No hay perdices.
Irremediablemente han desparecido. Pero han desaparecido no porque se las haya
tragado la tierra sino porque los cazadores entre los que me incluyo no les
hemos dado tregua.
Llevo semanas en el campo y no las he visto ni
por asomo y eso que donde tengo la finca es reserva de caza desde hace varios
años.
Llevo días
labrando los campos y no he visto ni una sola patirroja.
No me he
recorrido el término, pero me temo que todo está igual. Al menos, esa es
también la opinión generalizada.
No hace
demasiado tiempo era normal cruzarte con bandos enteros. Salías a pasear y raro
el día que no te topabas con ellas, pero eso ha pasado a la historia. Menudo
susto te daban cuando arrancaban delante de ti. El sonido del aleteo al
arrancar con fuerza desde el suelo es de los que no se olvidan fácilmente.
El año pasado
fue muy malo para la cría de la perdiz debido a la sequía y a pesar de que no
crió bien y las polladas que salieron muchas de ellas perecieron por la falta
de agua y las que sobrevivieron fueron pastos de las alimañas, se permitió su caza hasta la víspera de Reyes
y este año idem de idem. o sea igual. No aprendemos la lección.
Afortunadamente,
y a diferencia del año pasado los tres primeros días de octubre sólo se podrá
cazar en los montes de la solana y la umbría y el puerto, no abriéndose en el
resto del acotado hasta el 3 de noviembre.
Esta medida me
parece acertada porque la viña ya ha perdido parte de su hoja y la perdiz tiene
más defensa porque te divisa antes y da menos opciones al cazador. De la otra
manera, al estar la viña muy poblada te arrancan de los pies.
Sin embargo,
insisto, creo, que no debería abrirse en ningún caso. Salir a cazar lo poco que
hay significa que el año que viene va a haber todavía menos y así
sucesivamente. Si no dejamos madre, la perdiz no cría.
Recuperar la
perdiz es posible, pero es cuestión de tiempo y de una buena gestión.
Comprendo a los
cazadores que están ansiosos por salir al monte detrás de las patirrojas y que
llevan todo el año esperando que llegue ese momento, pero convendrán conmigo
que si no hay perdices, lo peor que puede hacerse es salir a darles caza.
Comprendo,
igualmente, que es muy difícil contentar a todos.
En su momento,
sugerí una serie de medidas para preservar la perdiz que han caído en saco
roto. Alguna de estas medidas para los
que anden mal de memoria y por si tienen a bien reconsiderarlas eran reducir el
horario de caza, desde que amanece hasta las 12 y limitar el número de
cartuchos a dos en lugar de los tres que aún siguen permitidos.
Ninguna de estas
medidas se aplican en el nuevo calendario. Se sigue permitiendo que se cace
hasta las dos del mediodía y las repetidoras pueden llevar hasta tres tiros en
su recamara.
Respecto al
horario es una barbaridad cazar hasta las dos. De 12 a 14 horas es la hora de
más calor y la perdiz que ya lleva varios vuelos y los bandos, si los hay,
están desperdigados están ya agotados, con lo cual es más fácil su captura.
Y en cuanto a
limitar la munición a dos tiros me parece de sentido común. El tercer tiro
hiere mucha caza que no cobras y que dejas en el campo. Es poco efectivo.
Yo hace mucho
tiempo que vendí mi repetidora y cazo con una escopeta paralela Mateo Mendicute
de dos gatillos. Y créanme si les digo que no la echo de menos.
Que haya caza o
no es una cuestión que nos compete a todos, pero sobre todo a los cazadores.
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