viernes, 27 de junio de 2014

El conejo se ha convertido en un problema público


 

La plaga de conejos que afecta a numerosas comarcas valencianas, entre ellas La Vall d'Albaida ha dejado de ser sólo un problema que afecta sólo a cazadores y a agricultores para convertirse en un problema público, que afecta a numerosos vecinos.

La Unió de Llauradors, a través de un comunicado , ha alertado de los cuantiosos daños que están causando los conejos en las comarcas del Comtat y  L' Alcoià.

En poblaciones como Alcoi, Beneixama o Muro se les ha visto corretear en  mitad de las calles. Algo inusual hasta ahora.

Si  el hábitat normal de los conejos es el monte, la falta de alimentos y agua debido a la fuerte sequía ha propiciado que los animales bajen a los pueblos e invadan chalés y urbanizaciones residenciales y causen estragos en jardines y parcelas, devorando todo cuanto encuentran a su alrededor.

Los agricultores llevan años reclamando una mayor implicación de  los cazadores y también de los organismos correspondientes, esto es, Conselleria de Agricultura y  de los Ayuntamientos de los municipios afectados para acabar con este grave problema que provoca cuantiosos daños en la agricultura, sin que hasta el momento se haya conseguido paliar el problema.

Se ha intentado todo o casi todo.

Las capturas con red y con hurón, los lazos, las trampas, ampliar los días de caza en las nuevas órdenes de veda, los ganchillos, las esperas o las batidas son insuficientes para contener a esta población de voraces lagomorfos provenientes de Australia, nada que ver con el conejo autóctono o de monte, que es inmune a las enfermedades como la mixomatosis o la neumonía hemorrágico vírica y cuya capacidad de reproducción es muy alta, llegando a criar varias veces al año y con una camada media de 7 u 8 gazapos.

El conejo ha pasado de ser una especie cinegética muy preciada por cazadores y especialmente  por podenqueros a convertirse en un serio problema en muchas zonas de España, donde su alta densidad está provocando una situación de alarma social.

sábado, 21 de junio de 2014

Cuidemos la caza o acabaremos con ella


Llevamos varios años sin perdices en el acotado de Fontanars  y a pesar de ello se ha seguido cazando. No voy a repetir ahora lo que he dicho tantas veces para no ser reiterativo y cansino.

 Resulta complicado poner de acuerdo a los cazadores en un asunto tan crucial. Cada uno tira para donde más le conviene, conejeros para un lado y perdiceros para otro, sin confluir ambos en un punto común y sin tener en cuenta, que si no respetamos la caza y hacemos una buena gestión cinegética en nuestros cotos, la caza tiene los días contados. Y no me refiero sólo a la perdiz, también a otras especies de caza menor que corren serio peligro como la tórtola o la codorniz en franco declive por capturas incontroladas.

La perdiz para que llegue a recuperarse en parajes donde ha sido literalmente esquilmada  como ocurre en Fontanars dels Alforins requiere de mucho tiempo y, por supuesto, dejar de acosarla y, por consiguiente, respetar la veda y no darle caza hasta que, paulatinamente, su población vaya recuperándose.

Para que esto ocurra deben de darse varios factores: En primer lugar, un buen  control de las alimañas. Es alarmante como ha crecido la población de zorros debido a la alta densidad de conejos. También de cernícalos. La perdiz  o mejor dicho sus polladas son presa fácil para estas rapaces.

En segundo lugar, recuperando hábitats tradicionales para la perdiz y estableciendo un control exhaustivo de los productos  fitosanitarios que tiramos en el campo, con poco control y que muchas veces son altamente contaminantes y perjudícales para la fauna silvestre.

Ahora todo son lamentaciones. Hablas con unos y con otros y todos coinciden en que este año no debería abrirse la veda. El año pasado también decían lo mismo. Sin embargo, llegado el momento cambian de opinión y el día de la junta deciden todo lo contrario, aunque desconozco lo que harán finalmente este año. Espero y confío que prevalezca el sentido común y opten por no abrirla, al menos, para la perdiz.

