viernes, 16 de abril de 2021

Buen año perdicero

Vengo de dar una vuelta con el coche por la finca y de recoger ramas de la poda de los almendros que con el viento se habían volado y han acabado en los caminos, ensuciándolos. He aprovechado para hacer algunas fotos a los viñedos que ya están brotando. El agua de estos días, aunque escasa les ha venido muy bien. Mientras escribo estas líneas sigue lloviendo, lo cual es una buenísima noticia para el campo, además está lloviendo muy bien y el agua está calando en la tierra. Cerca ha caído algo de piedra, aquí de momento, nos hemos librado. Desde el coche he visto un par de parejas de perdices. Una de ellas me ha dado tiempo y la he podido fotografiar. Iba sola. Seguramente la hembra estaba echada en el nido, aunque macho y hembra se turnan durante la incubación. Los animales tienen bien repartidas las tareas domésticas.
La actual junta directiva de la Sociedad de Cazadores L’Alfori y su presidente Sergio Micó han sido siempre contrarios a soltar perdices de granja en el acotado. El tiempo les ha dado la razón. Toda la perdiz que hay ahora mismo en el coto es autóctona. Los sacrificios de socios y cazadores han dado finalmente su fruto. Hace muchos años se impuso el cupo de una perdiz por cazador y día. También se retrasó su caza en los bancales, permitiendo solo la caza de las patirrojas en la sierra. Estas restricciones y otras han permitido que al final de la temporada hayan quedado muchas parejas. No exagero, pero hoy he visto cuatro o cinco parejas, que son muchas, tras los malos años que llevamos arrastrando. Ahora es difícil verlas porque la siembra ya está alta, así que o se cruzan contigo en un camino o una trocha o es muy complicado verlas. Aunque es difícil prever con tanto tiempo de antelación cómo será la temporada próxima, todo apunta que será un buen año de perdices. De momento, la cosa pinta muy bien, si el virus nos lo permite y nos deja volver a salir a cazar de nuevo.

domingo, 4 de abril de 2021

De hurones en La Gloria (5)


Cuando he llegado a las 8,30 a la finca La Gloria, José y su hijo Rubén estaban haciendo los márgenes de la antigua carretera de Caudete-Yecla, que ahora es un remanso de paz desde que la han desviado porque antes concentraba una gran densidad de vehículos. En ese momento no he bajado la escopeta. Me he esperado a hacerlo más tarde.

Hemos esperado un rato a ver si venía Ximo. Sobre las 9 le ha llamado, pero al final no ha podido venir. José barruntaba que la mañana no se daría bien.

De camino al puesto, un bando de torcaces sobrevuela el cielo. Saben que hoy la historia no va con ellos. El ulular de las palomas se oye a lo lejos en una frondosa pinada. Mientras observo las palomas, una zorra cruza por un campo yermo de almendros.


José y su hijo Rubén esperan a la salida de una madriguera. (Foto: PSG)

Hemos empezado a cazar en una zona de monte que Juan José desbrozó hace unos años. Luego más tarde hemos ido a unos bancales de siembra de cereal que los conejos lo cogen mucho, pero no hemos sacado ninguno. Rubén cree que los conejos están fuera comiendo.

La mañana era fresca con el cielo cubierto. Por un momento pensábamos que llovería. Una fina capa de niebla lo recorre todo, pero pronto se levanta. Los primeros rayos de sol comienzan a despuntar.

José ha empezado pronto a abatir los primeros conejos, mientras yo andaba algo lento. Hasta  cinco conejos he tirado sin abatir ninguno. A uno corrido le he hecho pelo en el lomo, pero se ha ido. Luego por suerte ya he encadenado varios seguidos.

José sabe  perfectamente donde echar los hurones. Conoce dónde están las madrigueras y dónde echarlos. No todas las bocas son buenas. Hay zorreras. Si echas el hurón en una zorrera, olvídate de él.

Terminando la mañana hemos echado el hurón dentro de un chaparro. El bicho se ha embocado y ha tardado en salir.

Rubén ha estado muy rápido en un lance tirándose sobre una madriguera para sacar un conejo que ya tenía agarrado el hurón.

Hay veces que los conejos se enculan dentro de la madriguera, obstaculizando su salida y el hurón no puede salir. Solo hay una opción: armarse de paciencia y esperar. Otras veces sobre todo en verano el hurón no sale porque se ha pegado un banquete dentro y se ha quedado dormido.

Lo emocionante de esta caza es ver el trabajo de los hurones, sobre todo cuando oyes las carreras bajo tus pies. Hoy he tenido la suerte de presenciar alguno de estos lances. José y Rubén llevan muy buenos bichos. Hoy uno de los machos estaba receloso a entrar en las madrigueras porque una de las huronas estaba en celo.

José a última hora no ha andado muy fino. Se le han ido un par de conejos muy buenos que han salido de dentro de una mata. Andaban emboscados dentro de la zarza cuando los ha pisado. A veces se fallan los conejos más fáciles.

Hemos decidido no cazar el próximo domingo y dejarlo descansar unas semanas. Se han visto algunos gazapos y vale la pena esperar a que se hagan un poco más grandes.

Al final de la mañana la percha no se ha dado nada mal con más de una docena de conejos que podrían haber sido alguno más si no hubiéramos errado tanto.

Como Juan José es un magnífico anfitrión cuando hemos llegado a la finca nos ha invitado a un par de cervezas. Después nos hemos ido a comer al Bar Nou de La Font de la Figuera a “fer una picaeta”.