domingo, 28 de abril de 2019

De hurones en La Gloria (2)

Nueva jornada de caza con hurón en la Finca La Gloria en el término de Villena. A las 8 en punto de la mañana estaba ya en la puerta. No he pegado ojo en toda la noche por los nervios y a las 6 ya estaba despierto, dando vueltas en la cama, imaginándome los lances y el trabajo de los hurones.
Juan José ha desbrozado una zona de la finca de monte bajo donde antes había muchas madrigueras y debido a la alta vegetación no se podía echar el hurón. Las máquinas han estado trabajando estos días y han dejado aquello limpio como una patena.
Sin embargo, parece que al haber quitado la protección que tenían los conejos, su hábitat natural, se han desplazado a otra zona de la finca.
El movimiento de tierras ha provocado el enterramiento de muchas madrigueras.
Juan José y yo nos hemos subido al cazadero pasadas las 8, mientras esperábamos a que llegaran el resto de compañeros. Sin bajar del coche hemos visto el primer conejo. Ha salido de una mata próxima a donde nos encontrábamos y  ha cruzado a toda velocidad una viña en espaldera, pero aún no habíamos desenfundado el arma.
Para no ser muchas escopetas y molestarnos entre nosotros, nos hemos dividido en dos cuadrillas. Cristóbal, Pedro y yo hemos cazado en la zona de monte que se ha limpiado. Santiago, padre e hijo y Pepón han ido a otra zona.
Cristóbal ha traído dos machos. Las dos hembras que tiene, una está criando y la otra a punto de parir.
Solo hemos tenido ocasión de tirar los hurones en un par de bocas. Uno de ellos se ha liado con una coneja dentro de la madriguera y ha tardado mucho tiempo en salir. Me he quedado con ganas de pegar más tiros y de seguir cazando un rato más, pero la caza con hurón es así y hay que armarse de paciencia porque los lances dependen del trabajo que hagan los bichos.
El hurón ha salido con las patas llenas de barro y con bolas en las uñas,  seguramente provocado por el orín de la coneja. Esto suele ocurrir cuando la coneja se emboca y para evitar que el hurón la haga salir de la madriguera orina sobre el hurón.  Las afiladas garras del hurón pierden efectividad con los pegotes de barro y no consiguen su propósito porque las garras no penetran en el cuerpo del conejo sino que resbalan por la piel y no consiguen lastimarlo.
Cuando se abate un conejo que está cerca de la madriguera conviene cogerlo pronto antes de que lo divise el hurón porque de lo contrario nos quedaremos sin conejo como me ha ocurrido a mí hoy cuando el hurón ha cogido un conejo que estaba a pocos metros de la madriguera y se lo ha llevado con él.
En el puesto con los hurones nos hemos quedado Cristóbal y yo. Pedro ha preferido cazar al salto y no le ha ido nada mal porque ha cobrado 4. Ha sido cuando ha movido algo de caza y le he cantado un conejo a Cristóbal que le cruzaba por detrás en un campo de almendros y lo ha abatido de un certero disparo.
El fuerte viento que ha hecho estos días, unido a las copiosas lluvias han tumbado muchos almendros. Al estar los árboles casi a la altura del suelo las ramas han sido roídas por los conejos.
No eran aún las 10 cuando nos hemos ido a la casa a almorzar. Juan José había preparado la lumbre a primera hora de la mañana. Solo faltaba echar a la parrilla el embutido y de eso se ha encargado Cristóbal. El resto, de no dejar nada en el plato.


viernes, 26 de abril de 2019

Frank y la caza (y 3)

Este último capítulo ha sido el que  más me ha gustado de la trilogía que Frank Cuesta ha dedicado al mundo de la caza y que tanta expectación había despertado entre simpatizantes y detractores del mundo cinegético.
Y me ha gustado especialmente porque ha dedicado un espacio a la caza menor. En este caso, a la caza del conejo con perros, sin escopeta. Una modalidad cinegética muy practicada, modesta, con gran tradición, que despierta grandes pasiones entre los cazadores, lejos de los boatos de los grandes ojeos de perdiz o de las monterías. La caza del conejo con podencos es la caza por antonomasia, una caza de igual a igual.
La presencia de niños en las monterías, tras el desgraciado accidente que le costó la vida a un pequeño de 4 años, fue otra de las cuestiones que se abordó en el programa, con el testimonio del padre del niño que resultó muerto por un disparo de bala. Como explicó el presidente de la Federación Andaluza de Caza, el número de accidentes mortales en la caza es mínimo. Tal como recordó, la ley no prohíbe la presencia de menores en monterías u otras cacerías. Lo que sí prohíbe taxativamente la ley es el uso de armas por parte de un menor.
Importante ha sido también el testimonio del  codirector del parque nacional de la Sierra del Guadarrama, Pablo Sanjuanbenito, hablando de la sobrepoblación de cabras que sufre el parque, donde sobran actualmente 3.500 ejemplares  y cuyo plan de caza controlado es necesario para conseguir un equilibrio poblacional. Plan de caza que ha sido suspendido cautelarmente tras una denuncia impuesta por Pacma. El problema de la superpoblación que apunta Pablo es que no hay suficiente comida en la sierra para atender a tantos ejemplares. Al escasear el alimento, los animales desfallecen, perdiendo defensas y consecuentemente enferman, lo que les provoca una muerte atroz. Pacma, como ha recordado Frank Cuesta, estaba invitado al programa, pero ha declinado la invitación.
Para terminar, concluyo con esta frase de Frank Cuesta que me parece muy clarificadora ante las tesis prohibicionistas que quieren imponerse por parte de colectivos animalistas:  "Mucha gente está en contra de la caza, pero nadie sabe realmente cómo sería el mundo si no existiera la caza. Y el mundo sería un desastre." Nada más que añadir.





