domingo, 24 de febrero de 2019

De hurones en La Font con una buena cuadrilla de amigos

La Font de La Figuera es una zona declarada plaga de conejos como otros tantos municipios de la Costera y La Vall d'Albaida. A la escasez de lluvias en la siembra se suma los daños que los conejos provocan en las cosechas y en los frutos leñosos como almendros o vid.
La Conselleria de Agricultura concede permisos  de caza durante todo el año para combatir la plaga de conejos, que causa pérdidas millonarias a los agricultores.

Foto: Vicente Amat
Este pasado domingo fui invitado por Miguel a cazar el conejo con hurón en la zona de la Rambla en La Font de la Figuera. Un paraje muy castigado por los lagomorfos. La viña aún no ha empezado a brotar y todavía es pronto para evaluar los daños, pero los platones jóvenes son un manjar para los conejos, roen el tronco hasta secarlo. A veces ni los protectores logran disuadir a los conejos de buscar su alimento.
Los ribazos con tierra suelta fácil de escarbar es el lugar perfecto para hacer madrigueras. Miguel sabe perfectamente donde echar el hurón para que los conejos salgan de su escondite, donde solo salen para comer, sobre todo, a primera hora de la mañana y a última de la tarde. Es un animal de hábitos nocturnos y crepusculares, se alimenta desde que anochece hasta que amanece. El resto del día lo pasan dentro de la madriguera, de ahí que este tipo de conejo solo se pueda cazar con hurón y no con perro.
Con Miguel vienen también dos amigos suyos: Alberto y Vicente, una cuadrilla de cazadores jóvenes de La Font de la Figuera, con mucha afición.
Miguel es un experto desollando conejos. Les quita la camisa en un plis plas y están listos ya para cocinar.
Al principio de la mañana no hemos tenido mucha suerte porque una de las huronas, la más pequeña, se ha liado dentro de la madriguera con los gazapos y ha tardado en salir. Las conejas están la mayoría recién paridas y no se separan de los pequeños.
La caza del hurón requiere mucha paciencia. Hay que esperar a que el hurón salga y a veces el tiempo de espera se prolonga durante horas, sobre todo, cuando hay gazapos en su interior.
Después de un copioso almuerzo hemos ido a otra zona, también de viñedos, muy castigada. El año pasado en estos campos no se vendimió porque los conejos arrasaron con la cosecha y no dejaron racimos para vendimiar. Lo mismo pasa con los campos de cereal donde los conejos se comen la siembra y no la dejan crecer, con la consiguiente pérdida económica para los agricultores.
El trabajo de los hurones es fundamental. Miguel lleva buenos bichos y eso facilita mucho la labor. No es fácil hacerlos salir porque los conejos son muy astutos y tienen enormes e intrincadas galerías por donde despistar al hurón y escapar de las escopetas.
El campo está lleno de fallega o excrementos que deja a las claras el número de ejemplares que hay. También de sendas por donde transitan los lagomorfos. En las orillas de los campos pueden verse infinidad de pisadas como si hubiera pasado un rebaño por ellos.
Es emocionante cuando oyes las carreras debajo de tus pies. Salen endiablados y buscan enseguida otro agujero donde meterse. Es un tiro muy rápido, a tenazón. Por eso interesa llevar en la escopeta choques abiertos y cartucho de octava o novena. La mayoría de los disparos los efectúas a muy corta distancia.
A veces el conejo, que tiene un oído muy fino se asoma a la boca para ver si tiene el camino despejado. En ese momento no conviene disparar porque puede estar el hurón muy próximo y llevarte un serio disgusto.
Hemos apurado hasta última hora de la mañana. El sol apretaba y los hurones ya comenzaban a estar cansados., así que mejor dar la jornada por concluida con una buena percha.



miércoles, 13 de febrero de 2019

Plat!


Ha terminado la temporada de caza, aunque los amantes de la perdiz con reclamo, que son muchos en toda España, todavía podrán disfrutar unas semanas más de esta tradicional modalidad de caza. A quienes nos gusta la caza al salto o a palo mata con perro, ha llegado el momento de colgar las escopetas hasta la temporada que viene.

