viernes, 27 de diciembre de 2019

Perdices!!!

Cuando subía esta tarde a quitar salicornios por el camino de Casa El Rull ha visto un bando de perdices casi completo. Salían de un campo de almendros, han cruzado el camino de tierra y se han metido en un bancal de viña en vaso. He contado hasta ocho perdices que apeonaban a gran velocidad hasta que las he perdido de vista.
Hacía años que no veía tantas perdices juntas. Me he alegrado al verlas. No he podido hacer una foto al bando porque tenía el sol de cara y me deslumbraba. En lo que llevamos de temporada solo había visto una pareja.
La perdiz ha ido a menos. Toda la caza, en general. En el término de Fontanars no se sueltan perdices, aquí  toda la que hay es salvaje. El coto no se repuebla con perdices criadas en granja. Otros cotos han optado por esta solución ante el declive que ha experimentado la perdiz salvaje que tiene que hacer frente a innumerables obstáculos para sobrevivir.
Yo hace años que decidí no salir a cazar en Fontanars dels Alforins, pese a que el cupo que se ha puesto es de una perdiz por cazador y día.
Tiempo atrás, Fontanars tenía mucha caza. Había conejo, liebre y perdiz. También tordo y torcaz. Era un acotado perfecto para la práctica cinegética. Monte, siembras, bancales. Yo entonces no era cazador, pero he acompañado muchas veces a Vicente, que era el casero de la finca y gran cazador, y no había día que no trajera a casa 7 u 8 perdices en el morral y alguna que otra liebre.
Decía un poco más arriba que la perdiz tiene que hacer frente a innumerables obstáculos para salir adelante. A la proliferación de alimañas como: zorros, jabalíes, urracas o cernícalos se une la gran transformación que ha experimentado la agricultura.
Donde antes había grandes extensiones de viñas en vaso, confeccionando un paisaje único, perfecto para que la perdiz y la liebre criaran sin problema, ahora se levantan estructuras metálicas de conducción de la vid, conocidas como espalderas, que son una auténtica aberración no solo para el paisaje sino también para la caza.
Aunque cada vez hay un mayor control sobre los productos que tiramos a los cultivos en el campo para combatir enfermedades o plagas, los productos fitosanitarios son una consecuencia directa de que hoy haya menos perdices.
El control de las alimañas y una buena gestión cinegética son fundamentales para el futuro de la caza. Los cotos de caza que sean capaces de aunar ambas cosas a la vez, tienen por delante un mejor futuro que otros que no lo hagan.
Si acabamos con los linderos, estamos destruyendo el hábitat natural de la perdiz. Desde que se produjo la desaparición de la mayor parte de  lindes, muchas especies de aves están en peligro o a punto de desparecer.
Aunque la mayoría de las perdices ponen sus nidos en los cultivos de cereal, se sabe, que la proporción de nidos en lindes es significativa, de modo que cuantos más lindes haya en nuestro coto más probabilidades hay de que las perdices acaben escogiendo estos lugares para anidar y criar a sus perdigones.
Pero no solo las perdices también otras aves buscan los linderos como cobijo y protección frente a los depredadores.





miércoles, 11 de diciembre de 2019

Otro día de perdices

Hoy en cazado en el coto La Patirroja. Tercer día de temporada. Cuando he parado en Barrax el termómetro marcaba 0 grados.
Pasadas las 10 he llegado a El Bonillo. Hoy me ha tocado el lote Los Tosares. Me ha acompañado Nicolás.
Un amigo mío, Ramón, me decía que dar los pasos bien o mal cuesta lo mismo, pues en la caza todavía más. No se trata de andar por andar, sobre todo, cuando vas detrás de las perdices sino de saber cazar y eso muy pocos saben hacerlo.
Nicolás se ha criado en el campo y eso se nota. De pequeño mataba perdices con el tirachinas cuando acompañaba a su padre a cazar. Pero, además, Nicolás es un artesano como la copa de un pino. Igual te hace una tabla de madera con motivos cinegéticos dibujada con tinta china que te hace la empuñadura de un cuchillo de monte o un llavero con cartuchos



