Hasta que se
reformó el Código Penal en su artículo 336 había ciertas discrepancias entre
los jueces sobre si el parany era delito o no. De hecho, ha habido sentencias
para todos los gustos. Unas absolutorias y otras que condenaban, a quien practicara esta modalidad de caza
consistente en el uso de unas varetas impregnadas de liga, una especie de
pagamento, en la que las aves quedan atrapadas.
Entonces el
Consell, a través de la Conselleria de
Medio Ambiente y para sortear la legislación existente y contentar al colectivo
de cazadores, ideó el "parany científico", supuestamente, para el
seguimiento científico de aves migratorias, que también ha sido tumbado por la
normativa europea, dado que hay otros
métodos más eficaces para el estudio de la emigración de aves, que no son nada
lesivos para estas especies como pueda serlo la caza con parany.
Quien suscribe
estas líneas no pertenece a ningún grupo ecologista, aunque alguien pueda
interpretarlo así por mis palabras. Soy cazador como todo el mundo que me
conoce sabe, pero, sin embargo, siempre he reprobado esta práctica de caza por
considerarla, no sólo poco selectiva que también sino innecesariamente cruenta.
En las redes se
cogen no sólo las aves objeto de la captura como puedan ser tordos sino también
otro tipo de aves, incluso algunas que están en peligro de extinción como se ha
dado el caso.
El tema no es
sólo soltarlas una vez han sido capturadas sino si consiguen sobrevivir y está
comprobado que la inmensa mayoría perecen.
La nueva reforma
del Código Penal no deja lugar a dudas y condena el parany como delito, contra
el criterio de cazadores, que consideran esta práctica ancestral como legal al
entender que se libera a las aves que no son objeto de caza sin causarles
ningún daño.
Otro de los
argumentos esgrimidos por los defensores a ultranza de esta caza, que cuenta
con miles de aficionados, sobre todo, en el sur de Castellón es que se trata de
una práctica de caza ancestral.
Siguiendo este
mismo razonamiento y si por prácticas ancestrales o atávicas entendemos lo que
se hacía en la Roma de Nerón todavía se seguiría practicando ese divertimento
consistente en tirar a los cristianos a la fosa de los leones.
Los detractores,
por su parte, alegaban que el uso del parany es un método de caza, muy poco
selectivo, ya que en sus redes quedaban atrapadas cientos de aves, que morían poco
después al ingerir pegamento, una sustancia
altamente nociva.
La Audiencia
provincial de Castellón ha revocado estos días una sentencia absolutoria contra
un cazador de Vinaros que fue denunciado por utilizar este método de caza y lo
ha condenado a una multa de 1.800 € por delito contra la fauna.
En cualquier
caso, la ley es ahora clara y precisa y
hay que cumplirla por más argucias legales que se inventen algunos.
Por si alguno no
se había enterado el parany es delito.
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