El hecho de que
se haya practicado durante siglos no justifica en modo alguno que deba seguir
practicándose en pleno siglo XXI.
El parany me
parece una atrocidad. No es sólo un método de caza masivo y no selectivo como
declara la jurisprudencia y las leyes europeas. Es sencillamente, lo que he
dicho al principio de este párrafo: una atrocidad.
Aunque todas las
sentencias deben de ser acatadas y respetadas, aunque disintamos de ellas, en
este caso, me congratulo de la decisión del altor tribunal.
Para los que no
sepan en qué consiste esta modalidad de
caza se lo explicaré brevemente. Vaya por delante, que aunque soy cazador,
nunca he aprobado ni practicado esta modalidad cinegética, que para mí muy poco
tiene que ver con la caza. Tengo, sin embargo, amigos que sí la practican y que
a lo mejor después de leer este artículo dejan de serlo.
Se eligen varios
árboles, que previamente se han podado para tal fin y en su interior se colocan
unas varetas o varillas, impregnadas de pegamento, también llamada liga.
Para atraer a
las aves se utilizan reclamos, estas se posan sobre sus ramas y quedan
atrapadas.
El problema de
ser una caza no selectiva es que entre sus redes, en este caso, sus ligas,
quedan atrapados no sólo zorzales sino toda clase de aves, también las
protegidas.
El pegamento se
adhiere a las plumas y pierden su capacidad térmica por lo que es muy difícil que
vuelvan a volar. Eso, si no han ingerido el pegamento al tratar de quitárselo,
con lo cual mueren por envenenamiento. En cualquiera de los casos el animal
muere.
La idea es que
lo que no son zorzales sean liberados por el cazador. Pero esto no siempre
ocurre.
El Consell
quiere recurrir ahora el fallo del alto tribunal y basarse en las leyes francesas
para legalizarlo y tratar de contentar a los cientos de aficionados, que aún
siendo ilegal lo siguen practicando.
Me temo, pues,
que si cabe el recurso, el tema va a seguir en los tribunales de justicia.