lunes, 18 de agosto de 2025
Miles de animales calcinados por los incendios
Aunque no existen cifras oficiales o creíbles sobre el número total de animales fallecidos en los incendios recientes, la magnitud de la tragedia habla por sí sola con más de 160.000 hectáreas arrasadas, la mayoría de monte-muchos fuegos siguen activos en el momento de redactar estas líneas- una superficie equivalente a varias veces la ciudad de Madrid- podemos hacernos una idea de los miles de animales que habrán perecido estos días víctimas de los incendios forestales, la mayoría provocados por la mano del hombre y no por causas naturales.
En incendios pasados, como los de 2022, la Fundación Franz Weber que lleva a cabo campaña para la protección de la flora y la fauna y otros estudios han estimado que más de un millón de animales (silvestres y domésticos) podrían haber muerto en incendios similares, pero se trataba de predicciones basadas en modelos, no recuentos directos. Estas estimaciones se basan en densidades promedio de fauna por hectárea, por lo que no son muy fiables desde el punto de vista estadístico, pero nos dan una idea de la tragedia.
En la fotografía un venado y un jabalí calcinados en uno de los incendios recientes que asolan el país
Hablamos de hectáreas quemadas, sin pararnos a pensar que el monte lo habitan animales invisibles a los ojos de los humanos, pero esenciales para mantener el equilibrio de la naturaleza y de los ecosistemas.
En las redes sociales se han compartido unas imágenes durísimas que muestran a un venado y un jabalí, entre otras especies cinegéticas, que no pudieron escapar de las llamas del fuego. Son solo un ejemplo visible de una tragedia mayor que afecta a innumerables especies de fauna, algunas de ellas protegidas como el lince ibérico, y a la flora de nuestro país, las grandes perjudicadas de una política ambiental que muchas veces se decide desde los despachos de espaldas al mundo rural.
El daño es inmenso y costará años, quizá décadas, recuperar los ecosistemas destruidos por el fuego. Solo con prevención real, gestión forestal responsable y un mayor respeto hacia la naturaleza será posible mitigar para que tragedias como esta, no se repitan en el futuro.
Es importante, en este sentido, reforzar las tareas de prevención, no recortando presupuestos ni plantillas y escuchando a la voz del campo, que conoce el monte mejor que nadie. Y, por supuesto, reformando el Código Penal para endurecer las penas contra pirómanos e incendiarios, responsables de una destrucción cuyas consecuencias sufriremos durante décadas.
sábado, 9 de agosto de 2025
Juan Carlos Palomares gana la tira de plato de Vallada
El tirador de Xátiva, Juan Carlos Palomares, se proclamó vencedor de la tira al plato en la modalidad de foso universal, celebrada este pasado sábado día 9 en el campo de tiro El Tollo de Vallada, con motivo de las fiestas patronales.
De izda a dcha: Patricio Simó, Juan Carlos Palomares, Joel Pastor, José Juan, Juan Marco y Emilio Espada. Foto: Rafael Pastor
A pesar del sofocante calor-el termómetro alcanzó los 36 grados- la prueba reunió a 40 escopetas, demostrando la vigencia y el atractivo de este deporte en la comarca de la Costera.
El bajo porcentaje de platos rotos se debió a la dificultad de este campo de tiro, lo que sorprendió a los tiradores más experimentados.
Tras la primera ronda, Patricio Simó, Juan Carlos Palomares y Juan Marco empataron a 23 platos.
En el barrage, Palomares se impuso a Simó y Marco que finalizaron en segunda y tercera posición, respectivamente, tras un emocionante desempate decidido en el último momento. Simó erró el plato 23º y 24º y Palomares el 25º.
En otras categorías, Emilio Espada se llevó el premio en veteranos, Joel Pastor ganó en júnior y el premio local fue para el valladino, José Juan.
Clasificación general
1º Juan Carlos Palomares 23+22
2º Patricio Simó 23+21
3º Juan Marco 23+19
lunes, 4 de agosto de 2025
Cuenta atrás para la media veda
La noche antes a la apertura de la media veda no soy capaz de conciliar el sueño. Me pasa cada vez que voy a cazar. Y el día que deje de ocurrirme, ya no será lo mismo. Me muevo de un lado al otro de la cama sin pegar ojo, nervioso, pensando en los lances del día siguiente, repasando mentalmente cada detalle.
Son los mismos nervios que sentía cuando empecé hace ya más de 40 años. Por aquel entonces cazábamos en un coto de Ossa de Montiel, Peñadorada, un auténtico paraíso cinegético para la caza menor que tuve la suerte de disfrutar durante muchos años junto a Ramón Ferrero, uno de los mejores cazadores que he conocido, con un instinto casi innato para la caza y con el que me inicié en el mundo de la caza, junto con Paco Sanchis.
Peñadorada reunía condiciones inmejorables para la caza en mano: una orografía cómoda de cazar y una gran variedad de especies cinegéticas en su acotado de 400 hectáreas: perdiz, conejo, liebre, tordo, pato, becacina, codorniz, torcaz y tórtola. Incluso la primera y única becada que he abatido en mi vida fue allí.
Desde hace muchos años anoto en un pequeño cuaderno cada una de mis cacerías. La primera anotación que conservo es de julio del 87, cuando cazaba con una 303 Beretta semiautomática. Desde entonces guardo en folios, agrupados por escopetas y cotos, todas las cacerías en las que he participado. Tengo pendiente reunir todas esas notas y escribir un pequeño dietario de caza. El día menos pensado me pongo con ello.
En Peñadorada viví las mejores jornadas cinegéticas acompañado de Rocco y Sénia, un magnífico braco alemán y una preciosa labradora que me acompañaron siempre en mis innumerables viajes cinegéticos por tierras manchegas. También he tenido la suerte de compartir jornadas de caza con una buena cuadrilla de compañeros, algunos de los cuales ya no están entre nosotros como: Miguel Ferrer o Miguel Ferrero.
Ha pasado mucho tiempo desde entonces, pero mantengo intacta la misma afición. Continúo sin poder dormir la víspera, lo cual demuestra que la ilusión sigue viva.
Este año la media veda promete. Los agricultores, pese a los bajos precios, se han animado a sembrar y hay abundante comida en el campo. Aunque ya se ha recogido el cereal, las cosechadoras siempre dejan un buen rastro de grano en el rastrojo, suficiente para que la codorniz aguante y la torcaz encuentre alimento. Se ve mucha paloma este año precisamente porque se ha sembrado.
A todo eso se suma que este verano ha sido algo más suave, con algunas tormentas en julio que han refrescado el monte. Si el calor no aprieta demasiado este mes de agosto que acabamos de comenzar, tendremos una media veda que recordaremos durante años.
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