viernes, 22 de julio de 2016

De palomas


Falta menos de un mes para que se abra la media veda. La Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente  ha publicado recientemente la orden de vedas en la Comunidad Valenciana, con cierto retraso, por cierto. Otras Comunidades lo anunciaron mucho antes. Se podrá cazar la codorniz, la paloma torcaz (bravía y zurita) y la tórtola, los sábados y domingos del 15 de agosto al 13 de septiembre, ambos inclusive. En el caso de la tórtola europea se ha fijado un cupo máximo de 8 ejemplares. por cazador y día. También son piezas cazables, la urraca, el estornino, la grajilla, la corneja y el zorro.
Aunque Fontanars no es una zona donde abunde la paloma y menos aún la tórtola, suelen verse algunas bandadas de torcaces cuando están a punto de cosecharse los girasoles, que, prácticamente, coincide con los últimos días de veda, finales de septiembre, que es cuando la pipa está seca y es un manjar para los torcaces y las tórtolas. Se posan sobre la cabeza del girasol hasta que acaban con ella. Ahora todavía está muy tierna y buscan comida en otros cultivos.
La paloma  es un ave migratoria, que viene durante el invierno del centro y norte de Europa y cruza  el Pirineo, pero se ha hecho cada vez más sedentaria. Es frecuente verlas en parques y jardines de las grandes ciudades, donde no se las molesta.
Los alrededores de Madrid son un auténtico palomar. Está infectado.
En Fontanars nos tenemos que contentar con bastante menos, pero con un poco de suerte puedes pasarlo bien. Yo sin ir más lejos,  el año pasado disfruté como un enano. Me puse en un campo de pipas, a punto de segar,  que estaba pegado al monte y me colgué alguna que otra paloma. No tuve que madrugar mucho como cuando tienes que irte de viaje lejos y eso es una ventaja añadida porque te pilla más descansado y cuando se trata de tirar a la paloma torcaz es fundamental porque aunque estás en un puesto fijo, el calor y las horas que pasas dentro de la barraca te agotan.
Aunque la paloma es imprevisible y hasta el mismo día en que estás en el puesto no sabes con lo que te vas a encontrar. De un día a otro puede cambiar el panorama por completo. Si hay una tormenta la víspera, ya puedes olvidarte. Abandonan, incluso, los nidos y los pollos. Mejor volver otro día.
De ahí, que el factor suerte influya mucho en una buena o mala jornada de caza. Si vas a una cacería programada, donde hay medio centenar de puestos, no todos son iguales  ni los resultados son tampoco los mismos porque los animales tienen su querencia, al margen de que uno pegue más o menos. Si las palomas están cebadas, ya ni les cuento.
Tienes que hacer muchos viajes y hartarte de mucha paciencia para acertar alguno.


