Habíamos decidido dar la misma vuelta de la vez anterior. Empezar por la viña. Cuando hemos llegado nos hemos encontrado con una pareja de Alicante que estaba cazando al conejo con perro y garrote, pero sin escopeta. Hoy era el primer día en las zonas libres.
Uno de ellos se ha dirigido a nosotros, diciéndonos que no podíamos cazar con escopeta al ser una zona libre. Pese a que tenemos permiso del dueño de la finca y de la Conselleria de Agricultura para cazar el conejo con hurón, para evitar problemas y como el coto es grande nos hemos ido a otra zona de la finca.
Antes de llegar a los pinos donde me había dicho Fernando que me pusiera, era imposible contar el número de conejos que salían de la viña para buscar refugio en una zona inaccesible por la cantidad de hierbas secas que hay. Allí no puedes echar el hurón porque lo pierdes. Tampoco puedes ver los conejos porque se escurren entre tanta maleza.
Fernando ha empezado bien la mañana, colgándose cuatro conejos de cuatro, sin errar ninguno.
Hemos ido primero a la zona que Juan José desbrozó. La hemos recorrido caminando para ver si podíamos tirar a algún conejo agazapado en el romero, pero guardan muy bien la distancia y salen muy lejos, fuera de tiro.
Esperando en una de las bocas a que los hurones salieran, ha pasado por encima de nuestra cabeza un bando de torcaces jóvenes, que casi nos quitan el sombrero. El sueño de cualquier cazador el primer día de media veda, que seguramente no se repetirá.
Esa pinada es un buen sitio para ponerse el primer día porque es una buena zona de paso de torcaces. Pero al ser una zona libre habrá que madrugar mucho el primer día para coger un buen sitio. Conozco cazadores que se va a dormir la noche antes para coger un buen puesto. Los cazadores estamos así de locos y no nos importa dormir a la intemperie con tal de pegar unos tiros.
Mientras Fernando, que hoy celebraba su onomástica, buscaba una madriguera para echar el hurón porque cuesta encontrarlas debido a la maleza, he cogido un linde pegado a un campo de cereal y he abatido un conejo largo.
Cuando he llegado Fernando ya había encontrado una madriguera y había echado el hurón.
Hemos abatido un par de conejos más cada uno y nos hemos ido a otra zona de la finca que también cazamos la última vez, con muy buenos resultados.
Hoy no ha habido tanta suerte y no hemos sacado conejos.
Para finalizar la jornada cinegética, Juan José nos ha preparado un almuerzo espectacular de solomillo de buey a la leña y una ensalada con tomate y cebolla de la huerta que cultiva. Él mismo ha ido a recogerlos mientras se hacia la carne en la parrilla. Puro campo.