miércoles, 20 de marzo de 2024

Comienza la temporada de plato en Vallada

El día 2 de marzo abrió de nuevo el campo de tiro El Tollo de Vallada, tras el parón de la temporada de caza. Fui el día 16 porque los dos sábados anteriores hizo mucho viento. Hay que tirar en todas las condiciones, pero el viento es el peor enemigo para el plato. Hace muchos extraños en el aire y te saca de tiro. No lo juzgas igual. Cuando aprietas el gatillo, el plato desaparece del campo de visión. Hay, sin embargo, tiradores que son expertos en tirar en condiciones de mucho viento, con muy buenos resultados. No es mi caso, desde luego. Llevaba desde el mes de octubre sin pegar un tiro al plato. Hice dos series muy malas. Un 19 en la primera, errando el primer y último plato y un 16 en la segunda, con cuatro ceros de entrada. Perdí la concentración y no sabía ni cómo colarme la escopeta. Los que llevamos muchos años tirando, sabemos que estás cosas ocurren. Estaba apuntado para una tercera serie, pero visto los resultados, me fui a casa con cara de pocos amigos. Tras analizar lo ocurrido, cometí varios errores. El primero, una mala colación del arma, con lo cual no salía con el plato y me ganaba todas las veces. Salir bien con el plato, te hace llegar mejor, más rápido, sin pegar tirones. El swing debe ser suave, siguiendo la trayectoria sin trompicones. Una buena colocación del arma es fundamental para conseguir buenos registros. La culata es más del 50% del éxito. Cuando te la tiras a la cara, sabes si el arma te entra bien o no. Uno de los mejores culateros que conozco es Pepe Batano. Tiene el taller en Ibi. Le ayuda su hijo que también es muy meticuloso en el trabajo y, sobre todo, son muy formales. El segundo error tiene que ver con la concentración. Si piensas de antemano que vas a hacer una mala serie, ten por seguro que no romperás platos. Los grandes tiradores tienen con ellos un equipo de psicólogos que les ayudan en todo momento. Imagínense la serenidad que tiene que mantener un tirador como Alberto Fernández, Antonio Bailón, Fátima Gámez o Jesús Serrano Lara cuando llegan a la final de una Copa del Mundo, máxime cuando las finales en foso olímpico se disputan a un solo tiro. Mantener la concentración durante los 25 platos que dura la serie es fundamental. Al menor despiste, el cero viene solo. Sobreponerse a un cero requiere de una buena técnica que se consigue a base de años y de experiencia. Con la lección bien aprendida, el día 19, festividad de San José, me fui al campo de la Alquería d’Asnar. Tiré mucho más tranquilo, con menos presión. La primera serie hice un 24. La misma escopeta, la misma munición, pero otra actitud más positiva. Ricardo ha puesto una tela verde en el foso y la salida del plato se ve mucho mejor. Yo suelo meter la guardia un poco por debajo del plato central que hay de referencia para tener una mayor amplitud visual y si no veo la salida del plato, estoy perdido. Hay quien prefiere encararse por encima del plato, así le ganas unos metros y llega antes. Cada maestrillo, tiene su librillo. En la segunda serie entré con un cero, pero me repuse y acabé con un 21, doblando algunos platos. Intentaremos seguir mejorando.