Se conoce la finca y la querencia de las perdices  palmo a palmo. He aprendido hoy más en tres horas con Nicolás que en todos los años que llevo cazando. Da gusto llevar un compañero así a tu lado.
Anduve muy fallón toda la mañana. Estaba lento de reflejos. He dormido muy poco y eso pasa factura.
Casi todas las perdices las he matado de segundo tiro y muchas con el tiro trasero. He empezado errando dos perdices que me ha cantado Nicolás  y que me han quitado el gorro porque hoy era día de gorro, braga y guantes.
Aunque como dice el refrán, gato con guantes no caza ratones.
Día especial para cazar, eso sí, con mucho frío. Estos días pasados ha llovido y el campo es una auténtica gozada. El olor a romero lo impregna todo. Hemos tenido suerte porque ha sido dejar de cazar y empezar  a llover otra vez.
Como la finca es muy grande, hay diferentes lotes, el que me ha asignado hoy Kiko es el que más me ha gustado cazar de todos los que conozco. El pajar tiene una buena densidad de perdices, `pero es un destroza tobillos, yo me  dejé el izquierdo el último día que estuve cazando allí. Mucha piedra suelta.
De haber estado fino podía haberme colgado casi una veintena de perdices. Me he quedado sin cartuchos en la primera vuelta que llevaba una treintena en el chaleco.  Syrah ha ido hoy  un poco atolondrada. Se ha dejado una perdiz que llevaba en la boca en medio de un sembrado y otra de ala no la ha cobrado. A los perros les pasa como a las personas que no todos los días estamos igual.
Hoy me costaba tirarme la escopeta a la cara y cuando lo hacía muchas veces ya era tarde.
La perdiz vuela que se las pela. Ni hoy que hacía viento, aguantaban. Siempre se ha dicho que en días de viento se mata mejor la perdiz porque no te oye. Cazar uno solo también es más complicado porque no mueves tanta caza como cuando va una cuadrilla en mano de tres o cuatro.
El cartucho que  estoy tirando no me gusta. No sé si es porque lo tengo mucho tiempo en el coche, pero no mata bien. No tiene penetración. La próxima vez que vaya llevaré de 34 gramos y sexta. En días de frío como hoy la perdiz está más fuerte y si no centras bien el tiro no te haces con ella.
Para lo mal que he tirado, al final la percha se ha arreglado un poco: diez perdices y dos conejos. La segunda vuelta he tirado algo mejor.

Para compensar el frío y la burrera, he parado en  Barrax en  El Cruce y me he tomado una deliciosa sopa castellana para entrar en calor y de segundo caldereta de cordero con patatas. El camarero se la ha tenido que llevar porque si no aún sigo mojando pan.

sábado, 7 de diciembre de 2019

Tiro al plato


Tiro al plato desde que tengo 18 años. Es junto a la caza,  mi afición preferida. Aunque ahora por circunstancias de trabajo y familiares, las practico algo menos.

