Esta mañana he
aprovechado para preparar todos los bártulos que me van a acompañar durante la
temporada de caza. Chaleco, gorro, braga, gafas, botas, cartuchos, mochila,
etc, etc. Para no tener que prepararlo cada vez que salgo a cazar, lo dejo en
el maletero del coche. Mi amigo Pepe
Sala lo echa en un capazo. Yo tengo desde hace años una bolsa de color azul
que me regaló Repsol, que me acompaña siempre. No soy supersticioso, pero por
si acaso.
Teníamos pensado
haber salido el miércoles día 12, pero anunciaban lluvia en toda España y al
final cancelamos el viaje. Lo hemos pospuesto unos días. Así que mañana, si no
pasa nada, será mi primer día y también el de mi perrita Syra, una preciosa labradora, color chocolate de 8 meses. Ayer pude
probar en la finca de un amigo mío que no tiene miedo a los tiros. El cobro como es propio de estas razas, lo
hace muy bien y tuve ocasión de comprobarlo en el campo con un tordo y una
paloma torcaz, aunque ya lo había probado con piezas muertas. Duba por desgracia no me va a poder
acompañar. La voy a echar mucho de menos.
El tiempo nos
jugó una mala pasada porque los partes meteorológicos no siempre aciertan. El
miércoles, que era el día que habíamos decidido ir a cazar, llamé por la mañana
a Moisés, el encargado de la finca,
para preguntarle si había llovido. Ni gota, me contestó. Y eso que daban un 98%
de probabilidad de lluvia.
Antes de que
existiera internet, estas cosas no pasaban. Todo era más sencillo. Salíamos a
cazar, sin mirar la previsión del tiempo. Entonces sólo disponíamos de la
televisión y del hombre del tiempo y si llovía y no podíamos cazar nos
volvíamos a casa y no pasaba nada. Ahora queremos prever con antelación, absolutamente todo: temperatura, humedad, lluvia y pasa lo que pasa. Perdemos un día de caza tontamente.
En fin, mañana
no marca agua y aunque lo haga, hemos decidido ir de todas formas.
Primero teníamos
pensado ir al Bonillo, pero, finalmente, será en Pozo Cañada. Una finca de caza
menor, de las muchas que gestiona Moisés
Navarro en la provincia de Albacete. Buen cazadero y perdiz de las que hay que
sudar para echarlas al zurrón.
Mañana les
cuento como ha ido la jornada.
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