jueves, 21 de julio de 2016

Cuidemos la perdiz

La clave para que haya caza en cualquier coto de España es una buena gestión cinegética. Si no es así estamos perdidos.
La nueva junta directiva de la sociedad de cazadores L'Alfori que lleva poco más de un año en el cargo parece tener las ideas claras en este sentido.
Un equipo joven con ganas de trabajar y de hacer las cosas bien. Se han colocado más puntos de agua, fundamentales en esta época del año por el intenso calor que hace, como una charca debajo de los corrales de La Sénia y se han puesto alrededor de ella tablillas de reserva de caza. Mi buen amigo Juan Carlos Bataller que pertenece a la junta me cuenta que ha visto varias polladas de perdiz. Esto que antes era normal, ahora es casi un milagro. Raro era la vez que no salías al campo a pasear y no te cruzabas con un par de bandos. Todos hemos corrido detrás de ellas, sobre todo, cuando éramos más jóvenes.
Tras un año sin abrir la caza de la perdiz, los resultados empiezan a ser visibles. Para la presente temporada cinegética se ha decidido cazar cinco días, con un cupo máximo de una perdiz por cazador. Lo de establecer un cupo está muy bien, siempre que se cumpla, claro, pero, yo, sin embargo, iría un poco más allá y reduciría el horario en un par de horas - actualmente se caza hasta las 14,00 horas-, así como, también eliminaría el tercer tiro y lo dejaría en dos cartuchos, como es obligatorio ya en muchos acotados. Si lo ponemos en práctica no solo conseguiremos herir menos caza sino que también seremos más selectivos a la hora de apretar el gatillo.  Un amigo mío también cazador me proponía, incluso, dejar un solo disparo. Quizá con el tiempo acabemos ahí y las armas sean todas monotiro. Tiempo al tiempo.
La perdiz salvaje había desaparecido prácticamente de nuestros montes y poco a poco va recuperándose, aunque es una labor a largo plazo. No podemos pretender que de la noche a la mañana, la densidad de perdices aumente, si no ponemos medidas para ello.
Mucha culpa de este claro declive de la perdiz lo ha tenido, sin duda, la perdiz de granja, que se ha soltado indiscriminadamente en el campo, sin ningún tipo de control sanitario, pensando que era la mejor manera de repoblar los acotados. Graso error. La perdiz de granja trasmite muchas enfermedades, además, de atraer a zorros, urracas y jabalíes porque son una presa fácil de capturar, con lo cual, estamos atrayendo a toda clase de alimañas a nuestros cotos, con el consiguiente perjuicio para el resto de especies, que también se ven amenazadas.
En los cotos de caza intensivos se suelta la perdiz de granja y quien va a cazar allí, ya sabe a lo que va, pero en cotos que, tradicionalmente, no se ha soltado ninguna perdiz de bote es una absoluta irresponsabilidad. Sin embargo, hay quien prefiere llenar el zurrón fácilmente antes que pelear detrás de las patirrojas para abatir una o ninguna.
La perdiz tiene multitud de enemigos en el campo, no solo la perdiz de granja. Para que una perdiz saque adelante a toda su pollada es casi un milagro. Pocas lo consiguen.
He visto polladas con diez o doce perdigones y al cabo de un par de semanas, incluso, menos no llevar ninguna. Las alimañas acechan día y noche y son auténticos depredadores. Una buena gestión cinegética pasa, necesariamente, por un buen control de las alimañas.
El factor climatológico también les afecta. Si hace mucho calor y no tenemos el coto preparado con charcas o bebederos, terminan por morirse. También el granizo en esta época del año cuando todavía son pequeñas ha aniquilado bandos enteros.
Aunque la perdiz sigue teniendo sitios donde anidar y criar, la transformación que ha sufrido el campo español y concretamente esta zona no le ha favorecido en absoluto. Los campos de viña en vaso, prácticamente, han desaparecido y ahí criaba muy bien la perdiz, al cobijo de las hojas de la vid. Ahora donde antes había viña en vaso se levantan palos de acero y alambres, que, además, de afear el paisaje, no cría la perdiz.

Aunque cada vez hay un control más exhaustivo sobre los productos que se echan en cultivos y frutales para prevenir enfermedades, no deja de ser veneno para muchas especies, entre ellas, la perdiz.

viernes, 15 de julio de 2016

Si nos cargamos el hábitat, acabamos con la caza

Los campos de cereal, principalmente de trigo han sido ya cosechados con el comienzo del verano, también  el resto de cereales de invierno como la avena y la cebada está ya en los graneros y la paja, que sirve de refugio y de criadero a la vez a las codornices, que por esta época del año nos visitan, procedentes del norte de África, ha sido recogida con una premura inusitada. Basta con pasearse por los trigales para comprobarlo.
Antaño, los agricultores no eran tan impacientes como  ahora y la dejaban sin recoger unas cuantas semanas más en el campo, con el consiguiente provecho cinegético para quienes nos gusta la caza de la reina de los trigales. Quizá por eso había también más caza.
Si destrozamos o no mantenemos el hábitat natural, acabaremos con la caza. Es una responsabilidad que nos atañe a los dueños de las fincas, a los agricultores y, por supuesto, a los cazadores.
Fontanars dels Alforins no es una zona donde, precisamente, abunde la codorniz, pero estas prácticas agrícolas, abusivas en muchos casos, como es el laboreo extremo o el uso sin control de productos fitosanitarios y herbicidas está acabando con lo poco que nos queda.
Se cosecha de día y de noche. Sin descanso porque hay que economizar y rentabilizar las explotaciones. Las cuchillas de las máquinas van a ras del suelo para evitar que se pierda el grano y arrasan con nidos, polladas y con todo lo que pillen por delante. He visto fotografías, incluso, con conejos que han quedado atrapados en sus fauces metálicas.

