Creo recordar,
que tal día como hoy 12 de octubre, festividad de la Virgen del Pilar y fecha
que todos los cazadores valencianos tenemos en mente por que se abre la veda, es la primera vez que me quedo en casa y
no salgo a cazar y no por falta de ganas.
La razón: no hay
perdices.
En Fontanars
dels Alforins , sociedad a la que pertenezco y en cuyos terrenos cazo, hace
mucho tiempo que la perdiz ha venido a menos hasta el punto de que este año se
ha prohibido su caza y tardará años en recuperarse. No es cuestión ni de uno ni
de dos años. Recuperar un coto que ha sido prácticamente esquilmado por muchas
razones, no sólo por la presión de los cazadores lleva años y requiere una
buena gestión cinegética, que no sólo consiste en dejar de cazarlas por un
tiempo.
Esto era
prioritario y algunos como quien suscribe estas líneas, llevábamos mucho tiempo
reclamándolo, sin que nuestras palabras fueran escuchadas por nadie o, al
menos, por quien debería haberlas escuchado y a quien correspondía tomar
medidas entonces.
El tiempo nos ha
dado la razón.
Quizá si se
hubieran tomado medidas antes, ahora no estaríamos donde estamos.
Pero seamos
constructivos. Es hora de ponerse a trabajar para volver a ver a las patirrojas
por nuestros campos.
La labor para
que esto ocurra es, sin duda, de los propios cazadores.
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