lunes, 22 de abril de 2019

Mis inicios en la caza


La mayoría de los cazadores que conozco empezaron a cazar por vínculos familiares. Normalmente era el padre quien  cazaba y eso se va iba transmitiendo de padres a hijos, generación tras generación. Hoy el relevo generacional en la caza se ha perdido casi por completo porque hay poca gente joven que se inicie en la caza.

 En mi caso, no fue así. Mi padre no pegó un tiro en su vida ni cuando hizo el servicio militar, que es ya es difícil en la mili de entonces no empuñar un cetme.
Dos tíos míos sí que fueron muy cazadores. Mi tío Vicente Simó,  hizo innumerables viajes a África de safari a cazar leones y elefantes, pero cuando ir a cazar a África era otra cosa bien distinta y no como ahora.  Me estoy refiriendo a los años 50-60. Entonces se practicaba un tipo de caza más auténtica y menos enlatada. Mi tío Carlos Gisbert  también fue cazador, pero solo de caza menor. Luego más tarde se lo dejaría. Cambió la escopeta por los paseos por el campo. Tampoco es una mala opción.
Yo comencé relativamente tarde, con 18 años. Vicente, el casero de la finca era un cazador nato. Entonces en Fontanars era fácil colgarse media docena de perdices en un rato cuando salías a cazar. A los tordos no se les tiraba porque el cartucho era muy caro. No hacía falta, además, habiendo tanta caza. Las escopetas y la munición de entonces no tenían nada que ver con las de ahora. Muchos se recargaban los cartuchos. Nosotros en casa teníamos una máquina de recargar cartuchos. Comprabas la pólvora, el pistón y los perdigones. Las vainas podías recogerlas de un campo de tiro y eso que te ahorrabas.
Vicente cazaba con una paralela. Más tarde se cambió a una semiautomática porque era la moda. Yo le acompañaba alguna vez a cazar. Recuerdo todavía cómo descolgó un tordo que iba a gran altura.
Perdí el miedo disparando a un envase de metal que Vicente me la lanzó al aire. No recuerdo si le pegué. Me imagino que no, aunque eso poco importaba. Era la primera vez que disparaba y había que perder el miedo. Tenía pánico al ruido y al retroceso del arma. De hecho, cuando mi tío Carlos venía de cazar, yo me escondía en el cuarto para no verle. La finca "Els Pinarets", que era de mi abuelo, está en Banyeres de la Mariola. En esa finca y en otras de mi tío Miguel, cazaba mi tío Carlos, con un íntimo amigo suyo, que ahora no recuerdo su nombre, que siempre le acompañaba.
 Mi padre me compró una repetidora Franchi, que era de mi cuñado Wenceslao. Costó 25.000 pesetas. Más tarde se la vendí por el mismo precio a Gabriel, mi vecino,  que aún la tiene y caza con ella. Entonces las repetidoras podían llevar hasta cinco tiros, alguno más, si le ponías un prolongador. Las Beretta, solo cuatro. Luego ya hubo que ponerles una varilla para limitar los cartuchos a un máximo de tres. Si por mi fuera cazaría con dos tiros.
Cuando de verdad empezó a picarme el gusanillo del tiro y la caza, compramos entre mi cuñado Wences y yo una máquina de lanzar platos . Era manual y tenía diversas posiciones. Hicimos un pequeño campo de tiro en la finca, y en verano organizábamos un concurso de tiro al plato. Solo teníamos que tener cuidado que no pasara ningún coche por la carretera en ese momento para que no llegaran los perdigones. En aquella época de la que estoy hablando  era una carretera muy poco transitada, así que no había demasiados problemas con el tráfico.
Mi primer viaje fue a Calamocha, en Teruel, a la codorniz. Yo entonces no tenía perro. Iba con Paco Sanchis y su perro Adolfo que cogía muy bien el rastro. Allí conocí a Ramón Ferrero, con el que me uniría tiempo después una gran amistad y con el que compartiría innumerables jornadas de caza.






