miércoles, 26 de junio de 2019

Cuenta atrás para la media veda

Mañana se abre la media veda en la Comunidad Valenciana  La sociedad de cazadores L'Alforí lleva semanas llenando las charcas en previsión de la ola de calor que estamos sufriendo con temperaturas tropicales.Más  importante incluso que la comida es que no les falte agua a los animales.
Cuenta atrás para la media veda
Palomas bebiendo en una charca (Foto: PSG)
Los campos de girasol empiezan a mostrar los colores amarillos de las corolas de la planta. En Fontanars, la siembra va algo más retrasada que en Castilla La Mancha, que siempre nos toma la delantera. En esta zona cuando la pipa está buena y la paloma entra a los pipares  es cuando se cierra la veda.
A primera hora de la mañana, el monte es un continuo gorjeo. El arrullo de las palomas es inconfundible. Un sonido característico en esta época del año.
Cuando vas a una tirada la paloma no sabes hasta el mismo día que estás en el puesto cómo se dará la jornada. Una tormenta el día antes arruina un buen día de caza. Los pronósticos no se suelen cumplir. Tiradas que se preveían un éxito resultan un fracaso y a la inversa.
La paloma torcaz se ha hecho cada vez más sedentaria. De hecho, la podemos ver en muchas ciudades de España durante todo el año en parques y jardines conviviendo con otras aves.
Por lo que respecta a la tórtola, este año no se podrá cazar en la Comunidad Valenciana. El borrador de la   orden de vedas 2019 contempla una moratoria de un año para la tórtola europea cuya población ha caído vertiginosamente en los últimos años, tal es así que la Comisión Europea ha reclamado a sus estados miembros medidas de protección y conservación para esta ave migratoria.
Fontanars reúne un hábitat ideal para la paloma. Pinares donde sestear, comida en abundancia, sin embargo, nunca ha sido una zona palomera, como pueda ser Madrid y alrededores donde se concentran miles de palomas torcaces y son un destino cinegético para muchos cazadores.
Aún así, como nos gusta la caza, mañana saldremos a probar suerte. Si tienen la santa paciencia de seguir leyéndome, ya les contaré como me ha ido. Hasta entonces.

lunes, 17 de junio de 2019

El cartucho: nuestro fiel compañero

Cuando disparo un cartucho pienso en todo el periplo que ha tenido que pasar hasta llegar a mis manos, bueno, mejor dicho hasta el cañón de mi escopeta. Esto me recuerda unos dibujos animados que vi hace muchos años que contaban la historia de un petardo en forma de cohete desde su fabricación hasta que finalmente era pasto de las llamas. Lo mismo les pasa a los cartuchos. Solo que los artefactos pirotécnicos suelen acabar en una noche de luz y colorido propio de los fuegos artificiales. Y, en eso, los valencianos tenemos alguna  experiencia.
El fin del cartucho es abatir una pieza o hacer blanco cuando estamos tirando al plato o a la hélice. Yo siempre después de tirar, con el cañón todavía humeante, me lo llevo a la nariz porque me gusta el olor a pólvora. También porque soy muy supersticioso y los tiradores lo somos mucho. Tenemos muchos tics entre ellos, yo, al menos, soplar dos veces el cañón después de haber disparado.


El cartucho, que es de forma cilíndrica está compuesto por una vaina de plástico o de cartón. Coronando la vaina, el culote que es de latón. En su interior hay un taco de plástico, que contiene perdigones y la pólvora. El tamaño y la cantidad de los perdigones varía. Hay un amplio abanico. Van de mayor a menor. Así, por ejemplo, un cartucho con plomo del 10 o décima es más pequeño que uno del 5, que es más grueso.
Cuando accionamos el gatillo, el percutor pica el pistón y se produce la deflagración. A veces nos juega una mala pasada y lo pica, pero falla. Si esto ocurre cuando estamos tirando al plato, no pasa nada porque se repite el plato y punto. Pero si te pasa cuando estamos cazando, ya es otra cosa. A  todos nos ha ocurrido alguna vez ir a tirar a una perdiz y que te haga falta el cartucho. En ese momento maldecimos haberlo comprado. Si, además, tienes la fatalidad de que esto te ocurre  estando de muestra el perro, ya ni te cuento.
¿Qué buscamos en un cartucho? Primero y fundamental que no sea pegón, es decir, que podamos tirar con él sin tener que tener que terminar con el hombro endolorido o el pómulo enrojecido. He visto a compañeros con derrames en el brazo por una mala colocación del arma o por utilizar un cartucho muy "pegón".
Otro factor importante a tener en cuenta es la penetración, sobre todo, cuando vamos a cazar lo que queremos es cobrar la pieza y no dejarla malherida. De ahí que una buena penetración sea importante porque con pocos plomos podremos cobrar la pieza, sin dejarla herida en el monte.
También, sobre todo, para los que tiramos al plato que sea rápido. Un cartucho rápido es fundamental. A menos gramos, más velocidad, así un cartucho de 24 gramos es más rápido que uno de 28.
Y, por último, el plomeo. Que plomee bien. La única forma de comprobarlo es probando sobre una plancha o cartón, así veremos si el plomeo es regular o deja muchos huecos. Esto conviene hacerlo siempre para ver dónde van los tiros. Es aconsejable hacerlo cuando probamos una escopeta por primera vez, así podremos corregir nuestros errores de tiro.
En los cartuchos la gente es muy fiel, es decir, no cambia de cartuchos fácilmente. Y eso está bien porque cuando te acostumbras a tirar un cartucho conoces bien sus cualidades y no es bueno andar cambiando cuando te sientes cómodo tirando con él.






