lunes, 9 de noviembre de 2020

Pocos tiros en el primer día de caza

 

Había mucha expectación porque se trataba del primer día, pero al final no se cumplieron las expectativas. Pocos tiros se escucharon el primer día de la perdiz en los bancales. La viña ya ha perdido toda su hoja y los animales te ven a la legua.

Desde hace unos años, la sociedad de cazadores L’Alforí retrasa la caza de la perdiz en los bancales, precisamente para que tengan más defensa. Se abre el día 12 de octubre, pero solo en la sierra.

La viña en el mes de octubre conserva todavía todo el pámpol y es más fácil pillar desprevenidas a las perdices entre la vegetación. Además octubre suele ser, por lo general, un mes caluroso. La perdiz se cansa antes. El calor las agota, sobre todo, cuando llevan varias voladas y el bando se ha dispersado.

Con frío y el campo despejado dar con las patirrojas es  más complicado. Aparte de un buen perro se requiere de unas buenas piernas. La perdiz vuela muy larga y da pocas opciones.

A perro puesto es muy difícil tirar a estas perdices porque no aguantan la muestra.

Antes toda la viña era en vaso y la caza resultaba más fácil porque el cazador podía zigzaguear entre las cepas. Ahora toda la conducción del viñedo es en espaldera y cuando entras en un campo solo puedes ir por un solo banco, lo cual limita mucho los movimientos del cazador.

Este año la perdiz ha criado mejor en los bancales que en la sierra, seguramente esto ha sido así porque en el monte hay mucha alimaña y eso impide a las perdices hacer nidos y sacar adelante a su prole.  La proliferación de alimañas, sobre todo, jabalíes y zorros, ha sido uno de los principales motivos por los cuales la perdiz está en claro retroceso.

Aunque el cupo es de una perdiz por cazador y día, muchos vinieron con el zurrón vacío. Menos mal que los conejos y alguna liebre alegraron el día a más de uno y al final hubo con lo que condimentar el gazpacho.

Mi  buen amigo y cazador, Paco Úbeda me contaba que ha volado varios bandos, pero todos fuera de tiro. “Si están así de fuertes el primer día, imagínate cómo estarán a mediados de temporada”, señala.

Es una perdiz del terreno y eso se nota en todos los aspectos. El vuelo, la astucia y la velocidad de esta perdiz no tienen nada que ver con la de suelta, mucho menos avispada y menos entrenada en las labores de supervivencia.

Esta perdiz se ha criado en el terreno y para sobrevivir en la naturaleza ha tenido que hacer frente a innumerables peligros. La criada en cautividad no tiene los mismos genes.


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