jueves, 13 de enero de 2022
Últimos días de temporada
Hoy jueves 13 de enero es mi cumpleaños, cumplo 59 años, así que qué mejor manera de celebrarlo que yéndome a cazar.
En Albacete he empezado a encontrar los primeros bancos de niebla hasta Barrax. Las temperaturas han caído diez o quince grados en los últimos días, tras unas semanas de calor infernal. En Barrax el termómetro marca -2,5 grados. El retrovisor del coche está blanco. También la luna delantera.
Los campos están cubiertos de escarcha.
Cuando llego a El Bonillo, la temperatura es de 1 grado. Elías y Kico están en la puerta fumándose un pitillo, como si tal cosa. Se nota que están acostumbrados al frío.
Hoy hemos cazado en “Los Toscares”, otra parte de la finca, donde abunda la carrasca y la retama con campos de siembra de cereal que se entremezclan con cultivos de almendros y nogales. Conforme avanza la temporada la perdiz está cada vez más fuerte. He abatido varios machos que no tienen que envidiar nada a la perdiz salvaje. Es una perdiz que ya lleva mucho tiempo en el campo y que se adapta muy bien al terreno.
El campo es una mezcla de colores, el blanco de la escarcha se entremezcla con el verde de las siembras que ya empiezan a despuntar.
Dos cazas del ejército sobrevuelan el cielo a baja altura y el sonido es atronador.
El día es fresco, pero luce el sol. Un día inmejorable para cazar la perdiz, pues sopla algo de viento y la perdiz aguanta más.
La mañana no podía haber empezado mejor, abatiendo las primeras perdices. He estado bastante certero, con doblete incluido, hasta que terminando la mañana he errado un par de ellas.
Elías va marcando la mano. Yo sigo todas sus indicaciones. Se conoce la querencia de las perdices como nadie. Raro es que se equivoque.
Las perdices apeonan largas, marcando bien la distancia. Hay que volarlas varias veces para tenerlas a tiro. Hay quien piensa que por ser perdiz soltada, no hay que trabajarla. Esta perdiz se las sabe todas. Para sobrevivir en el campo no les queda otra que aprender rápido.
Conforme avanza la mañana, la percha de perdices va aumentando.
Syrah va haciéndolo cada vez mejor. Aunque está con un poquito de sobrepeso es incansable. Hoy ha cobrado una perdiz pinchada que se ha dejado caer muy larga. He tomado bien la referencia y al coger la mano en sentido contrario se ha quedado de muestra dentro de unas piedras y se ha hecho con ella. Lances así te reconfortan con este deporte que tanto nos gusta y que tan buenos momentos nos hace pasar.
Pasadas las doce hemos tomado un pequeño taco. Buscamos entre la vegetación silvestre un lugar donde protegernos del frío. Mientras vas caminando el frío es más llevadero, pero sí te paras, se te hielan hasta los huesos.
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