Pacma se presenta a las elecciones generales del 28-A y esta vez los sondeos le otorgan uno o dos diputados. Hasta ahora no habían conseguido ningún escaño. Muy recomendable el artículo que le dedica el periodista Rubén Amón en El País, titulado: El animalismo "amenaza" el Congreso.
El programa del grupo animalista se reduce a prohibir la caza y los toros. No sabemos qué piensan del empleo, de la economía, de los derechos sociales. Esas son sus dos grandes obsesiones: la caza y los toros. Además, lo hacen desde la sinrazón y el odio visceral hacia los que libremente optamos por otras opciones como es, en mi caso, la caza. Basta con leer alguno de los mensajes que cuelgan en las redes sociales, deseando la muerte de cazadores y toreros. Afortunadamente, la justicia ya ha tomado cartas en el asunto y ha habido varias sentencias condenatorias por delito de odio. Pocas, la verdad, para las barbaridades que se dicen.
Hasta el propio Frank Cuesta ha declinado seguir haciendo programas en España después de las amenazas que ha recibido de grupos animalistas por hacer un programa sobre la caza en España, donde se daba voz tanto a cazadores como a animalistas.
Ante la falta de argumentos convincentes se dedican a insultar y a amenazar a quienes no pensamos como ellos.
Es un discurso plagado de odio contra las personas. Un mensaje radical, prohibicionista, que por desgracia va calando en la sociedad.
Desconocen absolutamente el mundo rural, el campo, la naturaleza. Dicen barbaridades como esterilizar a los jabalíes con una vacuna para evitar la superpoblación. Paralizan batidas que cuentan con todos los permisos legales, como si el campo les perteneciera. Asaltan granjas de cerdos.
Hacen de la defensa de los animales un alegato espurio.
Los animalistas dicen defender los derechos de los animales. Y yo también. No hace falta ningún partido político que nos recuerde los derechos de los animales. La ley del maltrato contra los animales no es obra de Pacma. El Código Penal tipifica estos delitos con penas de cárcel. Todos queremos que los derechos de los animales se respeten. Y también los nuestros.
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