viernes, 28 de octubre de 2016

Detrás de las patirrojas por los campos de Montiel

Me habían hablado muy bien de este coto y de la persona que lo gestiona, Jesús Huescar.  El programa Jara y sedal y Seasons, otro canal especializado en caza y pesca, han llevado sus cámaras hasta allí para realizar varios reportajes de caza. De hecho, el guarda que nos acompañó, nos dijo que han estado hace poco preparando un reportaje, que se emitirá la próxima temporada, donde el protagonista es él y su perrita setter.
Cacerías Huescar gestiona varios cotos en la provincia de Ciudad Real. Concretamente, en Villahermosa, Montiel y Villanueva de la Fuente. Centro neurálgico de la caza menor por excelencia.
Pasado Albacete, cogimos una densa niebla que no la soltamos hasta prácticamente llegar a Villahermosa. La carretera del Jardín es un auténtico infierno. Por el camino, control de alcoholemia. Nos vieron con ropa de cazador y nos dejaron pasar. Había varios coches parados en el arcén. A los pocos metros del control, un radar camuflado de Tráfico. Empezaba bien la mañana.
Habíamos quedado en el mesón los Faroles con uno de los encargados de la finca. Pasadas las 10 de la mañana llegábamos a nuestro destino. Dimos un bocado rápido y nos fuimos directamente al coto que estaba a unos 14 kilómetros de Villahermosa. Concretamente en Montiel.
Nada más llegar vimos el primer bando de perdices, pegado a la casa. Los perros ,tras casi tres horas en el maletero estaban ansiosos por bajar. Nosotros también.
El guarda nos aconseja que cojamos cartuchos porque la mañana pinta bien. "No les vaya a pasar lo que le ocurrió a un cazador, que nada más bajar del coche se quedó sin munición", nos dice. Le hago caso y me hecho al chaleco dos cajas.
El coto " Los ojos de Montiel " de unas 900 hectáreas es un paraje con cerros y bancales, donde abundan las carrascas grandes, que dificultan la visibilidad.
Sala fue el primero en apuntarse la primera perdiz de la mañana. No habría muchas más oportunidades. Lunna, la perrita que le acompaña, mezcla de podenco y drahthaar comenzó muy nerviosa, sacando de tiro algún bando de perdices. Normal en los perros jóvenes que todavía no han mordido caza.
Seguimos la mano. Sala me manda una perdiz, que tras dejarla pasar para no tragármela, la derribo de un disparo certero. Syrah la cobra y la trae sin apretarla.
A pesar del intenso calor, los perros trabajaron bien. Menos mal que llovió unos días antes y los perros podían beber en los charcos.
Veo a Sala algo retrasado y me percato que está buscando algo. Me acerco y le pregunto. Había perdido el mando del collar. Tras unos minutos buscándolo, lo encontramos enredado en un romero. Se le debió caer al coger la perdiz.
Continuamos avanzando. Me arranca un conejo de los pies, lo abato antes de que se meta en las piedras. Abro la escopeta para ir a recogerlo y me vuela una perdiz de un margen. Cargo rápidamente y la abato también.
Tras varias carreras de Lunna a los conejos, Sala la echa en falta. Lunna se ha perdido. Continuamos cazando con la esperanza de que apareciera. Si no iba con Pepe siempre venía con alguno de nosotros.
Arranca una perdiz  de detrás de una carrasca y la tumbo. Debió caer de ala porque no la encontramos. Me doy cuenta entonces de que la palanca de apertura de la escopeta no cierra bien. Pruebo que la aguja percutora funciona y continuo cazando.
En el coto, a pesar de estar la veda abierta, hay  lazos puestos para capturar alimañas con el consiguiente peligro de que algún perro pueda quedar atrapado en él.
Tuvimos muy pocas oportunidades de tirar a las perdices y las pocas ocasiones que se presentaron, las aprovechamos al cien por cien, sin errar ninguna patirroja. 4 perdices y 1 conejo con cinco cartuchos. Sala también se echó al zurrón otras cuatro.
Tras terminar la jornada de caza estuvimos buscando a Lunna  con el coche por los caminos, pero ni rastro de ella. Sala ha dado el aviso al guarda de que le avisen si la encuentran.
Cuando me disponía a dar por concluido el artículo, acabo de hablar con Sala que me confirma que la perra ha aparecido. La han recogido en Montiel, sana y salva y mañana ya estará con su amo.




