jueves, 26 de enero de 2023

Terminando la temporada de caza

Parece que fue ayer cuando empezamos la temporada cinegética y ya está tocando a su fin. En Castilla -La Mancha concluye el próximo 8 de febrero mientras que los cotos de caza intensiva podrán prorrogarlo hasta el 31 de marzo. Se han ampliado los días de caza debido a la pandemia que cerró completamente la actividad cinegética. He salido de casa un poco más tarde para evitar las heladas. El cielo está raso. A las 7,30 de la mañana el termómetro marca dos grados. Solo unos días antes llegó a menos siete bajo cero. En la carretera de Barrax a Munera se aprecian restos de nieve en la cuneta y en las umbrías donde la nieve tarda más tiempo en deshacerse. Aquí la temperatura ha bajado un par de grados. El cielo está gris y amenaza nieve. En Castilla y León las nevadas han sido bastante copiosas, y ha dejado algunos municipios incomunicados. Cuando he llegado a El Bonillo han empezado a caer los primeros copos. Un autobús estaba esperando a los ojeadores. Había un ojeo cerca. Hoy hemos cazado en un lote que se llama El Policía y donde hay bastante monte. Hemos comenzado cazando las orillas de las siembras de cereal para meter la perdiz en la sierra. Si no trabajas antes la perdiz, no hay nada que hacer. Hay zonas más claras y otras más espesas donde las carrascas o chaparros como los llaman por aquí impiden tirar con cierta comodidad por la nula visibilidad. Son tiros a tenazón. Justo donde hemos dejado el coche una perdiz se resguarda del frío tras una piedra. Enseguida se ha dado cuenta de nuestra presencia y le ha faltado tiempo para desparecer apeonando monte arriba. Las perdices buscan el resguardo bajo las carrascas para protegerse del frío. También de las águilas y los milanos que observan desde el cielo a sus presas antes de abalanzarse sobre ellas. He empezado muy mal la mañana, errando tres perdices consecutivas. Vuelan muy largas y cuando rasean se confunden con el tono oscuro de la tierra mojada. En la primera vuelta solo he conseguido abatir una perdiz, pese a que he tirado una veintena de tiros. A Elías también le ha llamado la atención que los cartuchos suenan de una manera rara, como si tiraras con un rifle del 22. Un sonido metálico. No es un sonido seco. Es posible que hayan cogido humedad. Desde que empieza la temporada los llevo en el coche. Lo mejor para resguardarlos del frío y de los cambios de temperatura que, sin duda, afectan a la munición es llevarlos dentro de una caja de corcho. Las que se utilizan para el pescado o el marisco sirven perfectamente. Tiro con plomo de séptima y 36 gramos. Munición suficiente para dejarlas fritas. Sin embargo, me he dado cuenta de que algunas se han ido pinchadas. En el aire han hecho algún pequeño movimiento. Conforme vamos cazando caen pequeños copos de nieve que no llegan a cuajar. Hace un día fantástico para cazar la perdiz. El frío es bastante soportable, salvo cuando sopla algo de viento. Entonces la sensación térmica aumenta y parece que estemos en el polo norte. Cuando hemos parado a tomar el taco, he cogido otra caja de cartuchos para probar si es toda la remesa o solo un par de cajas. En esta vuelta he empezado mejor, pero he errado muchas perdices. Al final de la mañana solo he conseguido colgarme tres patirrojas y un conejo. Por un momento he llegado a pensar que terminaría el día haciendo pala. Por fortuna, no ha sido así, pero casi porque no ha sido hasta última hora de la mañana cuando me he colgado un par más y gracias a que me acompañaba Elías. De todos los días que llevo subiendo a El Bonillo ha sido mi peor día con diferencia. He tirado casi dos cajas de cartuchos para colgarme tres perdices y un conejo. Ha habido perdices que no me ha dado tiempo ni a encararme la escopeta. He estado muy lento. No he dormido en toda la noche y la falta de reflejos se nota. Syrah ha cazado bastante nerviosa, más pendiente de volar perdices fuera de tiro que de sacarlas a tiro. Se ha dejado un par de perdices por cobrar que han caído alicortadas. Luego se ha serenado un poco.
Puede ser que al ser un día de tanto frío, la perra coja más el rastro de las patirrojas. Iba loca, volando perdices sin parar. Hemos visto muchas perdices. Bandos completos y algunas solitarias. Es una perdiz muy fuerte. El coto está muy cuidado con comederos y bebederos repartidos por todo el acotado. También en los caminos se echa trigo en abundancia. Es preferible cazar en mano con varias escopetas porque se mueve más caza. Uno solo es más complicado. Siempre puedes tirar a perdices revoladas o enviadas de otros compañeros. Como cualquier otro deporte, la caza tiene sus días buenos y sus días malos. Hoy ha sido uno de estos. Así es la caza.