Cuando yo empecé allá por los años 80 había muchos campos de tiro. Cada pueblo tenía el suyo propio. Fontanars dels Alforins, Ontinyent, La Font de la Figuera, Moixent, Alcudia, Canals .... Hoy no queda casi ninguno. Sobreviven solo unos pocos. Y no es porque haya descendido el número de aficionados, todo lo contrario es porque existen unas normas y una legislación que pone cada vez más trabas. A parte de las consideraciones legales, hay que pagar licencias, seguros,  etc.
Pero como afortunadamente existe el coche, no hay distancias.
Yo tuve en la finca un pequeño mini foso y todos los años hacíamos una tirada en verano que resultaba bastante concurrida. Mi madre entregó el primer premio en una ocasión. Luego aprovechábamos para hacer unas chuletas y algo de embutido a la brasa en la barbacoa.
Era una máquina manual, que había que cargar y disparar manualmente. Todavía tengo esa  máquina, que te permitía variar los ángulos y las posiciones, lo que resultaba muy divertido. Nada que ver con las instalaciones de hoy en día, con fono pull y totalmente automatizadas que funcionan con una ficha, ahora ya en muchos campos de tiro son tarjetas recargables, sin necesidad de que haya alguien poniendo platos.
Pero lo pasábamos en grande. Recuerdo que para pedir el plato, decíamos primero, listo! Y la persona que estaba en la máquina, respondía: listo y a continuación pedíamos el plato. Era todo un protocolo. Como el campo estaba orientado hacia la carretera, aunque había unos cientos de metros de distancia y los plomos no llegaban, había que andar con  cuidado y pedir el plato cuando no veíamos ningún coche, con lo cual, las series se hacían interminables.
Desde hace muchos años, me anoto en unos folios, que luego paso al ordenador, los resultados y las tiradas en las que participo. Tengo anotadas todas las tiradas en las que he participado, tanto de entrenamiento como de concurso, desde junio de 1987, que es la primera anotación que tengo hasta hoy. Entonces no tirada con una superpuesta sino con una escopeta semiautomática, concretamente con una Beretta de la serie 303. La primera serie en concurso que tengo anotada es de agosto del año 87, en Aielo de Malferit. Hice aquel día un 22 en el concurso y me llevé un trofeo y 1.000 pesetas. Luego tiré una serie de entrenamiento e hice un 23. La última anotación es del 5 de octubre de este año en Vallada, con un 20 y un 22.
Soy muy competitivo y cuando hago una serie con un resultado inferior a 20 platos, lo resalto en rojo. También hago alguna anotación al margen.
Más tarde me compré una escopeta Perazzi MX1 que es la que he tenido hasta hace poco tiempo, con cañón de 71 aunque luego le compré uno de 76 . Hace poco la cambié por otra Perazzi MX8, con cañón de 76 y briley en los dos cañones.
Yo con la repetidora tiraba bastante bien, pero resultaba incómoda cuando tirabas a foso porque molestaba al tirador de al lado al expulsar los cartuchos. Ahora ya las fabrican y ella misma recoge la vaina. Bien pensado también para los cazadores.
Pero tirar con una escopeta superpuesta tiene sus ventajas, sobre todo, porque tiene dos cañones mientras que la repetidora o semiautomática solo uno, con lo cual, estás tirando los dos tiros con el mismo choque. Y eso en el segundo tiro,  que el plato te ha sacado ventaja se nota.
Hoy todas las escopetas son buenas, no hay armas malas, aunque cada uno tiene su marca favorita, la mía es Perazzi.
Pero aparte de la escopeta, que si vas a tirar muchas series, sí lo notas; lo más importante es la culata.
La culata tiene que entrarte como un guante porque es el 90% de la eficacia en el tiro, por no decir el cien por cien.
El encare a la hora de pedir el plato también es importante. Hay que coger la escopeta siempre de la misma forma y no andar cambiándola. Poner la cara donde toca, ni muy adelante ni muy atrás.
Hay gente, sin embargo, que tira bien con cualquier escopeta y se adapta enseguida a ella, yo no. Yo necesito tirar con la mía y siempre con el mismo cartucho.
Porque hay unos cartuchos que son más veloces que otros, que abren o cierran más el tiro, etc... Y cuando te acostumbras a un cartucho, ya sabes poco más o menos sus características.
Otro factor importantísimo en el tiro al plato es la concentración. Cuando por algún motivo pierdes la concentración en la serie, los ceros llegan solos.
Y como en todo en la vida, lo que hace maestros es la práctica. Cuanto más tiempo lleves tirando, más irás perfeccionando. No se trata de tirar muchas series sino de tirar pocas, pero bien y sabiendo los errores que cometes para corregirlos.
Normalmente hacemos los tiros traseros porque el plato nos gana. Hay que hacer bien el swing y adelantar la escopeta. Sin dar tirones.
La teoría no es la conocemos todos, pero la práctica es otra cosa. Y en el tiro como en la vida nunca se sabe todo.