domingo, 10 de julio de 2016

Cierran los campos de tiro sin alternativas para los tiradores


Mi amigo Fernando Batano, que se ha proclamado recientemente campeón autonómico en la modalidad de Foso Universal, me comunicaba estos días que el campo de tiro de Alquería de Aznar ha cerrado sus puertas. Y no, precisamente, por falta de tiradores. Abría al público jueves, viernes y fines de semana y había prevista una tirada próximamente de foso universal que ha sido, obviamente, suspendida.
El cierre obedece a que el campo no cumplía, al parecer, con las medidas de seguridad exigidas. La ley obliga a vallar un perímetro de 200 metros. Tampoco puede haber casas ni caminos cercanos. Y el campo debe de ser debidamente señalizado con tablillas para que nadie entre en el recinto y pueda resultar herido. Si en lugar de los 200 metros reglamentarios el campo tiene 195 te lo cierran, alegando que no cumple con la ley.  Así de severos son para algunas cosas.
Teniendo en cuenta que no se producen accidentes, la mayoría de los accidentes provocados por la caza se registran en las batidas de jabalí y en las monterías, la ley o mejor dicho quienes se encargan de aplicarla podrían ser un poco más flexibles.
La cuestión es que reglamentos al margen a los tiradores nos quedan cada vez menos sitios donde practicar nuestra afición favorita: el tiro al plato. Una modalidad que no causa daño alguno porque no se utilizan animales, como si ocurre en el tiro de pichón o en la codorniz, que tienen los días contados. Aquí se trata de un plato de  resina, que es lanzado por una máquina y que el tirador tiene que romper, para lo cual dispone de dos disparos.
Hace unos años casi todos los pueblos tenían su propio campo de tiro. Ontinyent, Fontanars dels Alforins, Moixent, Alcudia de Crespins, La Font de la Figuera, ... Todos han cerrado.
En muchos de ellos con motivo de las fiestas se celebraban, las tiradas de pichón y codorniz a tubo. También de plato. Normalmente se utilizaba una máquina robot, ya que montar un foso universal  con cinco máquinas conlleva mayor inversión y requiere de más permisos.
El problema con el que nos encontramos muchos tiradores es que ya no hay campos y los pocos que quedan están lejos de donde vivimos, teniendo que recorrer muchos kilómetros hasta encontrar uno. No es mi caso porque por fortuna tengo uno relativamente cerca, en Vallada, concretamente, pero me consta que otros compañeros no tienen la misma fortuna que yo.
Otro problema añadido es que cuando cierran un campo de tiro no dan una alternativa posible. Por ejemplo, la ubicación del campo en otro sitio. De manera, que muchas veces no nos queda otra que colgar la escopeta o cambiar de afición.
La ley parece que esté concebida para perjudicar al tirador. En el campo de tiro de Alicante, también cerrado, que tenía una de las mejores instalaciones de España con varias canchas para el foso olímpico y el pichón a caja, se dio la paradoja que el vecino que denunció al campo se instaló mucho tiempo después de que el campo estuviera abierto. De modo, que cuando compró los terrenos para hacerse la casa sabía de antemano la existencia de un campo de tiro a pocos metros de su recinto.