viernes, 19 de abril de 2019

Frank y la caza (2)


En el segundo programa que Frank Cuesta dedica al mundo de la caza hay una cierta tendenciosidad por parte del presentador  de llevar el tema a su terreno cuando aborda el ojeo de perdices. El capítulo también dedica un tiempo del mismo al campeonato de caza del zorro en Galicia en los montes de Cotobade  y a la taxidermia.
La grabación tiene lugar en una finca de superlujo, situada en Puebla del Príncipe en la provincia de Ciudad Real, en la que participan media docena de cazadores extranjeros, la mayoría ingleses, que llegan a pagar entre 5.000 y 6.000 euros por un ojeo de perdiz repoblada. Pero no toda la caza es así. Tampoco todos los ojeos. He participado en ojeos a perdiz muerta que no cuestan ese dineral. Tampoco hace falta hospedarse en esas lujosas mansiones. La imagen que da de la caza no es la real. Claro que hay personas que se gastan un pastizal en ojeos y monterías, pero no son la mayoría.
Gracias a la actividad cinegética viven en España muchas familias y es un factor importantísimo de desarrollo del mundo rural, pero ¿por qué no se habla también de los cotos sociales y de su importancia? De esa gran mayoría de cazadores, que cazan en su pueblo y que no pagan esas cantidades astronómicas para salir al campo con sus perros. En mi pueblo donde yo cazo, un talón de caza para toda la temporada ronda los 150 euros.
El ojeo es una modalidad de caza, cara; pero existen otras en la menor como: la caza al salto o a mano, las tiradas de torcaz o de tordo, la caza de la codorniz en la media veda. Por un puesto de torcaz se paga alrededor de 300 euros y de tordo 150 euros, pudiéndose doblar en ocasiones. Quiere esto decir, que en un mismo puesto se pueden poner dos escopetas.
La caza hace mucho tiempo que dejó de ser un deporte practicado únicamente por la aristocracia y las clases pudientes. No es un deporte elitista.  Hoy en día está al alcance de todos los que deseen practicarla.




sábado, 13 de abril de 2019

Pacma podría colarse en el Parlamento


Pacma se presenta a las elecciones generales del 28-A y esta vez los sondeos le otorgan uno o dos diputados. Hasta ahora no habían conseguido ningún escaño. Muy recomendable el artículo que le dedica el periodista Rubén Amón en El País, titulado: El animalismo "amenaza" el Congreso.

El programa del grupo animalista se reduce a prohibir la caza y los toros. No sabemos qué piensan del empleo, de la economía, de los derechos sociales. Esas son sus dos grandes obsesiones: la caza y los toros. Además, lo hacen desde la sinrazón y el odio visceral hacia los que libremente optamos por otras opciones como es, en mi caso, la caza. Basta con leer alguno de los mensajes que cuelgan en las redes sociales, deseando la muerte de cazadores y toreros. Afortunadamente, la justicia ya ha tomado cartas en el asunto y ha habido varias sentencias condenatorias por delito de odio. Pocas, la verdad, para las barbaridades que se dicen.
Hasta el propio Frank Cuesta ha declinado seguir haciendo programas en España después de las amenazas que ha recibido de grupos animalistas por hacer un programa sobre la caza en España, donde se daba voz tanto a cazadores como a animalistas.
Ante la falta de argumentos convincentes se dedican a insultar y a amenazar a quienes no pensamos como ellos.
Es un discurso plagado de odio contra las personas. Un mensaje radical, prohibicionista, que por desgracia va calando en la sociedad.
Desconocen absolutamente el mundo rural, el campo, la naturaleza. Dicen barbaridades como esterilizar a los jabalíes con una vacuna para evitar la superpoblación. Paralizan batidas que cuentan con todos los permisos legales, como si el campo les perteneciera. Asaltan granjas de cerdos.
Hacen de la defensa de los animales un alegato espurio.
Los animalistas dicen defender los derechos de los animales. Y yo también. No hace falta ningún partido político que nos recuerde los derechos de los animales. La ley del maltrato contra los animales no es obra de Pacma. El Código Penal tipifica estos delitos con penas de cárcel. Todos queremos que los derechos de los animales se respeten. Y también los nuestros.





jueves, 11 de abril de 2019

Frank y la caza


He tenido ocasión de ver el programa de Frank Cuesta sobre la caza, que tanta expectación había despertado y he echado en falta que los cazadores que intervienen en el reportaje no hayan estado un poco más convincentes en sus respuestas, teniendo en cuenta que el programa no era en directo.

