sábado, 7 de diciembre de 2019

Tiro al plato


Tiro al plato desde que tengo 18 años. Es junto a la caza,  mi afición preferida. Aunque ahora por circunstancias de trabajo y familiares, las practico algo menos.

Cuando yo empecé allá por los años 80 había muchos campos de tiro. Cada pueblo tenía el suyo propio. Fontanars dels Alforins, Ontinyent, La Font de la Figuera, Moixent, Alcudia, Canals .... Hoy no queda casi ninguno. Sobreviven solo unos pocos. Y no es porque haya descendido el número de aficionados, todo lo contrario es porque existen unas normas y una legislación que pone cada vez más trabas. A parte de las consideraciones legales, hay que pagar licencias, seguros,  etc.
Pero como afortunadamente existe el coche, no hay distancias.
Yo tuve en la finca un pequeño mini foso y todos los años hacíamos una tirada en verano que resultaba bastante concurrida. Mi madre entregó el primer premio en una ocasión. Luego aprovechábamos para hacer unas chuletas y algo de embutido a la brasa en la barbacoa.
Era una máquina manual, que había que cargar y disparar manualmente. Todavía tengo esa  máquina, que te permitía variar los ángulos y las posiciones, lo que resultaba muy divertido. Nada que ver con las instalaciones de hoy en día, con fono pull y totalmente automatizadas que funcionan con una ficha, ahora ya en muchos campos de tiro son tarjetas recargables, sin necesidad de que haya alguien poniendo platos.
Pero lo pasábamos en grande. Recuerdo que para pedir el plato, decíamos primero, listo! Y la persona que estaba en la máquina, respondía: listo y a continuación pedíamos el plato. Era todo un protocolo. Como el campo estaba orientado hacia la carretera, aunque había unos cientos de metros de distancia y los plomos no llegaban, había que andar con  cuidado y pedir el plato cuando no veíamos ningún coche, con lo cual, las series se hacían interminables.
Desde hace muchos años, me anoto en unos folios, que luego paso al ordenador, los resultados y las tiradas en las que participo. Tengo anotadas todas las tiradas en las que he participado, tanto de entrenamiento como de concurso, desde junio de 1987, que es la primera anotación que tengo hasta hoy. Entonces no tirada con una superpuesta sino con una escopeta semiautomática, concretamente con una Beretta de la serie 303. La primera serie en concurso que tengo anotada es de agosto del año 87, en Aielo de Malferit. Hice aquel día un 22 en el concurso y me llevé un trofeo y 1.000 pesetas. Luego tiré una serie de entrenamiento e hice un 23. La última anotación es del 5 de octubre de este año en Vallada, con un 20 y un 22.
Soy muy competitivo y cuando hago una serie con un resultado inferior a 20 platos, lo resalto en rojo. También hago alguna anotación al margen.
Más tarde me compré una escopeta Perazzi MX1 que es la que he tenido hasta hace poco tiempo, con cañón de 71 aunque luego le compré uno de 76 . Hace poco la cambié por otra Perazzi MX8, con cañón de 76 y briley en los dos cañones.
Yo con la repetidora tiraba bastante bien, pero resultaba incómoda cuando tirabas a foso porque molestaba al tirador de al lado al expulsar los cartuchos. Ahora ya las fabrican y ella misma recoge la vaina. Bien pensado también para los cazadores.
Pero tirar con una escopeta superpuesta tiene sus ventajas, sobre todo, porque tiene dos cañones mientras que la repetidora o semiautomática solo uno, con lo cual, estás tirando los dos tiros con el mismo choque. Y eso en el segundo tiro,  que el plato te ha sacado ventaja se nota.
Hoy todas las escopetas son buenas, no hay armas malas, aunque cada uno tiene su marca favorita, la mía es Perazzi.
Pero aparte de la escopeta, que si vas a tirar muchas series, sí lo notas; lo más importante es la culata.
La culata tiene que entrarte como un guante porque es el 90% de la eficacia en el tiro, por no decir el cien por cien.
El encare a la hora de pedir el plato también es importante. Hay que coger la escopeta siempre de la misma forma y no andar cambiándola. Poner la cara donde toca, ni muy adelante ni muy atrás.
Hay gente, sin embargo, que tira bien con cualquier escopeta y se adapta enseguida a ella, yo no. Yo necesito tirar con la mía y siempre con el mismo cartucho.
Porque hay unos cartuchos que son más veloces que otros, que abren o cierran más el tiro, etc... Y cuando te acostumbras a un cartucho, ya sabes poco más o menos sus características.
Otro factor importantísimo en el tiro al plato es la concentración. Cuando por algún motivo pierdes la concentración en la serie, los ceros llegan solos.
Y como en todo en la vida, lo que hace maestros es la práctica. Cuanto más tiempo lleves tirando, más irás perfeccionando. No se trata de tirar muchas series sino de tirar pocas, pero bien y sabiendo los errores que cometes para corregirlos.
Normalmente hacemos los tiros traseros porque el plato nos gana. Hay que hacer bien el swing y adelantar la escopeta. Sin dar tirones.
La teoría no es la conocemos todos, pero la práctica es otra cosa. Y en el tiro como en la vida nunca se sabe todo.










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