Al llegar a Barrax la niebla comenzaba a disiparse. En el cd que llevo en el coche suena el último disco de El Barrio: "El danzar de las mariposas".
El paisaje manchego es único. El color rojizo de la tierra en este tiempo se tiñe de verde.
En el restaurante El Cruce he parado a reponer fuerzas mientras esperaba a mi amigo Pablo Oriola, que venía por primera vez a la Patirroja.
Pablo estaba igual de nervioso que yo y con ganas de llegar cuanto antes.
Pasadas las 10
de la mañana llegábamos al coto. Esta vez nos ha acompañado José Antonio. Nicolás estaba con una cuadrilla de franceses. La entrada a la
finca era un hervidero de perdices apeonando delante del coche. Pablo no daba crédito a lo que estaba
viendo. Luego con la escopeta en la mano es otra cosa.
Los caminos está
llenos de trigo. Los arroyos que cruzan la finca llevan agua después de las
últimas lluvias. Las siembras empiezan a
verdear. Por donde mires ,ves perdices.
Yo he empezado
bien la mañana, pero luego he errado un montón de perdices. Me he colgado 5 y 1
conejo, pero podría haber doblado la percha de haber estado más certero. Hay
días que estás más fino que otros. Llegando al coche he errado una perdiz tipo
ojeo, larga, pero a tiro, de las que da gusto tumbar. He podido hacer un
doblete, pero la segunda perdiz se ha ido pinchada. Lo mismo me ha ocurrido con
otra que la he enganchado, pero ha caído de ala en un sembrado, pero se ha
metido en un agujero y no la hemos podido cobrar.
De la caída del último día estoy más recuperado, tras un par
de semanas con hematomas en la espinilla, pero he andado con molestias toda la
mañana por un dolor en el talón.
He estado falto de reflejos en más de una perdiz, que solo
te dan opción de un tiro. Entre las carrascas lo he intentado un par de veces,
sin éxito.
El lote que nos
han asignado hoy también era muy bueno de cazar y con una alta densidad de
perdices.
Pablo, que ha cazado con una escopeta
del calibre 28 que tiene desde que era
pequeño iba acompañado de Kiko, un precioso pointer blanco con
machas negras que iba loco siguiendo los rastros de las perdices. Ha cogido un
par de perdices alicortadas. Syrah tampoco le andaba a la zaga.
Estábamos tan
metidos en la caza que se nos ha olvidado tomar el taco. Sobre las 13,30
llegábamos al coche y Pablo se ha
podido colgar una perdiz que he errado yo, muy larga y con plomo del 10. Cosas
de la caza.
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