jueves, 6 de junio de 2019

De hurones en Fontanars

Estamos limpiando la acequia de maleza para despejar aquello un poco y poder echar el hurón.  En unos días lo terminaremos. Si no, no hay forma de ver los conejos.  Este miércoles Mauro y yo fuimos de estrene. Los conejos al no estar tiroteados salen muy mansos. El disparadero es perfecto porque no hay obstáculos que dificulten la visibilidad. Muchas de las madrigueras han quedado enterradas o tapadas al pasar la máquina de cadenas que lleva adosada la desbrozadora, pero no tardarán en abrirlas de nuevo. Estos bichos se las saben todas.




Pasaban las 8 de la noche cuando nos pusimos con el hurón. La hurona que tiene Mauro está un poco recelosa y muerde cuando vas a cogerla porque ha parido recientemente y tiene una cría, pero lo hace bastante bien.
Al llegar con el coche al cazadero, ya vi un par de rabudos que salían de la viña y se metían en la madriguera. No tardamos en hacerlos salir.
Mauro me dejó tirar a un par de ellos que no perdoné. En total abatimos una docena en poco menos de una hora. No me gusta tirar a gazapos, no lo hago nunca cuando cazo a mano y voy con el perro, pero ahora la cosa es distinta porque comen igual que los adultos y a las pocas semanas ya están en edad de procrear y las camadas se multiplican.
Mauro llevaba esta vez una preciosa escopeta inglesa, con cañón más abierto, que para el conejo es más aconsejable porque tiras a muy corta distancia, sobre todo, cuando vas con hurón y los tiros los haces a escasos metros y a tenazón.
Yo hace tiempo que para el conejo uso la beretta 682 de báscula blanca, media pletina, que lleva choques en los dos cañones. La compré hace muchos años y, en mi opinión, es de lo mejor que ha sacado la marca italiana, junto con la serie 303 en semiautomáticas. La Mateo Mendicute, con la que habitualmente cazo es más cerrada y la utilizo para la perdiz.
No me gusta tirar con cartucho dispersante porque es peligroso para el hurón.  Es fácil plomearlo porque este tipo de cartucho cubre un mayor radio de perdigones. Prefiero usar de novena y 32 gramos. También es muy efectivo.  
Esto de la caza del conejo con hurón, como es al caso que nos ocupa, por daños en la agricultura, hay que tomárselo, mientras no cambien las cosas, muy en serio, como un trabajo más del campo, al igual que labras, tratas la viña o podas, tienes que mantener a raya a los conejos, si no quieres perder toda la cosecha. Las plagas en la viña eran: el mildiu, el oidio y la polilla. Desde ahora también el conejo.



domingo, 2 de junio de 2019

Daños por conejo (2)

Cometí el garrafal error de no poner protectores a una viña que acabo de plantar y que está empezando a brotar. Y no lo hice porque nunca había tenido hasta ahora problemas con los conejos. En total 4,5 hectáreas de garnacha tintorera. Cerca de 10.000 plantas. El campo está pegado a una acequia de carrascas y maleza. Lleva años sin limpiarse. Los conejos tienen ahí un auténtico vergel.  Un paraíso donde refugiarse, sin que puedas echar los hurones y acabar con ellos. He tenido que poner estos días 1.750 protectores porque los conejos han empezado a arrasar la viña.  Un 20% de las cepas han sido comidas por los conejos. El problema es que si no pones protectores en todo el campo y a cada una de las cepas, los conejos buscan aquellas que no están protegidas y terminan por comérselas también. Con lo cual, tendré que ponerle a todas sino quiero que acaben con toda la plantación. Si  muerden dos veces el brote, ya no hay forma de recuperarlo. Espero todavía en sacarlas adelante.


Fontanars dels Alforins se había salvado hasta ahora de la plaga de conejos que afecta a otros municipios de la Vall d'Albaida. 166 municipios de la Comunidad de Valencia, de los cuales 75 corresponden a Valencia están en alerta cinegética. Castilla- La Mancha es la zona de España con más municipios afectados, con 274 pueblos.
Este conejo solo se puede cazar con hurón. Únicamente sale de la madriguera para comer. Permanece cerca de ellas y al menor ruido se mete. Busca terrenos arenosos donde hacer las madrigueras. Verdaderas obras de ingeniería, con intrincadas galerías, donde muchas veces torean a los hurones en su interior.
No tiene nada que ver con el conejo de monte autóctono que se caza con perro y que habitaba estos valles. Es un híbrido, inmune a las enfermedades, como la mixomatosis o la neumonía hemorrágico vírica, con camadas más numerosas y que procrea varias veces al año. A las pocas semanas de vida, ya son capaces de sacar adelante a una prole.
Las medidas que se toman desde  la Conselleria de Medio Ambiente y desde las propias sociedades de cazadores, responsables de los acotados, no son suficientes para paliar los daños que los conejos causan en la agricultura y que según los últimos datos disponibles se cifran en 26 millones de euros.
Un sombrío panorama, que requiere de la implicación de todos  los sectores afectados, es decir, agricultores, administración y cazadores.