miércoles, 18 de enero de 2023

Accidentes de caza

En primer lugar lamentar profundamente la muerte del hombre de 87 años fallecido este pasado sábado en Canejan, en la Vall d’Aran, por los disparos fortuitos de un cazador cuando se realizaba una batida de jabalíes en la zona. Fueron los propios cazadores quienes alertaron a los servicios de emergencia del 112 para dar cuenta del accidente. Hasta el lugar de los hechos se desplazó un helicóptero y una dotación del Grupo de Rescate de Montaña, así como una patrulla de agentes de Medio Ambiente, y de los Mossos d’ Esquadra. Por desgracia, el hombre falleció antes de ser trasladado al hospital. Respecto a las medidas de seguridad que deben preceder toda cacería señalar que las batidas de jabalíes deben estar anunciadas previamente y autorizadas por la Administración correspondiente que suele ser la Conselleria de Medio Ambiente o la Delegación de Gobierno, previa solicitud de la sociedad de cazadores. Pero, además de ser anunciadas con varios días de antelación y autorizadas deben estar debidamente señalizadas con tablillas para que nadie, salvo los cazadores, pueda acceder al lugar de la batida. Se cierra y se delimita la zona para que ninguna persona ajena a la cacería como ciclistas, paseantes o seteros puedan acceder a la mancha objeto de la batida. Además, es obligatorio el uso de chalecos reflectantes por parte de los cazadores para que puedan ser perfectamente visibles en todo momento. Las batidas de jabalíes es la modalidad cinegética donde más accidentes de caza se producen. Nadie debe moverse del puesto que ha sido asignado previo sorteo y se debe disparar a pieza vista. Estas normas que son elementales muchas veces se incumplen. Cada vez se realizan más batidas en los acotados debido a los daños que los jabalíes provocan en la agricultura y cuyas pérdidas son muy cuantiosas. Solo en la Comunidad Valenciana, las pérdidas ocasionadas por la superpoblación descontrolada de jabalíes, conejos, corzos y cabras montesas ascendió a 35 millones de euros en 2021, un 15% más que el año anterior, según AVA-ASAJA. Los accidentes relacionados con la actividad cinegética se han cobrado desde 2007 hasta marzo de 2022, 125 fallecidos y un total de 729 heridos, excluyendo a Cataluña y País Vasco, según datos del SIGO (Sistema Integral de Gestión Operativa) de la Guardia Civil. Los datos reflejan que 2016 con ocho fallecidos y 2019 con siete personas muertas son los años en que se produjeron más víctimas mortales por accidentes relacionados con la caza. Aprovecho estas líneas para denunciar los insultos que se reproducen a diario desde las redes sociales cada vez que se produce un hecho luctuoso como es la muerte de un cazador, con mensajes absolutamente deleznables y cargados de odio contra todos aquellos que practicamos una actividad legal como es la caza.

