domingo, 26 de noviembre de 2023

Las sociedades de cazadores pierden socios

El declive por el que atraviesas distintas especies cinegéticas como la perdiz, el tordo o la liebre está agravando la pérdida de cazadores de la Vall d’Albaida, la Costera o la Canal. Todos los días hablo con cazadores y muchos de ellos me dicen que la próxima temporada no van a renovar el talón de la sociedad porque no hay caza. El único aliciente que había para salvar la temporada era el tordo y este año tampoco han entrado los zorzales. Las cifras no dejan lugar a dudas. Sociedades de cazadores locales como la Fontana en Ontinyen, que han llegado a tener 1.380 socios, ahora mismo no llega a los 400. Si los socios no renuevan los talones, las sociedades dejan de percibir ingresos, lo que puede convertir en inviable el mantenimiento de los cotos que suponen importantes desembolsos en tareas de guardería (para preservar especies que se cazan), llenar bebederos y comederos, reparar codollas,.. Las sociedades de caza se financian únicamente con la aportación de los socios. No reciben ningún tipo de ayuda o subvención, como sí tienen otras actividades deportivas. Salir al campo con el perro y volver con la canana llena, sin haber pegado un tiro se ha convertido en lo más habitual. En muchos acotados se ha prohibido este año la caza de la perdiz y de la liebre o se ha puesto un cupo de una pieza por día y cazador debido al declive que han experimentado ambas especies cinegéticas aunque por diferentes motivos. El conejo, que antes era muy abundante, tampoco atraviesa en la actualidad su mejor momento. La mixomatosis ha diezmado mucho la población de lagomorfos, pero también la sarna y la neumonía vírica. Solo en aquellos cotos donde se ha repoblado con una suelta de perdices en el mes de septiembre, como es el caso de Vallada, se ven algunas patirrojas y, al menos, los cazadores cuando salen al campo con sus perros tienen algún aliciente. Si la suelta se hace bien y con perdices de calidad que han pasado los pertinentes controles sanitarios, el resultado es muy bueno porque muchas de esas perdices que se quedan de una temporada a otra, crían, sacando adelante polladas, con lo cual estas perdices son casi ya semisalvajes. Y las siguientes polladas lo serán en su totalidad. Sin embargo, algunos cazadores que son muy reacios a soltar perdices por el temor a que transmiten enfermedades y acaban con la perdiz salvaje. La perdiz de granja ha mejorado mucho. Se crían en voladores en semilibertad. La genética se asemeja mucho a la perdiz salvaje tanto en las alas, como en el pico y las patas. El único problema es que debe haber un control exhaustivo de las alimañas. La perdiz salvaje ha desparecido de los campos y montes por factores como la agricultura intensiva, los productos fitosanitarios o la proliferación de jabalíes. Especies en peligro de extinción, como el lince se han conseguido recuperar gracias a su cría en cautividad para después devolverlas a su estado salvaje. Esperar a que la perdiz se recupere por si sola, sin ningún tipo de reforzamiento exterior, podría ser un error porque cada vez hay menos ejemplares y la tendencia no da signos de que vaya a revertirse.

sábado, 25 de noviembre de 2023

Falta de relevo generacional en la caza

En unos pocos años el principal problema de la caza va a ser la falta de relevo generacional. Detrás de nosotros no hay jóvenes dispuestos a seguir nuestros pasos. La edad media se sitúa en los 53 años. En mi caso que pronto cumpliré 61 años solo tengo un sobrino que es aficionado a la caza y a la pesca. La mayoría de mis amigos que tienen hijos, ninguno va a seguir con la afición de su padre.
La caza ha sido siempre una actividad que ha pasado de padres a hijos. La caza no es solo un motor económico de la España rural es también una actividad necesaria para la regulación del ecosistema y de las especies. Los que defienden prohibir la caza como los grupos ecologistas y animalistas no son conscientes de los problemas derivados de prohibir la caza, como sería la superpoblación de especies. El mundo animal no es capaz de autoregularse por sí mismo. Hemos visto las consecuencias y los daños que ocasionan los animales salvajes, como el jabalí o el conejo en las explotaciones agrarias con cuantiosas pérdidas para el agricultor. Imagínense por un momento si se prohibiera la caza. La imagen del cazador entre los más jóvenes sigue siendo muy negativa, seguramente por desconocimiento. Mucha culpa de que esto ocurra la tienen los medios de comunicación que solo sacan noticias cuando hay un accidente o un desalmado ha matado a su perro. No estaría de más que en los colegios y en las escuelas se estudiara en los libros de texto de Sociales la importancia de la actividad cinegética. Hay que dejar de criminalizar a los cazadores. El estereotipo que tienen muchos jóvenes de los cazadores es que somos unos asesinos desalmados y unos criminales. Ha habido una campaña constante y sistemática por parte de los grupos ecologistas, pero también de partidos políticos con responsabilidades en el gobierno de la Nación como Unidas Podemos o Sumar que se han dedicado a desprestigiar la imagen del cazador. Las redes sociales se han convertido en un auténtico estercolero donde se difama con absoluta impunidad, con mensajes que rayan lo delictivo, deseando la muerte de los cazadores o felicitándose cuando alguno ha perdido la vida. El número de licencias de caza cae en picado. Más de un 30% en los últimos 20 años cuando había más de un millón de cazadores en toda España. Las últimas cifras sitúan el número de licencias en 743.600 y sigue bajando. Esto es debido, básicamente, a que renovar el permiso de armas a partir de determinada edad es cada vez más complicado, con revisiones anuales para las pruebas médicas y psicológicas y muchos cazadores veteranos prefieren colgar la escopeta antes que hacer frente al enorme papeleo para renovar el permiso de armas y el resto de documentos que se exigen como la licencia federativa o la licencia de caza.

