes era común ver jilgueros, verderones, gorriones, petirrojos, verdecillos… El trinar de los pájaros con el que muchas veces nos despertábamos es casi ya un recuerdo. La perdiz tiene muchos enemigos en el campo. Sobrevivir es una lucha constante.

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