Así están las cosas.

domingo, 3 de julio de 2016

Huroneando por tierras de Fontanars


Cazar con hurón no es tarea fácil. No basta con echarlo en cualquier boca o madriguera y esperar a que salga el conejo.  Pueden pasar horas, sin conseguir el resultado esperado. A parte de llevar un buen bicho, se requiere cierta experiencia del terreno y del comportamiento del rabudo. Las madrigueras están comunicadas entre sí y tienen multitud de recovecos. Son auténticas obras de ingeniería. Si  pudiéramos colocarle una luz a un hurón para ver el interior de una de estas galerías, comprobaríamos de lo que son capaces. 
El conejo está causando estragos y cuantiosos daños en muchas explotaciones agrícolas. De ahí, que en época de veda se permita su caza con hurón, en muchos casos, durante todo el año. Esto solo ocurre con esta especie invasora.
Por la zona de Fontanars dels Alforins, donde muchos agricultores se han acogido al plan de reestructuración para nuevas plantaciones de viñedo, los rabudos están empezando a hacer de las suyas. Esta semana he sido invitado a cazar a una finca de Fontanars, donde ya se empiezan a apreciar los primeros daños.
Da igual que sea viña o almendro. Arrasan con todo. Son trepadores. Suben a los troncos y a las ramas con la misma habilidad que lo harían los monos. Buscan terrenos blandos y arenosos fáciles de escarbar para hacer sus madrigueras, de donde sólo salen para comer. Permanecen cerca de las bocas, observando todo cuanto acontece a su alrededor y al menor ruido se meten dentro. Sólo es posible su caza con hurón. Al salto o con perro es muy difícil darles captura, ya que permanecen encerrados en el interior de la madriguera.
Se ha intentado soltar este conejo en la sierra para su repoblación, en zonas donde prácticamente había desaparecido como consecuencia de las enfermedades, sobre todo,  de la mixomatosis, pero no se adapta al terreno. Se ha probado también dejarlos en jaulas un tiempo para su aclimatación al terreno, cerca de majanos, pero tampoco proliferan.
El conejo autóctono no tiene nada que ver con este híbrido, inmune a las enfermedades y con una capacidad de reproducción mucho mayor que el conejo común.  Las hembras pueden llevar de 6 a 7 gazapos en su tripa y son fértiles a partir de la quinta semana, cuando el conejo autóctono lo es a partir del quinto mes, aproximadamente.
Fernando, padre e hijo y un servidor, que no es precisamente el espíritu santo, estuvimos este sábado de madrugada tirando a los rabudos. Aunque la mañana comenzó mal, errando los primeros tiros, poco a poco se fue encauzando las cosa y, al final,  llenamos el zurrón.

Fernando Colom Muñoz, que ha sacado los genes de su padre es un enamorado de la caza y también de la caza con hurón. Sabe donde echar el bicho y es difícil que se equivoque.
Algo que desconocemos muchos cazadores cuando vamos a huronear es dónde colocarnos.  Normalmente lo hacemos, cubriendo el máximo de espacio posible. Si cazamos, por ejemplo, en un ribazo, uno se pone arriba y otro abajo para cubrir todas las salidas. En este caso, éramos dos escopetas. Fernando, hijo, se ocupaba de los hurones. Si cuando salimos de caza, detrás de las patirrojas debemos tener muy presente la orientación del viento para que no detecten nuestra presencia, también en la caza con hurón es importante el viento, por eso nunca debemos ponernos delante de la boca para que no les llegue nuestro olor y busquen la salida por otro acceso, fuera del alcance de tiro.
Cuando hay muchos gazapos en la madriguera, el hurón puede pasar mucho tiempo hasta salir. Normalmente cuando lo hace, sale con los mostachos llenos de sangre.
En ocasiones se puede quedar el hurón encerrado en la madriguera. El conejo tapona la salida con su cuerpo. Aquí hay que tener mucha práctica para poder sacarlo sin que se lastime.
El calor es enemigo del hurón. Por eso conviene cazar a primera hora de la mañana y cuando aprieta el calor, coger los bártulos y volver otro día.

Fernando que es un guasón de mucho cuidado, me gastó una broma de las que no se olvidan fácilmente. Ya estábamos en el coche cuando me dijo que había un conejo encamado. Tonto de mí le creí y bajé con la escopeta. Fernando padre, ya me advirtió, de que era muy raro ver un conejo mirando al sol. Aún así desenfundé la escopeta. Lo que había escondido en ese pequeño matorral era la cabeza de un conejo, que previamente había desollado, colocada estratégicamente para que pareciera que estaba encamado. Caí como un cazador primerizo. La caza es, sobre todo, pasar buenos momentos.