sábado, 29 de febrero de 2020

Sopar de caçadors

La otra noche fui como de costumbre a cenar a la Fonda. Era jueves.  Cuando entré, el bar estaba atiborrado de gente. Todos los años por estas fechas la sociedad de cazadores de la Font de la Figuera organiza una cena para los socios.
Como buenos cazadores, de la caza se aprovecha todo. Así que esa noche había para cenar jabalí estofado. Me senté en la mesa con Toni Genaro.
Cada año se celebra en un local y este año tocaba en La Fonda. Así todos contentos.
El ambiente era de camaradería y júbilo y por supuesto el tema estrella de conversación, como no podría ser de otra forma era la caza.
A la cena estaban invitados las autoridades locales y la Guardia Civil. El alcalde acudió a última hora porque esa noche había pleno para debatir sobre los presupuestos. Tema espinoso. Vino acompañado de la primer teniente de alcalde, Carmen Asensi. Es bueno que los representantes públicos, sean o no cazadores, den respaldo a este tipo de actos con su presencia.
En La Font de la Figuera como en otros pueblos de alrededor hay mucha afición a la caza.
Este acto que se celebra desde hace muchos años pone punto final a la temporada de caza.
Se han celebrado varias batidas en el término de La Font con desigual número de capturas. El jabalí ha proliferado mucho en esta zona y causa graves daños en la agricultura. No tiene depredadores naturales, así que la caza se convierte en un aliado del agricultor.
Después de la cena es tiempo de echar una partida al julepe. Un juego de cartas parecido a la brisa que prolonga la sobremesa y la tertulia.



viernes, 7 de febrero de 2020

Reabrir Fuset

Los tiradores tenemos cada vez menos campos de tiro donde ir a entrenar. Muchos se han visto obligados a cerrar al no cumplir con las medidas de seguridad.
Hace años cada pueblo tenía su propia cancha de tiro, donde se celebraban tiradas de pichón, codorniz y foso.
Todo esto ya es historia. Ahora uno tiene que coger el coche y andar unos buenos kilómetros  para encontrar un campo de tiro cercano.
Una legislación cada vez más exigente en materia de seguridad, pese a que en el tiro apenas se producen accidentes, ha obligado a muchos campos a echar el cierre porque la inversión que tenían que hacer no resultaba rentable.
Pienso, por ejemplo, en Moixent, Fontanars dels Alforins, La Font de La Figuera u Ontinyent.
En todos estos pueblos con motivo de las fiestas se celebraban tiradas, que eran, además muy concurridas, con regalos para casi todos los participantes.
Las tiradas de pichón y codorniz tienen los días contados, pero no así el plato.
El otro día me llamó un amigo mío, Chemari, para decirme que desde la sociedad de cazadores de Ontinyent están intentando reabrir el campo de tiro de Fuset. Ya ha habido más de una conversación con intervención de armas de Xátiva para vallar el perímetro de seguridad y se están estudiando varias alternativas.
Me alegré enormemente de la noticia porque sería bueno para el pueblo, que Fuset reabrirá sus instalaciones. En su momento fue uno de los mejores campos de tiro de recorridos de caza de España, celebrándose diversas competiciones de carácter nacional y autonómico. Y es una pena que se haya echado a perder.
Tirabas diferentes tipos de recorridos de caza: (perdiz, conejo, liebre, tórtola, pato) en plena naturaleza, rodeado de pinos.
Yo he pasado alguna vez después de que cerrara y da autentica pena ver aquello, sobre todo, para los que íbamos todos los sábados y lo hemos visto en su pleno apogeo.
Sancho, Insa, Calabuig, Morón, Terol, Revert, Sanchis, Jiménez, GramageGuerola..  La lista sería interminable de amigos que cada tarde subíamos a Fuset, a pasar un buen rato tirando al plato.
El bar cuando lo llevaban Consuelo y su marido era uno de los mejores sitios para tomarse un bocata de blanco y negro.
Curra del cual me acuerdo mucho era un personaje entrañable. Lo recuerdo con el micro en la mano, organizando las tiradas que allí se celebraban y preparando los regalos.
Por poco dinero, 5 ó 6 euros, que es lo que cuesta una serie pasas una tarde fantástica.
Sería bueno que el Ayuntamiento de Ontinyent, a través de la Conselleria de Medio Ambiente se involucrara en esta iniciativa deportiva, que quieren sacar adelante un grupo de aficionados a la escopeta, entre los que me incluyo, y que Ontinyent cuente con un campo de tiro como tuvo antaño.




miércoles, 5 de febrero de 2020

Último día de caza

Al llegar a Barrax la niebla comenzaba a disiparse. En el cd que llevo en el coche suena el último disco de El Barrio: "El danzar de las mariposas".
El paisaje manchego es único. El color rojizo de la tierra en este tiempo se tiñe de verde.
En el restaurante El Cruce he parado a reponer fuerzas mientras esperaba a mi amigo Pablo Oriola, que venía por primera vez a la Patirroja.
Pablo estaba igual de nervioso que yo y con ganas de llegar cuanto antes.



