domingo, 28 de marzo de 2021

De hurones en La Gloria (4)


La última vez que estuve en la finca La Gloria cazando al conejo con hurón fue el pasado mes de julio. Juan José me ha sacado un permiso también para este año. Gracias a las labores de descaste que realizan los cazadores, los agricultores pueden recoger sus cosechas y cultivar sus tierras. Los conejos son una plaga que desequilibran el medio rural.

A las 8,30 me esperaba en la finca José y su hijo Rubén. Más tarde ha venido Ximo.

Cuando he entrado a la finca he visto menos conejos que otros años. La carretera a esas horas era antes un reguero de conejos. Seguramente la enfermedad ha diezmado mucho la población, aún así se ven campos de cereal cuya siembra que empieza ahora a despuntar ha sido devorada por los conejos, sobre todo en las orillas pegadas al monte.

Hemos cazado en las antiguas vías del tren. Todavía hay restos de traviesas abandonadas. Yo siempre había cazado arriba de la casa, pero el domingo pasado estuvo José echando los hurones y vio muy pocos conejos.

La mañana era fresca. Ha amanecido algo nublado aunque luego se ha despejado un poco. En las vías nos hemos cruzado con un grupo de ciclistas.

Dos cormoranes sobrevuelan el cielo dibujando una silueta espectacular, despareciendo en el horizonte.

José empieza a apuntarse los primeros conejos de la mañana sin fallar ninguno. Lleva buenos hurones y eso se nota.

En la caza del conejo con hurón si no llevas unos buenos bichos no tienes nada que hacer. Los conejos están ya muy resabiados y se las saben todas, algunos prefieren morir dentro de la madriguera antes que salir a campo abierto. Los muy veteranos torean a los hurones dentro de la madriguera. Si pudiéramos poner una cámara a un hurón, veríamos lo intrincado de las galerías y la infinidad de pasadizos que tienen bajo tierra.

La lucha que libran conejo y hurón es encarnizada. En uno de los lances he podido presenciar como un conejo se libraba de las garras del hurón cuando ya lo tenía bien atenazado. Los conejos son duros.

Yo iba tiro a tiro hasta que errado el mejor conejo de la mañana. Lo he dejado pasar y creo que me he ido por arriba. Ha salido a un camino de piedras, con los dos tiros traseros. Más tarde he errado otro igual. Tengo que tirar a tenazón y sin apuntar. Si apunto,  pierdo rapidez y en este tipo de caza la rapidez es fundamental aunque hemos cazado en buenos cazaderos donde había bastante visibilidad. En zonas con mucha vegetación la cosa se complica y el tiro tiene que ser más rápido. Si las bocas están muy pegadas unas a otras, pasan de una a otra que no te da tiempo ni apuntar.

José demostró una habilidad  especial desollando los conejos.

Cuando ya estábamos terminando de cazar ha venido Juan José con Javier y su hermano Vicente. Después nos hemos ido todos a comer al Trajín en Fontanars dels Alforins, donde Ismael nos ha preparado un delicioso arroz caldoso que ha puesto colofón a una excelente jornada de caza con muy buenos compañeros y amigos.

 

 

 

 

 

domingo, 21 de marzo de 2021

Buen estrene de escopeta

 


Cada sábado antes de ir a entrenar al campo de tiro de Vallada suelo comer en el restaurante El Serrano de la Font de la Figuera.

Típico restaurante de carretera, muy frecuentado por camioneros, lo que es sinónimo de comer bien. Con una carta muy amplia, igual de amplio que el local,  la especialidad son las carnes a la brasa, aunque yo añadiría también el arroz meloso de marisco porque el que comí el sábado es uno de los mejores arroces que he probado en mi vida. En su punto de cocción, muy sabroso. Por lo que pagas en cualquier restaurante de postín por una ración de arroz, aquí comes un menú completo; primero, segundo, postre, bebida y café, incluso los fines de semana. La vitrina de carne da gusto verla.


Hacía muy mal tiempo, mucho frío y viento, pero eché la escopeta al coche, por si acaso cambiaba de opinión en el último momento, como así fue. A las 7 de la tarde cuando regresaba de Vallada, el termómetro marcaba cinco grados. Nadie diría que hoy comienza la primavera.

Los días  que hace tanto viento no me gusta tirar porque te saca de tiro. Cuando aprietas el gatillo, el plato muchas veces lo tienes fuera de tiro. Dependiendo de la dirección del viento los sube o los baja, desconcertándote. Hay que tirar muy rápido para no dar demasiadas ventajas al plato.

Cuando llegué al campo de tiro estaban Eduardo, Amadeo y su hijo Alonso que ha sacado la misma afición a la caza y al tiro que su padre y también de su tío. Hacía un montón de tiempo que no coincidíamos en un campo de tiro. Por la mañana había visto a Eduardo comprando piensos para los perros y comentamos de vernos. Su hermano Amadeo le había dicho de ir a Sellent a la codorniz, pero al final cambiaron de planes.

Mientras estaba comiendo, recibí un wasap de Amadeo preguntándome si estaba abierto el campo de tiro de Vallada, a lo que le contesté afirmativamente.

Cuando llegué ya estaban allí. Tiramos juntos un par de series. Alonso era la primera vez que tiraba al plato y lo hizo francamente bien, además, rompió el plato naranja, que da derecho a una botella de vino. También Edu rompió el plato naranja.

En Vallada se tira plato negro y en cada serie sale un plato naranja, el tirador que logra romperlo tiene como premio una botella de vino. En este caso, las dos botellas se fueron para Fontanars dels Alforins.

Tanto Eduardo como Amadeo hicieron muy buenas series. Llevaban tiempo sin tirar, pero dejaron el pabellón bien alto.

Yo estoy muy contento con nueva Perazzi 2000. La llevé a la armería Climent para que me pusiera un culatín más largo, me venía muy corta y la verdad es que ahora me entra muy bien. Me ha dado algo de ventaja porque no siempre meto la cara bien. He tirado solo un par de series con ella, pero con muy buenos resultados hasta el momento. La semana pasada hice un 23 y un 19, ya anocheciendo y con muy poca luz y este sábado un 24 y un 21.

Aún lejos de los porcentajes de los buenos tiradores, pero con la ilusión de seguir mejorando cada día.