sábado, 15 de octubre de 2016

Excelente jornada de caza en Pozo Cañada


Esta mañana hemos cazado en el coto que Moisés Navarro de Cacerías Fontalbres regenta en Pozo Cañada: El Viso. Uno de los muchos que Moisés, que se dedica a la cría y adiestramiento de perros de caza tiene en la provincia de Albacete.
El día ha amanecido nublado y con algo de viento. Ideal para cazar. Si coges un día tórrido de esos que hace en el mes de octubre estás perdido, tanto tú como los perros. El terreno estaba muy cómodo de cazar después de las lluvias de los últimos días. Falta hace porque el campo está muy seco.
Me ha acompañado por primera vez mi perrita Syra. Una labradora, color chocolate de 8 meses. Lo ha hecho francamente bien. Aún le cuesta entrar en la leña, pero poco a poco irá perdiendo el miedo, en cuanto se pique con alguna patirroja o algún rabudo. Ha batido muy bien la zona, yendo en todo momento por delante de mí, con la nariz pegada al suelo, rastreando muy bien y cubriendo una amplia zona.
El cazadero es excepcional para la perdiz. Monte bajo de esparteras y carrascas con barrancos y sinuosas laderas. Nada más comenzar Tortosa me ha enviado una perdiz endiablada cruzada, pero aún estoy acostumbrado a la escopeta de un solo gatillo, que utilizo en el tiro al plato y cuando he ido a apretar el segundo, ya era demasiado tarde.
He errado un par de perdices, de las que sueñas por la noche y no las olvidas en mucho tiempo. A la perdiz hay que tirarle de tenazón, sin apuntar. Cuando quieres asegurar, fallas el tiro. Eso me ha pasado a mí, al menos, a una perdiz que le he visto todos los colores. Una perdiz que me ha ventado el perro y que me he tragado.
El próximo viaje me llevaré plomo del número 6 porque he dejado mucha caza por cobrar. Perdices alicortadas, casi todas. He perdido 6 perdices, de las 9 que he abatido. El plomo del 6 o sexta es más gordo que el de séptima, obviamente y penetra más, dejando poca caza herida. Normalmente es un cartucho que se utiliza cuando está más avanzada la temporada, en pleno invierno y la perdiz sale más larga.
 La perdiz está fuerte y eso que aún no ha empezado el frío de verdad. En cuanto empiece a comer verde del campo, ya ni les cuento.
Si no llevas unos perros experimentados pierdes mucha caza porque el monte es bastante denso y espeso y aunque veas caer la pieza y tomes la referencia de donde ha caído, al mínimo suspiro que tenga el animal se mete en el agujero y adiós.
Durante la jornada nos ha acompañado Moisés, que conoce la finca como la palma de su mano y la querencia de las patirrojas.

Pepe Sala y Pepe Tortosa han hecho unas buenas perchas ambos. Sala también iba de estreno con su perra Luna, una podenca de poco más de un año, que ha ido un poco despistada durante toda la mañana, pero que poco a poco irá cogiendo experiencia y afición. Al dueño, desde luego, no le faltan ninguna de las dos cosas.

jueves, 13 de octubre de 2016

Todo preparado para la nueva temporada cinegética

Esta mañana he aprovechado para preparar todos los bártulos que me van a acompañar durante la temporada de caza. Chaleco, gorro, braga, gafas, botas, cartuchos, mochila, etc, etc. Para no tener que prepararlo cada vez que salgo a cazar, lo dejo en el maletero del coche. Mi amigo Pepe Sala lo echa en un capazo. Yo tengo desde hace años una bolsa de color azul que me regaló Repsol, que me acompaña siempre. No soy supersticioso, pero por si acaso.

Teníamos pensado haber salido el miércoles día 12, pero anunciaban lluvia en toda España y al final cancelamos el viaje. Lo hemos pospuesto unos días. Así que mañana, si no pasa nada, será mi primer día y también el de mi perrita Syra, una preciosa labradora, color chocolate de 8 meses. Ayer pude probar en la finca de un amigo mío que no tiene miedo a los tiros.  El cobro como es propio de estas razas, lo hace muy bien y tuve ocasión de comprobarlo en el campo con un tordo y una paloma torcaz, aunque ya lo había probado con piezas muertas. Duba por desgracia no me va a poder acompañar. La voy a echar mucho de menos.


