Soy cazador,
pero eso no significa que apruebe ciertas prácticas cinegéticas como es el uso
indiscriminado de lazos para la captura de alimañas. Creo, sinceramente, que
existen otros métodos más eficaces para combatir a las alimañas como las
urracas o los zorros, que, ciertamente, muchas veces arruinan nuestros cotos de
caza.
Todo esto viene
a cuento porque mi amigo Pepe Ferrero de
Fontanars dels Alforins publicó en su muro de facebook, que a cien metros de
una casa de campo de esta bella población valenciana se habían encontrado unos
lazos. Publicó las fotos aunque no sé si finalmente presentó una denuncia
porque si bien es cierto que hay permisos para colocar lazos, siempre y cuando
reúnan unas condiciones, no todos los lazos son legales, no es admisible que se
coloquen a menos de cien metros de una vivienda ,con el consiguiente riesgo
para los animales que allí vivan. También para las personas.
Desconozco,
igualmente, si la sociedad de cazadores L'Alfori es conocedora de este hecho.
Estos días he
coincidido con un amigo mío Rafa Ortiz,
también cazador, que me contaba,
conteniendo las lágrimas, como había visto morir a su perro por la ingesta de
veneno. Un cachorro de seis meses.
No es la primera
vez ni desgraciadamente será la última en la que un perro queda atrapado en un
lazo. Muchas veces, si sobreviven, sufren amputaciones en algunas de sus
extremidades. He visto casos realmente espeluznantes, con miembros amputados,
en que lo mejor ha sido sacrificar al animal para que dejara de sufrir.
Yo mismo cazando
he tenido que liberar a más de un perro. En un coto donde cacé varios años era
una práctica habitual que el guarda de la finca colocara lazos, pero, al menos,
en este caso tenían el cierre de seguridad. Es un nudo corredizo que impide que
el animal muera por estrangulamiento. En el caso de que sea una pata en lugar
de la cabeza la que ha quedado atrapada evita que el lazo siga apretando.
En otra ocasión,
en Ossa de Montiel y con Venera, padre, durante una tirada de torcaces desmantelamos
varios cepos de grandes dimensiones para capturar en ellos jabalíes.
El uso de
veneno como la estricnina aunque
prohibido, si bien era legal hasta 1983, se sigue utilizando. La Ley de caza,
sin embargo, es bastante laxa en este sentido y aunque prevé el cierre de cotos
y sanciones económicas, que van de los 60.000 a los 300. 000 euros de multa, no
contempla penas de cárcel por el uso de cebos envenenados. Es un delito tipificado
en el Código Penal, que sólo contempla sanciones económicas, cuando lo cierto
es que se debería ser más contundente y sobre todo, cuando estamos viendo que
lejos de decrecer el uso de veneno está fomentándose su uso en guarderías y
cotos de caza.
Son todos ellos,
los lazos, los cepos y ya no digamos el veneno, métodos poco selectivos que
acaban con la vida de cualquier animal, que tenga la mala suerte ese día de
tropezarse en su camino con un lazo, un cebo envenenado o un cepo. Son muchas
las aves que al cabo del año son víctimas de estas malas artes, que todavía por
desgracia se emplean en la caza. Aunque
no se tienen estadísticas fiables porque obviamente no se conocen todos los
casos, pero se habla de cifras que rondan en el decenio 1990-2003 de más de
3.000 casos que afectaron a más de 7.000 aves, algunas de las cuales, como el
águila imperial en peligro de extinción.
Decía al
principio de este artículo que existen otras artes para capturar alimañas mucho
más eficaces y más selectivas, que el uso de lazos o cepos y son las jaulas.
Unas simples jaulas bien colocadas en el campo bastan para este cometido. Se
coloca en el interior de la jaula un animal vivo que hace de reclamo y a
esperar. De esta manera no provocas ningún daño innecesario.
Las alimañas son
un grave problema para muchos cotos de caza, sin duda, y ha de hacerse un
control de predadores, sin embargo, no
todo en la caza vale.
Sé que como
cazador ser contrario al uso de lazos o cepos me puede traer problemas. Es un
tema que he debatido con amigos míos cazadores en innumerables tertulias y nunca
me han dado la razón.
La perdiz tiene
muchos enemigos en el campo y hemos de protegerla. En eso estamos todos de acuerdo,
en lo otro, perdónenme, pero no.