Mientras esperamos impacientemente  a que se abra de nuevo, allá por el mes de agosto, una buena alternativa es el tiro al plato en las diferentes modalidades que ofrece este deporte.
Hay distintas modalidades de tiro al plato: Foso Olímpico, Foso Universal, Recorridos de caza o Compak Sporting.
En Foso Olímpico hay 15 máquinas; en Foso Universal, 5, con diferentes ángulos y alturas, variando de esquemas. El compak se tira desde un planché, donde hay distribuidas diferentes máquinas en semicirculo, normalmente 5 ó 6, con platos de diferentes trayectorias. Es un buen entrenamiento para la caza porque practicas diferentes ángulos y trayectorias, simulando el vuelo de las aves.
Con el cierre de la temporada cinegética, los campos de tiro abren sus canchas para disfrute de muchos aficionados a la escopeta. Por citar los más próximos. Es el caso de Vallada, Muro d' Alcoi o L'Alqueria d'Asnar, aunque este último  abre también durante la temporada de caza de viernes a domingo. Fuera de temporada también jueves.


Tanto Muro de Alcoi como L'Alqueria d'Asnar realizan pruebas de regularidad a lo largo de la temporada, puntuando las mejores tiradas o series, con importantes regalos para los participantes. Es una manera de motivar al tirador. También organizan diferentes concursos en Foso y Compak, con numerosos regalos y una alta participación.
El plato que se utilizaba antes era negro. No se tiraba de otro color. En los recorridos de caza había de diferentes tamaños: mini, supermini, normal, patena y rabit o conejo. Ahora la mayoría de los campos utilizan el plato de color naranja, que tiene más visibilidad, aunque la gama de colores se ha ampliado a otros muchos como: amarillo, azul, verde o blanco para las tiradas nocturnas al ser reflectante.  También los hay ecológicos.
Pero el que más disfrute proporciona, al menos para quien suscribe estas líneas, es el plato flash. Se trata de un plato que lleva adherido un polvillo en la parte inferior del mismo y cuando el tirador lo rompe se desprende, provocando una gran bola de color. Se empezó a utilizar en los campeonatos del mundo que se retransmitían por televisión para que el espectador lo viera perfectamente desde su casa. También los árbitros.
Quique Torregrosa y Manola Solbes en Muro d' Alcoi y Ricardo Casanova y Esther Enguix en L'Alqueria d'Asnar son los responsables de que todo funcione como un reloj.
También en Vallada, Amadeo, Pepe Juan Rubén son los encargados de que cuando vayamos los tiradores, las máquinas y el servicio de bar funcionen a la perfección. El día que no estén ellos se terminó lo que se daba.
Este año nos ha dejado Rafa Tormo, amigo y gran persona. Hasta hace solo un par de años todavía venía, acompañado de su inseparable amigo Pepe Pastor y tiraba un par de series. Él mismo se recargaba los cartuchos.  Le gustaba venir al campo aunque solo fuera para charlar con los amigos. Eso sí, no perdonaba el esmorçaet. Siempre sonriente y con un gran sentido del humor. Te echaremos de menos.





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viernes, 8 de febrero de 2019

Otro nuevo sabotaje a las batidas de jabalíes en Xátiva



Los animalistas han vuelto a impedir que se celebre una nueva batida en Xátiva, esta vez en la sierra de Vernissa, que como en las anteriores ocasiones contaba con todos los permisos legales por parte de la Administración.

