lunes, 31 de enero de 2022

Abaten 26 jabalíes en los montes de Fontanars dels Alforins

Récord de capturas de jabalíes en la batida celebrada este pasado domingo día 30 en Fontanars dels Alforins. Organizada por la sociedad de cazadores L’Alforí, la batida se desarrolló con absoluta normalidad. Los cazadores participantes en esta cacería cumplieron además con todas las medidas de seguridad derivadas de la pandemia. La cacería discurrió entre el Castellaret y el barranco de Casa Los Frailes y congregó a 60 escopetas, que es el máximo autorizado. La primera de las batidas celebrada hace unas semanas también se saldó con un buen número de capturas: 23 jabalíes.
La mancha a batir en esta ocasión fue los Corrales de La Sénia, una zona muy espesa de monte donde abundan los jabalíes. Las batidas han demostrado ser un método muy eficaz para el control de especies como el jabalí, cuya población ha aumentado exponencialmente en los últimos años debido a que no tiene depredadores naturales. Los daños que causan en la agricultura provocan todos los años pérdidas millonarias a los agricultores. Además el jabalí no solo se ha convertido en un enemigo para los agricultores sino también para los conductores, pues son la causa de muchos accidentes de tráfico.

jueves, 27 de enero de 2022

Otro día de caza en La Patirroja

A las 6,30 ha sonado el despertador. Cuando he bajado Syrah ya estaba en la puerta esperándome, seguramente barruntaba que hoy era el último día y se ha subido al coche sin que yo tuviera que ayudarla. El termómetro marca un grado bajo cero. Al llegar a Barrax, los bancos de niebla no dejaban ver apenas la carretera. No ha sido hasta pasado Munera cuando se ha despejado. Pasadas las 9 he llegado a El Bonillo. En la puerta me esperaba Elías junto a otros compañeros suyos que iban a acompañar a otras cuadrillas de cazadores.
Hoy hemos vuelto a cazar en el mismo lote que el último día: Los Toscares. Me gustan más otras zonas del coto, con más monte donde es más fácil tirar a las perdices. En Los Toscares hay sobre todo campos de cereal y labrados, que son auténticos destroza piernas y poco monte y las perdices para cazarlas bien hay que echarlas al monte después de volarlas varias veces y cansarlas. Tirar a las perdices en campo abierto es complicado, aún así no se ha dado nada mal el día. En la primera vuelta he estado algo fallón. He tirado casi una caja de cartuchos para colgarme cuatro perdices. La perdiz está muy fuerte y se las sabe todas. A primera hora de la mañana se han visto algunos conejos. Andaban comiendo en la siembra. Syrah ha estado muy fuerte hoy. Cuando ha bajado del coche se lo he dicho a Elías que la perra andaba algo nerviosa. Hoy no ha cazado a la mano como otras veces, aún así ha estado magnífica cobrando dos perdices alicortadas que de otra forma no nos hubiéramos hecho con ellas. Se nos ha ido una que no hemos sido capaces de cobrar y que la perra no ha visto, a pesar de que he salido corriendo tras ella para cortarle el paso. La mañana ha amanecido con un sol resplandeciente. Un día magnífico para cazar. El cantar de los machos es un puro espectáculo. En esta época del año las perdices están ya emparejándose y los machos buscan atraer a las hembras, además de marcar su territorio. La segunda vuelta se ha dado bastante mejor, doblando el número de pájaros con los mismos cartuchos. Al principio de la mañana he tirado muy nervioso, sin apoyarme bien el arma. Me he dado cuenta de que los tiros se iban por arriba. Luego lo he tratado de corregir, apoyando mejor la escopeta y me ha ido mejor la cosa. Cuando íbamos por el monte he visto una caja de corcho blanca que había abandonada en el campo. La he levantado y cerca de ella ha saltado un conejo. He errado el primer tiro, pero en el segundo he intuido la trayectoria, corriendo la mano y me he hecho con él. Más tarde he errado otro. El tiro ha ido a la pieza, pero se ha conseguido escabullir. En la caza abates perdices complicadas, incluso difíciles, a las que muchas veces tiras por tirar y fallas otras facilonas de delante de los morros. Eso es lo que me ha pasado a mí con una perdiz que ha visto Elías aplastada en un sembrado. La he dejado volar y he errado el disparo. Si matáramos todo lo que nos sale, la caza no tendría ningún aliciente. Tras la oportuna foto de rigor sobre la una del mediodía hemos dado por concluida la jornada de caza. De camino a casa he parado en Almansa en El Rincón de Pedro, que llevaba cerrado unas semanas por vacaciones. He comido un delicioso arroz con pato y de entrada unas quisquillas fresquísimas y gamba blanca de Huelva.

jueves, 13 de enero de 2022

Últimos días de temporada

Hoy jueves 13 de enero es mi cumpleaños, cumplo 59 años, así que qué mejor manera de celebrarlo que yéndome a cazar. En Albacete he empezado a encontrar los primeros bancos de niebla hasta Barrax. Las temperaturas han caído diez o quince grados en los últimos días, tras unas semanas de calor infernal. En Barrax el termómetro marca -2,5 grados. El retrovisor del coche está blanco. También la luna delantera. Los campos están cubiertos de escarcha. Cuando llego a El Bonillo, la temperatura es de 1 grado. Elías y Kico están en la puerta fumándose un pitillo, como si tal cosa. Se nota que están acostumbrados al frío. Hoy hemos cazado en “Los Toscares”, otra parte de la finca, donde abunda la carrasca y la retama con campos de siembra de cereal que se entremezclan con cultivos de almendros y nogales. Conforme avanza la temporada la perdiz está cada vez más fuerte. He abatido varios machos que no tienen que envidiar nada a la perdiz salvaje. Es una perdiz que ya lleva mucho tiempo en el campo y que se adapta muy bien al terreno.
El campo es una mezcla de colores, el blanco de la escarcha se entremezcla con el verde de las siembras que ya empiezan a despuntar. Dos cazas del ejército sobrevuelan el cielo a baja altura y el sonido es atronador. El día es fresco, pero luce el sol. Un día inmejorable para cazar la perdiz, pues sopla algo de viento y la perdiz aguanta más. La mañana no podía haber empezado mejor, abatiendo las primeras perdices. He estado bastante certero, con doblete incluido, hasta que terminando la mañana he errado un par de ellas. Elías va marcando la mano. Yo sigo todas sus indicaciones. Se conoce la querencia de las perdices como nadie. Raro es que se equivoque. Las perdices apeonan largas, marcando bien la distancia. Hay que volarlas varias veces para tenerlas a tiro. Hay quien piensa que por ser perdiz soltada, no hay que trabajarla. Esta perdiz se las sabe todas. Para sobrevivir en el campo no les queda otra que aprender rápido. Conforme avanza la mañana, la percha de perdices va aumentando. Syrah va haciéndolo cada vez mejor. Aunque está con un poquito de sobrepeso es incansable. Hoy ha cobrado una perdiz pinchada que se ha dejado caer muy larga. He tomado bien la referencia y al coger la mano en sentido contrario se ha quedado de muestra dentro de unas piedras y se ha hecho con ella. Lances así te reconfortan con este deporte que tanto nos gusta y que tan buenos momentos nos hace pasar. Pasadas las doce hemos tomado un pequeño taco. Buscamos entre la vegetación silvestre un lugar donde protegernos del frío. Mientras vas caminando el frío es más llevadero, pero sí te paras, se te hielan hasta los huesos.