viernes, 13 de enero de 2023

Comienzo de año en la Patirroja

A la altura de Pétrola, un cartel informativo de la DGT advierte del peligro de la niebla. Unos kilómetros más adelante, la niebla comienza a ser espesa y a dificultar la conducción por la escasa visibilidad. En Barrax, el termómetro marca dos bajo cero. Los campos están blancos por la escarcha. La niebla da paso a un sol majestuoso. De Munera a El Bonillo comienzan de nuevo los bancos de niebla. Las perdices picotean en los sembrados a orillas de la carretera. Este jueves hemos cazado mano a mano Jean Pierre y quien suscribe estas líneas. Nos ha acompañado Elías. Hoy día 12 era el día previo a mi cumpleaños, así que había doble motivo para celebrar.
Al llegar a la finca atravesamos un gran charco de agua que cruza de parte a parte el camino. La siembra de cereal va bastante más adelantada que por Fontanars donde sigue sin llover. Los almendros están empezando a florecer. La floración se ha adelantado unas semanas debido al calor de estos días, trastocando el ciclo vegetativo de las plantas y de los árboles. Para la semana que viene se espera que bajen las temperaturas, incluso que caigan unos copos de nieve. En el coto aún se aprecia algo de niebla, pero la visibilidad es buena para salir a cazar. Al entrar al cazadero, hoy hemos cazado el centro de la finca, un bando de perdices apeona delante del coche. Rompen a la derecha en dirección al monte. Syrah está con el celo, así que Jean Pierre ha cazado más separado de mí con su perro, cartouche, para evitar que distrajera su atención. Para que los perros no se molestaran, Elías ha ido por el centro. Nada más empezar he tirado a una perdiz enviada. Cae cerca de una carrasca, en un claro, cogemos bien la referencia, pero tras buscar un rato, no la encontramos. Los días que hace tanto con calor no son buenos para la caza en general y menos para la perdiz. Son preferibles los días nublados, con frío y con viento. La perdiz aguanta más y sale a tiro. Hoy no se movía ni una rama. A mitad mañana nos sobraba casi toda la ropa. En la primera vuelta hemos visto muchas perdices, pero muy largas y fuera de tiro. Apeonan delante, marcando la distancia. Yo solo he conseguido tirar a tres. Jean Pierre a ninguna. Sobre las 11,30 hemos parado a tomar el taco para coger algo de fuerzas después de un inicio bastante frustrante. La segunda vuelta se ha dado bastante mejor. Por la mañana hemos volado los bandos y la perdiz se ha disgregado. La perdiz busca las lindes, las orillas de los sembrados y los montones de piedras. En el monte es muy complicado tirarles porque está bastante cerrado. Es un tiro a tenazón. En el único momento de la mañana que he cogido el móvil mientras esperaba a Jean Pierre y a Elías a que terminaran de dar la vuelta, ha pasado por encima de mi cabeza una barra de perdices enviadas. He soltado el móvil lo más rápido que he podido, pero no me ha dado tiempo a encarar la escopeta. Syrah ha cobrado una perdiz dentro de una zona con mucha maleza y de difícil acceso. De no haber sido por la perra, no la hubiéramos cobrado. Los labradores son excelentes cobradores. En otro lance, Syrah ha estado espectacular, cobrando una perdiz que he derribado de segundo tiro, pero que daba por perdida. Tras un rato buscándola ha venido con ella en la boca. Al no escuchar su respiración jadeante, sabía que ya la tenía. La emoción del momento ha sido indescriptible. En la mano, Elías va por el centro mientas que Jean Pierre y yo cogemos las puntas. Y como suele ocurrir en la caza, las perdices le salen a tiro a quien no lleva escopeta, en este caso a Elías que llevaba el garrote. Llevaba un buen ritmo de perdices abatidas cuando Syrah se ha quedado de muestra en una mata. Me preparo, pensando que saldría un conejo cuando ha arrancado una perdiz a la que le he visto todos los colores. He levantado la cara y le he hecho el tiro por bajo. Estas son las perdices que te quitan el sueño durante varios días y lo emocionante de la caza, donde lo menos importante son las piezas que abates sino las sensaciones que experimentas, sobre todo cuando vas acompañado de buenos amigos.