En primer lugar, el grito de ¡Arriba España!  al terminar el rezo por parte de uno de los participantes en la montería estaba totalmente fuera de lugar. Como también el comentario que hizo otro de los cazadores sobre Cataluña. El tema era la caza.
En otro momento del reportaje uno de los organizadores de la montería dice que va a dar un ganchillo en una de las zonas de la finca donde se habían producido daños en la agricultura y también menciona los accidentes de tráfico que provoca la fauna salvaje.
Ambas cosas son totalmente ciertas, pero ¿ por qué no se eligió un campo donde realmente se viera los daños que estos animales causan en la agricultura?. Se podía haber elegido un campo de cereal o de almendros, o cualquier otro cultivo, con signos de que los jabalíes entran por la noche y destrozan las cosechas. O haber recabado el testimonio de un agricultor afectado. Sin embargo, la montería se desarrolló en un cerro, sin campos ni carreteras alrededor. Con lo cual este argumento, siendo cierto, perdía mucho peso.
La presencia de los agentes del Seprona, levantando varios lazos y cepos, tampoco fue muy afortunada, aunque esto fue una decisión del programa. Parecía como si fuera algo habitual encontrarse con cepos en el monte. Claro que se ponen, pero da una penosa imagen de los cazadores.
El furtivismo, que es un tema que nos afecta a todos se trató de pasada. Hubiera valido la pena hablar sobre ello y dedicarle, al menos, unos minutos.
Faltó una respuesta inteligente por parte de la cuadrilla de cazadores cuando abatieron el macho montes, que era selectivo y tenían intención de fotografiarse con el trofeo, como se hace en la mayoría de los casos, sobre todo, en caza mayor. Al final la foto no se tomó porque Frank no veía apropiado fotografiarse con el cadáver del animal. Los cazadores asintieron con la cabeza y bajaron la res hasta el coche, sin más respuesta.
Hubo mucha naturalidad, lo cual está muy bien y Frank lo agradeció en repetidas ocasiones, sin embargo, se trataba de un programa que iban a mirar con lupa, tanto los que están a favor como los que están en contra de la caza.
Eché en falta también cuando Frank preguntó que dijeran algo negativo contra la caza. Podían haber hecho más hincapié, en todos esos vídeos que a muchos de nosotros nos indignan, que cuelgan en las redes sociales, como el del tipo que salió pisoteando y lanzando por los aires a un joven zorro hasta provocarle la muerte.
Hay prevista una segunda parte donde se abordará la caza menor. Esperemos que nos vaya un poquito mejor.





miércoles, 3 de abril de 2019

La caza y el mundo rural


Se nota que se aproximan las elecciones y los partidos políticos se apresuran a prometer ayudas y dinero a raudales aunque no lo haya, con la misma rapidez que cuando gobiernan se les olvida.

La caza y el mundo rural, tan denostado por los poderes públicos han cobrado carta de naturaleza en estas próximas elecciones que se avecinan y casi todos los partidos llevan en su programa electoral la defensa de la caza y del mundo rural. Y es que ambas cosas no se pueden separar y van de la mano. No se entiende la una sin la otra. El mundo rural necesita de la caza para subsistir. Y viceversa.


Estos días hemos visto a Pablo Casado o a Albert Rivera visitar aldeas despobladas o subirse a un tractor, cuando posiblemente haya sido la primera vez en su vida que lo han hecho.
Pero como dice el refrán: "más vale tarde que nunca". A ver si es verdad y los políticos se preocupan y ocupan del mundo rural, pero no solo cuando hay elecciones, también el resto del año; con iniciativas y medidas que ayuden, de verdad, al mundo rural a salir de su permanente ostracismo y de la tremenda despoblación que sufre, como consecuencia de la migración del campo a la ciudad, tras el boom de la construcción, que dejó pueblos semivacíos.
El presidente de Castilla La Mancha  Emiliano García- Page ha anunciado una serie de medidas para equiparar el mundo rural con las grandes urbes en materia de servicios. Hay pueblos en España que no disponen de centro médico y sus habitantes tienen que recorrer muchos kilómetros hasta el más próximo, con el consiguiente riesgo para su salud. También existen otras deficiencias en este caso técnicas, como en lo referente a las nuevas tecnologías, donde el acceso a internet está muy limitado o ni siquiera llega a muchos pueblos.
La caza es otra de las cuestiones que enarbolan los políticos como arma electoral para ganar votos . En España hay cerca de un millón de cazadores y es un colectivo muy importante por su número para  dejarlo escapar. El primero en subirse al carro fue Vox y ahora se han sumado otros partidos políticos como PP o Ciudadanos.
Mientras unos defienden la prohibición de la caza como es el caso de Podemos, IU, Equo o Pacma; otros apuestan por la defensa de la caza como generador de riqueza y de sostenimiento del ecosistema. Recuérdenlo cuando vayan a depositar la papeleta.