miércoles, 29 de mayo de 2013

El parany ya es delito




 
La caza con parany ya es delito. Lo ha dicho el Tribunal Constitucional. Ya lo era según la normativa europea y la normativa estatal, pero la ley de caza de la Comunidad Valenciana permitía que se cazara mediante este método de caza ancestral,  que se remonta al siglo XIII y muy común en las zonas del interior de la comunidad valenciana, sobre todo, en Castellón.

El hecho de que se haya practicado durante siglos no justifica en modo alguno que deba seguir practicándose en pleno siglo XXI.

El parany me parece una atrocidad. No es sólo un método de caza masivo y no selectivo como declara la jurisprudencia y las leyes europeas. Es sencillamente, lo que he dicho al principio de este párrafo: una atrocidad.

Aunque todas las sentencias deben de ser acatadas y respetadas, aunque disintamos de ellas, en este caso, me congratulo de la decisión del altor tribunal.

Para los que no sepan en qué consiste esta  modalidad de caza se lo explicaré brevemente. Vaya por delante, que aunque soy cazador, nunca he aprobado ni practicado esta modalidad cinegética, que para mí muy poco tiene que ver con la caza. Tengo, sin embargo, amigos que sí la practican y que a lo mejor después de leer este artículo dejan de serlo.

Se eligen varios árboles, que previamente se han podado para tal fin y en su interior se colocan unas varetas o varillas, impregnadas de pegamento, también llamada liga.

Para atraer a las aves se utilizan reclamos, estas se posan sobre sus ramas y quedan atrapadas.

El problema de ser una caza no selectiva es que entre sus redes, en este caso, sus ligas, quedan atrapados no sólo zorzales sino toda clase de aves, también las protegidas.

El pegamento se adhiere a las plumas y pierden su capacidad térmica por lo que es muy difícil que vuelvan a volar. Eso, si no han ingerido el pegamento al tratar de quitárselo, con lo cual mueren por envenenamiento. En cualquiera de los casos el animal muere.

La idea es que lo que no son zorzales sean liberados por el cazador. Pero esto no siempre ocurre.

El Consell quiere recurrir ahora el fallo del alto tribunal y basarse en las leyes francesas para legalizarlo y tratar de contentar a los cientos de aficionados, que aún siendo ilegal lo siguen practicando.

Me temo, pues, que si cabe el recurso, el tema va a seguir en los tribunales de justicia.