No me gustaría en un futuro verme en la tesitura de tener que explicarle a mis nietos como era una perdiz y tener que recurrir a los libros de texto para mostrársela.

El dilema en las sociedades de cazadores se plantea cuando se decide abrir para unas especies y no para otras. Todos quieren salir al campo con la escopeta debajo del brazo.

Los que son conejeros de verdad,  los podenqueros, difícilmente, tiran a las perdices. Van con sus rehalas de perros tras los rabudos haciendo carreras por doquier y disfrutan tanto cuando el perro los captura como cuando son blancos de las escopetas . También cuando el conejo ha sido más listo que ellos y logra zafarse de cazadores y perros. Sin embargo, a los que les gusta la pluma y el pelo son otro cantar.

Ponerse de acuerdo es complicado.

El cazador deber ser consciente  que para que haya caza hay que cuidarla y el mejor modo de hacerlo es muchas veces, a pesar nuestro, no saliendo a cazar. A no ser que queramos convertir nuestros cotos en granjas cinegéticas con perdices de bote.

 

 


 

 
 


miércoles, 4 de junio de 2014

El parany es delito


 

Hasta que se reformó el Código Penal en su artículo 336 había ciertas discrepancias entre los jueces sobre si el parany era delito o no. De hecho, ha habido sentencias para todos los gustos. Unas absolutorias y otras que condenaban,  a quien practicara esta modalidad de caza consistente en el uso de unas varetas impregnadas de liga, una especie de pagamento, en la que las aves quedan atrapadas.

Entonces el Consell,  a través de la Conselleria de Medio Ambiente y para sortear la legislación existente y contentar al colectivo de cazadores, ideó el "parany científico", supuestamente, para el seguimiento científico de aves migratorias, que también ha sido tumbado por la normativa europea,  dado que hay otros métodos más eficaces para el estudio de la emigración de aves, que no son nada lesivos para estas especies como pueda serlo la caza con parany.

Quien suscribe estas líneas no pertenece a ningún grupo ecologista, aunque alguien pueda interpretarlo así por mis palabras. Soy cazador como todo el mundo que me conoce sabe, pero, sin embargo, siempre he reprobado esta práctica de caza por considerarla, no sólo poco selectiva que también sino innecesariamente cruenta.

En las redes se cogen no sólo las aves objeto de la captura como puedan ser tordos sino también otro tipo de aves, incluso algunas que están en peligro de extinción como se ha dado el caso.

El tema no es sólo soltarlas una vez han sido capturadas sino si consiguen sobrevivir y está comprobado que la inmensa mayoría perecen.

La nueva reforma del Código Penal no deja lugar a dudas y condena el parany como delito, contra el criterio de cazadores, que consideran esta práctica ancestral como legal al entender que se libera a las aves que no son objeto de caza sin causarles ningún daño.

Otro de los argumentos esgrimidos por los defensores a ultranza de esta caza, que cuenta con miles de aficionados, sobre todo, en el sur de Castellón es que se trata de una práctica de caza ancestral.

Siguiendo este mismo razonamiento y si por prácticas ancestrales o atávicas entendemos lo que se hacía en la Roma de Nerón todavía se seguiría practicando ese divertimento consistente en tirar a los cristianos a la fosa de los leones.

Los detractores, por su parte, alegaban que el uso del parany es un método de caza, muy poco selectivo, ya que en sus redes quedaban  atrapadas cientos de aves, que morían poco después al ingerir  pegamento, una sustancia altamente nociva.

La Audiencia provincial de Castellón ha revocado estos días una sentencia absolutoria contra un cazador de Vinaros que fue denunciado por utilizar este método de caza y lo ha condenado a una multa de 1.800 € por delito contra la fauna.

En cualquier caso, la ley es  ahora clara y precisa y hay que cumplirla por más argucias legales que se inventen algunos.

Por si alguno no se había enterado el parany es delito.