Las tres últimas batidas que estaban programadas por la sociedad de cazadores finalmente no se han podido celebrar al haber sido saboteadas por el colectivo animalista.
El otro día lo planteaba en un artículo anterior. No entiendo por qué la Guardia Civil en lugar de suspender la batida como hizo, no procedió a detener a estos individuos, que estaban impidiendo que se celebrara un acto legal, que contaba con todos los permisos reglamentarios. Los que no deberían haberse metido allí son ellos, saltándose las medidas de seguridad,  poniendo en peligro sus vidas y las de los demás.
Tal como dije entonces y lo repito ahora sienta un mal precedente, como así ha sido. No una sino en tres ocasiones han paralizado las batidas y lo seguirán haciendo siempre que tengan ocasión porque se fueron de rositas.
Los que no se fueron de rositas fue la gente que se movilizó para la batida:  cazadores, ojeadores y rehaleros, ellos sí que tuvieron que plegar sus trastos y marcharse. Algunos recorrieron cientos de kilómetros para poder estar allí ese día y poder participar en la cacería.
La denuncia que ha presentado la Federación de Caza por impedir que se celebrara un acto legal, como es la batida, no ha tenido ningún efecto coercitivo en el colectivo animalista, que niega que exista sobrepoblación de jabalíes y exigen un censo al Ayuntamiento para determinar el número de ejemplares que existen.
Tampoco creen que los jabalíes causen daños en la agricultura. No estaría de más que hablaran de vez en cuando con los agricultores para ver qué opinan cuando les arrasan las cosechas.
Como ven, viven ajenos a la realidad que les rodea. No hay sobrepoblación de jabalíes y no provocan daños en la agricultura. Los agricultores por lo visto se quejan por puro vicio. No sé si estos señores han entrado en un campo de pipas o de cereal, completamente arrasado por los jabalíes y la desazón del agricultor cuando ve que lo ha perdido todo. Aunque  esto seguramente les importa bien poco. Están en otras cosas.
Todavía no se han dado cuenta de que la población de jabalíes ha crecido exponencialmente en los últimos años y son una auténtica plaga.
Yo me pregunto dónde vive esta gente. En qué mundo viven. Una buena medida sería que pagaran a los agricultores de su bolsillo los daños que causan estos animales en sus cosechas. A lo mejor así cambiaban de opinión.
Uno de los instigadores de este nuevo sabotaje ha sido denunciado ante la fiscalía por un delito de odio por publicar en las redes sociales una serie de mensajes llamando "asesinos de mierda y puta basura" a los cazadores.
Impunidad cero a las amenazas.

lunes, 4 de febrero de 2019

Los cazadores de L'Alforí abaten en Fontanars un total de 25 jabalíes


Este pasado domingo  tuvo lugar en Fontanars dels Alforins la segunda y última de las batidas organizadas por la sociedad de cazadores L'Alforí.

En total se abatieron 25 jabalíes. La mancha a batir fue en los montes de la Solana, donde participaron seis rehalas. Hubo un total de 40 puestos. La batida estaba organizada para los socios del acotado. En esta zona hay una superpoblación de jabalíes.

Según la junta directiva de l'Alforí, "en esta zona los jabalíes están causando muchos daños en las cosechas de cereal y también en los viñedos. De hecho, hay muchos agricultores que han decidido no seguir sembrando ante el temor a no recoger nada", explican. "Tampoco pueden hacer la rotación de cultivos, que es lo deseable cuando se siembra cereal, así que la  batida es un medio eficaz para controlar la superpoblación de jabalíes", han resumido desde la sociedad.





sábado, 2 de febrero de 2019

Batidas de jabalíes como método de control

Hace unas semanas un grupo de activistas  de diferentes colectivos animalistas y ecologistas paralizó una batida de jabalíes en la zona de la Serra Grosa de Xátiva, que contaba con todos los permisos legales para que se llevara a cabo dicha cacería. Este mismo  periódico se hizo eco de la noticia en su edición del pasado 21 de enero.
Las batidas de jabalíes son necesarias para controlar su población que en los últimos años ha crecido exponencialmente, como resultado de la falta de predadores que tiene el jabalí.
A los cuantiosos daños económicos que causan en la agricultura se une la cantidad de accidentes de tráfico que provocan.
La Guardia Civil se vio obligada a suspender la batida ante el riesgo de que se produjera algún accidente. Por su parte, la Federación de Caza va a emprender acciones legales contra las personas que provocaron que la batida se suspendiera finalmente, pese a contar con todos los permisos legales de la Administración.
Efectivamente, fue un grupo minoritario de personas las que accedieron a la zona donde se iba a celebrar la batida, pero finalmente se salieron con la suya. Sin embargo, cada vez es más frecuente este tipo de coacciones por parte de los grupos animalistas. También se congregan alrededor de los campos de tiro para que se suspendan las tiradas de pichón a caja o codorniz.
Creo que sienta un mal precedente que se suspendiera la batida. Si cuatro personas porque no habría muchas más son capaces de paralizar una cacería, lo harán cada vez que tengan ocasión. No sé cuantas personas entre cazadores, ojeadores y rehaleros habría ese día en la batida, pero seguro que pasaba holgadamente del centenar. ¿Por qué no se detuvo a los activistas que estaban impidiendo que se celebrara un acto legal y se permitió que se celebrara la batida con normalidad?
En las batidas se moviliza a mucha gente y son una fuente de ingresos para las sociedades de cazadores, que son las encargadas de su organización. Esta vez, cazadores, perros, rehaleros y ojeadores tuvieron que plegar los trastos e irse a su casa por la intransigencia de unos pocos.
Los animalistas que pretenden acabar con esta práctica cinegética y con la caza en general, proponen como medida para acabar con la superpoblación de jabalíes y de otras especies venatorias como el muflón o la cabra: métodos anticonceptivos como la esterilización, es decir, vacunar a las hembras para que no procreen. Lo que no dicen, como siempre, es el coste económico que tendría esta medida, que ya se ha intentado con conejos y, sobre todo, cómo piensan llevarla a cabo. Seguramente se prestaran ellos mismos a coger las jabalinas para luego ponerles la vacuna anticonceptiva, como hacen en el monte llenando charcas para que los animales puedan beber o sembrando trochas para que no les falte alimento.
Las batidas o los ganchillos son el único método eficaz para controlar la superpoblación de esta especie cinegética que ha crecido exponencialmente. Es frecuente verlos ya hasta en las ciudades en busca de alimentos removiendo los cubos de basura.

