viernes, 9 de noviembre de 2012

Poca perdiz está temporada de caza


 


                         Este año he optado por no salir a cazar en Fontanars. Es la primera vez que tomo una decisión así. Y, créanme, que me ha costado.

Desgraciadamente se cumplieron los pronósticos.  El año pasado ya barrunté lo que podría ocurrir este, si no se cerraba la veda y se optaba por seguir cazando, como así se hizo, a pesar de ser un año malo. Además, lo dije por escrito, así que cualquiera que tenga a bien puede leerlo.

El artículo llevaba por título "cierre de veda, ya". Creo que fue una equivocación garrafal por parte de la sociedad de cazadores L'Alforí no cerrar la veda el segundo domingo, al menos, en lo que se refiere a la perdiz y dejarla abierta para el conejo y otras especies, confiando en el buen hacer de los cazadores. Hoy se están pagando las consecuencias de no haber tomado aquella decisión.

No quiero ser agorero, pero lo peor está por llegar. Cuando no se deja madre, la perdiz es muy difícil de recuperar. Pueden pasar años hasta ver de nuevo patirrojas por nuestros campos.

Una buena gestión cinegética es la clave y en este caso no se ha hecho.

Sé en cualquier caso que es una decisión difícil  de tomar y más para una sociedad de cazadores. La caza representa para muchas de estas personas el único hobby que tienen. Muchos están pensando y deseando durante todo el año que se abra la veda.

Pero si el año no acompaña, lo mejor es dejarlo pasar, que ya vendrán tiempos mejores.

Por diferentes motivos este año ha sido malo para la cría de la perdiz. Si el año pasado fue el pedrisco que cayó en el mes de julio y que pilló a las polladas con muy pocos días de vida y se llevó por delante bandos enteros, este año ha sido también un factor climatológico el que ha dado con el traste la temporada: la sequia.

La primavera y el verano han sido extremadamente secos- los más viejos del lugar no recuerdan  haber visto nada igual en los últimos sesenta años- y es importante que llueva para que la perdiz cambie o mude, como se dice en términos cinegéticos, la pluma. Y, por supuesto, y más importante si cabe, para que encuentre alimento.

Comunidades como Castilla La Mancha o Andalucía no han segado las siembras de cereal debido a la sequía.

A la perdiz como a cualquier otro animal no le puede faltar ni agua ni alimento. La sequía les ha privado de ambas.

Por lo que respecta al conejo, tampoco presenta buena cara, pese a los buenos augurios que se vaticinaban para este roedor a principios de temporada, teniendo en cuenta que la comarca de la Vall d' Albaida a la que pertenece el municipio de Fontanars dels Alforins es una de las más afectadas por la proliferación de conejos y que ha provocado cuantiosos daños en la agricultura. La mixomatosis, cómo no, ha hecho estragos y ha diezmado mucho la población de conejos. Peor parada ha salido la liebre, que ha desparecido prácticamente de los campos.

Si hace unos años era habitual verlas corretear por las viñas o por los barbechos y no había día que salieras al campo que no les tiraras y te echaras alguna al zurrón, hoy como se dice coloquialmente están "missing". Han desaparecido de la faz de la tierra. También aquí los cambios que ha experimentado la agricultura tienen mucho que ver en que el número de capturas se reduzca considerablemente.

La única alegría que les puede deparar a los cazadores valencianos este año es el zorzal. A priori el año pinta bien. Ha entrado el frío y los primeros bandos ya pueden divisarse. Ante la falta de perdices, la gente se ha echado al monte a cazarlas al salto. Esta avecilla que viene del norte de África y cruza el estrecho se presenta como la única alternativa cinegética para disfrute de cazadores y aficionados.