jueves, 9 de febrero de 2023

Terminando la temporada cinegética

He cogido algo de niebla y lluvia al salir de casa. Al pasar por Barrax, la niebla era algo más espesa. El termómetro marca 2 grados. En el cd suena Neil Diamond. Subo el volumen cuando suena Sweet Caroline, una de mis canciones favoritas. Jean Pierre al final no ha podido venir. Quien sí me ha acompañado esta vez es mi amigo Miguel Montesinos que ya vino hace algunos años y teníamos una cacería pendiente. En la casa nos esperaba Elías. Hoy hemos cazado en el centro de la finca. Había un grupo de cazadores al reclamo. Hay mucha afición para esta modalidad cinegética, aunque hoy hacía mal día. El cielo está cubierto y el frío es seco. Cerca de donde dejamos los coches, avistamos los primeros bandos de perdices.
Miguel con su perrita Zorris junto a Elías (Foto: PS) Hemos empezado cazando las retamas. Las perdices pasan ahí la noche al cobijo de los depredadores. He cogido munición nueva después de lo que me pasó el último día. Tiro con cartucho de sexta y 34 gramos. A estas alturas de la temporada es preferible un plomo grueso. Es más efectivo y letal. Las perdices vuelan largas. Apeonan delante de nosotros con paso rápido. Yo que voy por bajo debo ir más adelantado. La mano la completa Miguel que va por arriba y Elías por el centro. Tirar dentro de las retamas es complicado. Son muy altas y la visibilidad es escasa. Miguel ha traído a su perrita Zorris, una podenca de once años, pero con una vitalidad de una de dos. Está muy picada a los conejos, pero hoy era día de perdices. Lo ha hecho muy bien. A pesar de lo avanzado de la temporada sigue habiendo mucha perdiz. Los arroyos llevan agua. La siembra empieza a despuntar. Es difícil no encontrarse con pisadas de jabalíes, sobre todo en las orillas de los sembrados. Syrah ha cazado más tranquila. Es incansable. Ha cobrado una perdiz de ala que nos hemos dejado en el monte por la mañana y más tarde ha dado con ella. He tirado mejor que el último día, pero he errado muchas perdices. La primera vuelta se ha dado bastante corta en cuanto a capturas. Miguel se ha colgado cuatro y yo tres. Como las perdices tienen su querencia, hemos vuelto sobre los primeros pasos y las perdices estaban de nuevo dentro de la retama. He abatido una muy alta enviada, tipo ojeo. Luego he errado un par cruzadas. Hay que adelantarles mucho el tiro, normalmente erramos los tiros porque nos quedamos detrás. Hay que correr la mano sin miedo. Al final de la mañana hemos hecho una buena percha de perdices cada uno.

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