Pasadas las 10 de la mañana llegábamos al coto. Esta vez nos ha acompañado José Antonio. Nicolás estaba con una cuadrilla de franceses. La entrada a la finca era un hervidero de perdices apeonando delante del coche. Pablo no daba crédito a lo que estaba viendo. Luego con la escopeta en la mano es otra cosa.
Los caminos está llenos de trigo. Los arroyos que cruzan la finca llevan agua después de las últimas lluvias.  Las siembras empiezan a verdear. Por donde mires ,ves perdices.
Yo he empezado bien la mañana, pero luego he errado un montón de perdices. Me he colgado 5 y 1 conejo, pero podría haber doblado la percha de haber estado más certero. Hay días que estás más fino que otros. Llegando al coche he errado una perdiz tipo ojeo, larga, pero a tiro, de las que da gusto tumbar. He podido hacer un doblete, pero la segunda perdiz se ha ido pinchada. Lo mismo me ha ocurrido con otra que la he enganchado, pero ha caído de ala en un sembrado, pero se ha metido en un agujero y no la hemos podido cobrar.
De la caída del último día estoy más recuperado, tras un par de semanas con hematomas en la espinilla, pero he andado con molestias toda la mañana por un dolor en el talón.
He estado falto de reflejos en más de una perdiz, que solo te dan opción de un tiro. Entre las carrascas lo he intentado un par de veces, sin éxito.
El lote que nos han asignado hoy también era muy bueno de cazar y con una alta densidad de perdices.
Pablo, que ha cazado con una escopeta del  calibre 28 que tiene desde que era pequeño iba acompañado de Kiko, un precioso pointer blanco con machas negras que iba loco siguiendo los rastros de las perdices. Ha cogido un par de  perdices alicortadas. Syrah tampoco le andaba a la zaga.
Estábamos tan metidos en la caza que se nos ha olvidado tomar el taco. Sobre las 13,30 llegábamos al coche y Pablo se ha podido colgar una perdiz que he errado yo, muy larga y con plomo del 10. Cosas de la caza.







lunes, 3 de febrero de 2020

Sí a la caza y no al maltrato animal

Ayer domingo día 2, coincidiendo con el final de la temporada de caza se celebraron manifestaciones en toda España, con escaso éxito, por cierto, contra la caza, el abandono, la matanza y el maltrato animal,  en un totum revolutum, como si tuvieran relación unas cosas con otras. Desde luego con la caza, no.
Soy cazador y estoy en contra del abandono y, por supuesto, del maltrato animal, pero desde las asociaciones ecologistas manipulan los mensajes para meternos a todos en el mismo saco.
Respecto al abandono de galgos se dan cifras falsas que nada tienen que ver con la realidad. Los animalistas cifran en 50.000 el número de galgos abandonados, mientras el Seprona, que maneja cifras oficiales cifra el número de perros abandonados en 52. Otro dato importante que intencionadamente se oculta es que el mayor número de estos abandonos, no corresponde a perros de caza sino a perros de otras razas.
Vincular la caza a prácticas delictivas no es solo injusto sino que, además ,es falso. La caza es una actividad legal y necesaria, generadora de empleo y de riqueza en el mundo rural.
Los que abandonan o maltratan a sus animales no son cazadores, son delincuentes y como tal sobre ellos debe recaer todo el peso de la ley. El maltrato animal está contemplado en nuestro ordenamiento jurídico con penas de cárcel. Muchos defendemos que estás penas deben ser aún mayores para equipararlas a otros países.
A los cazadores se nos estigmatiza con toda clase de insultos. Las redes sociales son un bombardeo constante de amenazas e insultos cada cual más hiriente. Gente que desde el anonimato celebra con vítores cada vez que se produce la muerte de un cazador con absoluta impunidad. Afortunadamente, la ley es cada vez menos permisiva con este tipo de acciones, que sí que son delictivas.