viernes, 24 de noviembre de 2023

Otro día de perdices en el Bonillo

Nuevo viaje a la patirroja. Tercero de esta temporada. Esta vez me ha acompañado Mauro. Me he dejado a Blaki en casa hasta que se recupere de la operación. He avisado a Kiko y a Elías para decirles que íbamos sin perro. Kiko tiene varios perros en la finca y nos han dejado uno. Una preciosa braca de nombre Chula que lo hizo francamente bien. Hemos vuelto a cazar en Fuente Agria. Empezamos a cazar un poco más tarde de lo habitual para evitar el hielo de la madrugada. La lluvia de los últimos días le ha sentado muy bien al campo. Las siembras empiezan a verdear y el contraste de colores durante el otoño de campos sembrados y barbechos es muy típico del paisaje castellanomanchego.
Subiendo por el camino con el coche empezamos a ver las primeras perdices que apeonan sin ningún miedo al vehículo. No hace mucho que ha pasado Cesáreo con el tractor, tirando comida por los caminos. El coto está muy cuidado con bebederos y comederos dispersados por todo el acotado. En la mano Elías va por el centro con la perrita para mover más caza. La noche ha sido gélida y en las umbrías se puede ver la escarcha de la noche anterior. El sol luce con fuerza. Apenas hace viento. Las perdices apeonan a gran distancia. El frío las hace estar más fuertes. Vuelan muy largas. Vemos perdices, pero nos torean. Chula rastrea muy bien y tiene buenos vientos. A pesar de no conocernos, no se aleja de Elías. Mauro va por arriba y yo por abajo. Elías me canta una perdiz que descuelgo de primer tiro. Enseguida otra se deja caer barranco abajo. Menos mal que llevaba puestas las gafas de sol porque sino el sol me hubiera deslumbrado y no le hubiera podido tirar. La engancho y cae echa una bola dentro de un reguero. Consigo verla por el aleteo. Chula saca un conejo que baja barranco abajo huyendo del perro. Elías me avisa. Cruza el reguero, lo dejo pasar para no deshacerlo porque estaba muy cerca. Se lleva algún plomo en la cabeza que le hace brincar en el suelo y cuando voy a cogerlo se recompone y sale barranco arriba, como si tal cosa. Yerro en los dos disparos. Menos mal que luego he enganchado uno en medio de un sembrado a más de 65 metros que cruzaba de un pedregal a otro. No he conseguido dormir en toda la noche y eso se nota en los reflejos. Hoy se han dado pocas oportunidades de tirar a las perdices y había que aprovecharlas todas. He desperdiciado una de las mejores cuando de mi lado han volado dos perdices cara al sembrado. He errado la primera y cuando estaba siguiendo la segunda para apretar el gatillo, Elías me ha cantado otra por detrás y en lugar de disparar a la que ya tenía en el punto de mira, me he girado a buscar la otra. Y al final, ni una ni otra. Llevábamos pocas perdices cobradas y la mañana iba avanzando. Estábamos todavía muy lejos del cupo. A mitad mañana hemos parado a tomar un taco para reponer fuerzas. Mauro ha traído para cazar una escopeta superpuesta del calibre 20 de la marca italiana Abbiatico & Salvinelli. Cada vez se están imponiendo más las escopetas del calibre 20 para la caza porque son mucho menos pesadas. La diferencia puede ser de un kilo entre una del 12 y una del 20. Y eso, cuando llevas un par de horas con la escopeta a cuestas se nota. El 20 puede tirar cartuchos de hasta 32 gramos y en todos los perdigones. Además, el calibre 20 permite tiros más largos al ser más cerradas con el mismo choque. La segunda vuelta se ha dado algo mejor, sobre todo, para Mauro que ha conseguido colgarse media docena de patirrojas. Cuando nos hemos dado cuenta pasaban de las dos del medio día y aún estábamos en el campo.