La otra noche fui como de costumbre a cenar a la Fonda. Era jueves. Cuando entré, el bar estaba atiborrado de gente. Todos los años por estas fechas la sociedad de cazadores de la Font de la Figuera organiza una cena para los socios.
Como buenos cazadores, de la caza se aprovecha todo. Así que esa noche había para cenar jabalí estofado. Me senté en la mesa con Toni y Genaro.
Cada año se celebra en un local y este año tocaba en La Fonda. Así todos contentos.
El ambiente era de camaradería y júbilo y por supuesto el tema estrella de conversación, como no podría ser de otra forma era la caza.
A la cena estaban invitados las autoridades locales y la Guardia Civil. El alcalde acudió a última hora porque esa noche había pleno para debatir sobre los presupuestos. Tema espinoso. Vino acompañado de la primer teniente de alcalde, Carmen Asensi. Es bueno que los representantes públicos, sean o no cazadores, den respaldo a este tipo de actos con su presencia.
En La Font de la Figuera como en otros pueblos de alrededor hay mucha afición a la caza.
Este acto que se celebra desde hace muchos años pone punto final a la temporada de caza.
Se han celebrado varias batidas en el término de La Font con desigual número de capturas. El jabalí ha proliferado mucho en esta zona y causa graves daños en la agricultura. No tiene depredadores naturales, así que la caza se convierte en un aliado del agricultor.
Después de la cena es tiempo de echar una partida al julepe. Un juego de cartas parecido a la brisa que prolonga la sobremesa y la tertulia.
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