Recuerdo de nano salir al jardín de casa y encontrarme con innumerables
pajarillos cuyo canto me despertaba en las mañanas soleadas del verano:
jilgueros, verderones. paisarells, gorriones, .. Había una fauna silvestre
maravillosa que entre todos nos la hemos cargado y pluralizo porque yo he sido
el primero en contribuir a ello. Y créanme que lo lamento.
Según un estudio realizado por la Sociedad Española de Ornitología, la
población de gorriones ha descendido un 5 %, entre otras razones, como
consecuencia de la construcción de edificios modernos sin tejas ni huecos para
sus nidos.
Otra de las razones, según apunta el estudio, hay que buscarla en el
excesivo mantenimiento de los árboles urbanos. En concreto, en las talas
indiscriminadas de los árboles que al menor agujero son talados para evitar que
puedan caer debido a la podredumbre.
También les afecta y mucho la contaminación. Debido a la alta polución de
algunas ciudades, la productividad de
las parejas ha descendido. Si antes ponían unos 4 huevos, al menos, 3 veces al
año, ahora el número de puestas se ha reducido a la mitad.
Estos deliciosos pajarillos han desaparecido, incluso, de ciudades como
Londres o Praga donde se les veía por bandadas.
Esto por lo que se refiere a razones estrictamente
urbanas. Por lo que respecta a cuestiones medioambientales, que duda cabe, que
el uso de fertilizantes y herbicidas en el campo para combatir plagas en la
viticultura como el mildiu, la negrilla o el oidio han contribuido en gran medida a que hoy
veamos menos pájaros en el campo. Afortunadamente muchos de estos productos han
sido prohibidos y los agricultores se han concienciado de ello Es de esperar,
por el bien de todos, que estas aves como otras especies amenazadas por la mano
del hombre vuelvan a pulular por los campos como antaño. Muchos lo
agradeceríamos
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