Los animalistas siguen con sus campañas a favor de prohibir la caza en España. Están en todo su derecho de hacerlo, afortunadamente muy pocos les secundan, pero lo que no pueden hacer es saltarse las leyes.

viernes, 1 de febrero de 2019

De patos en Torre Mahiques

Ayer jueves día 31 estuve en Pozo Cañada en la finca Torre Mahiques tirando al pato.  De almuerzo y para coger fuerzas, Juan y Tere nos prepararon unas deliciosas migas de pastor. No hay cacería que se precie, que no vaya acompañada de unas buenas migas con panceta, huevo y chorizo, como mandan los cánones.
Antes de salir, los guardias medioambientales pidieron la documentación a todos los cazadores.
Tras este copioso y reconfortante almuerzo nos dirigimos a los puestos. En total 9. A mí tocó punta. No hubo sorteo y David, el guardia mayor de la finca, nos fue poniendo uno a uno. De secretario estuvo conmigo Manolo, también cazador y excelente persona.
El puesto tenía una excelente visibilidad. No había juncos ni pinos delante que impidieran ver a los patos acercarse con claridad. De espaldas a nosotros la laguna, con algo menos de agua desde la última vez que la vi.
Día incómodo para cazadores, secretarios y ojeadores por el fortísimo viento que hizo durante todo el día, con rachas muy fuertes que hacían imposible mantener en pie las barracas, incluso las paletas que se ponen para proteger a los tiradores de disparos fortuitos.
Hubo patos para todos los gustos. De pico, cruzados, raseros. Altos que iban a las nubes y otros más confiados que entraban a los puestos a punto de caramelo. Obviamente este pato no tiene nada que ver con el pato salvaje, mucho más veloz y desconfiado, pero cumple sobradamente con las expectativas, sobre todo, a los que nos gusta apretar el gatillo.

En el primero de los ojeos estuve bastante certero, bajando patos a gran altura. En total abatí 35. El promedio fue bueno. Tiré con sexta y 34 gramos. Descolgué algunos que merecieron la felicitación de Manolo que me animaba a tirar a patos cada vez  más altos. Muchos fuera de tiro. Si al torcaz hay que tirarle cuando le ves el collarín, a los patos hay que tirarles cuando les ves los ojos. Al menos eso dicen.
Después de este primer ojeo fuimos a la casa a tomar el taco en un majestuoso pabellón de caza con trofeos de hipopótamos y facocheros que colgaban de sus paredes y traviesas de madera.
 Tras coger nuevamente fuerzas comenzó el segundo y último de los ojeos. Aquí los patos entraban más altos. Cogían bastante altura. Los que venían en contra del aire les costaba avanzar debido a la dificultad. En este puesto cambié la  Mateo Mendicute por la Pedro Arrizabalaga, con un segundo cañón, mucho más cerrado de 11 décimas. Esto te permite hacer tiros más largos, pero por contra, a distancias cortas es menos efectivo, con lo cual, te puedes "tragar" patos que entran por encima de la cabeza, como me ocurrió en más de una ocasión.
En este puesto descolgué 24, pero el promedio bajó. Un porcentaje bueno es de cada 3 disparos abatir una pieza.
Ya en la casa y con el frío todavía en el cuerpo, Juan y Tere habían preparado un delicioso arroz caldoso de pollo. Para completar tan suculenta comida, hubo también para los más glotones: chuletas de cordero.
Excelente organización y una cuadrilla de cazadores con los que da gusto compartir mesa y mantel y, sobre todo, un inmejorable día de caza.