El tiempo nos jugó una mala pasada porque los partes meteorológicos no siempre aciertan. El miércoles, que era el día que habíamos decidido ir a cazar, llamé por la mañana a Moisés, el encargado de la finca, para preguntarle si había llovido. Ni gota, me contestó. Y eso que daban un 98% de probabilidad de lluvia.
Antes de que existiera internet, estas cosas no pasaban. Todo era más sencillo. Salíamos a cazar, sin mirar la previsión del tiempo. Entonces sólo disponíamos de la televisión y del hombre del tiempo y si llovía y no podíamos cazar nos volvíamos a casa y no pasaba nada. Ahora queremos prever con antelación, absolutamente todo: temperatura, humedad, lluvia y pasa lo que pasa. Perdemos un día de caza tontamente.
En fin, mañana no marca agua y aunque lo haga, hemos decidido ir de todas formas.
Primero teníamos pensado ir al Bonillo, pero, finalmente, será en Pozo Cañada. Una finca de caza menor, de las muchas que gestiona Moisés Navarro en la provincia de Albacete. Buen cazadero y perdiz de las que hay que sudar para echarlas al zurrón.
Mañana les cuento como ha ido la jornada.




lunes, 10 de octubre de 2016

Fins el any que ve, amics!


El próximo sábado día 8 de octubre es el último de la temporada de plato en el campo de tiro de Vallada. Con tal motivo se ha organizado una paella para todos los que habitualmente frecuentan el campo de tiro El Tollo y quieran acudir. No será hasta el próximo mes de febrero, cuando vuelva a abrir sus puertas a todos los aficionados, coincidiendo con el fin de la temporada cinegética, que se prolonga para la caza del tordo.
Pepe, Amadeo y Raúl son los encargados de que cada sábado, llueva- poco probable últimamente-, truene, relampaguee o caiga un sol de justicia, aquello funcione como un reloj.
Atienden el bar, preparan la merienda- Pepe siempre me guarda una punta de pan con un poco de atún- llevan el gasoil para que las máquinas puedan funcionar porque el campo no tiene instalación de luz, cargan las máquinas, colocan los fonos, hacen de árbitros. Todo listo para que cuando lleguemos, no falte de nada.
Solemos ser casi siempre los mismos, pero entre todos nosotros se ha forzado una buena amistad, más allá de lo estrictamente deportivo. La verdad es que hay muy buen ambiente y mucha camaradería, aunque los piques en el tiro son inevitables.
Después de cada serie, la tertulia, bajo la morera que buen cobijo nos proporciona en los calurosos meses de verano es sagrada. De política, de caza o de lo que se tercie. Cada uno de nosotros tiene la solución para arreglar el mundo.
Pepe Pastor, al que desde estas páginas le deseo lo mejor para que se reponga pronto, el gran Rafa Tormo, que sigue viniendo, aunque la rodilla ya le flojea y tiene que caminar con bastón, - ayer precisamente me confesaba que tiene muchas ganas de coger de nuevo la escopeta, y pensaba que para evitar que el retroceso le pudiera hacer perder el equilibrio, ponerle un solo cartucho, eso es afición y lo demás son tonterías; Josep Lluís, Felipe, Morán, Enrique, Pepe Sala, Guerrero, Manolo, Pedro,  Emilio, Milio para los amigos, Antonio San Félix ... Un grupo de amigos, que compartimos una misma afición el tiro y la caza.

En el campo hay mucha rivalidad entre nosotros porque cada uno quiere romper más platos que su compañero de serie y llevarse el jamón o la satisfacción de haber hecho una buena tirada. Si no hubiera rivalidad sería muy aburrido. Sumar un pleno, es decir, romper los 25 platos de la serie es muy complicado porque un cero llega cuando menos te lo esperas.
Menos mal, que a los aficionados todavía nos queda el campo de tiro de Vallada porque poco a poco los han ido cerrando todos. Una veces por falta de gente porque el tiro es un deporte caro y la crisis se ha notado también en las canchas y otras porque algunos no cumplían con las medidas de seguridad, cada vez más severas. El más próximo que permanece abierto es el de Muro de Alcoi. Y, Cheste, en Valencia, que está abierto durante todo el año y dispone de unas instalaciones fantásticas para todo tipo modalidades: skeet, foso olímpico y universal, máquina robot, pichón a caja, hélice, compack, recorridos, ojeo, ...
Hoy todavía puede verse en muchos pueblos de alrededor de la Costera y de la Vall d'Albaida, como es el caso de Ontinyent, Fontanars dels Alforins o La Font de la Figuera, las ruinas de lo que antaño fue un campo de tiro. Las antiguas casetas de tiro de recorridos de caza o los fosos ya inutilizados. Una auténtica pena.