lunes, 5 de enero de 2015

Del Sí se puede al No PODEMOS cazar


 

Aunque todavía conocemos muy poco acerca del programa de Podemos, hasta ahora lo único que ha trascendido es un borrador, que contiene algunas medidas económicas, que debe ser aprobado por la militancia, sí podemos barruntar , sin embargo, que los cazadores lo vamos a tener muy complicado si gobierna como pronostican todas las encuestas la formación de Pablo Iglesias.

Primero fue la prohibición de las corridas de toros en algunas plazas como la Monumental de Barcelona y ahora le toca el turno a otro tema muy espinoso que goza, además, de muy mala prensa y que se ha sometido a infinidad de debates: La caza. Caza, sí; caza, no. Defensores y detractores de una actividad ancestral como es la caza y que ahora está en el punto de mira de muchos colectivos que son partidarios de su prohibición.

Aunque se me ocurren muchas preguntas que formular, ahí van a vuelapluma algunas de ellas:

¿Qué persiguen estos grupos que se autodenominan ecologistas prohibiendo la caza? Sólo se me ocurre una cosa: Acabar con el maltrato animal.

Pero,¿ es la caza una forma de maltrato animal?. ¿Cuándo abatimos una perdiz, una codorniz o un tordo estamos, de verdad, maltratando al animal?. Yo, creo, sinceramente, que no.

En los mataderos donde se hacinan los animales: vacas, cerdos, gallinas o conejos,  que no han vivido nunca en libertad, en jaulas de apenas unos metros se matan para consumo humano miles  de estos animales todos los días. ¿Es esta una forma también de maltrato?. Sabemos, acaso,  cómo se hace el foie de pato?.

Esto nos llevaría a un debate ético-moral, que si ustedes están dispuestos podemos analizar en otra ocasión. Yo, creo, de verdad, que todos sabemos perfectamente cuando estamos maltratando un animal y contra el maltrato estamos todos. Y ante el menor atisbo de maltrato, hay que denunciar los hechos y aplicar todo el peso de la ley contra estos energúmenos, que se llaman cazadores.

 Una de las propuestas, que sí que se conocen y que recoge el partido animalista, una corriente dentro de Podemos es prohibir las carreras con galgos. Muchos de estos animales son sacrificados de forma espeluznante, cuando ya dejan de servir para la caza. Yo como cazador repudio y rechazo cualquier forma de maltrato animal. Y esta sí que lo es. Pero no podemos culpabilizar a todo el colectivo porque no sería justo porque me consta que muchos galgueros , la inmensa mayoría de ellos, rechazan absolutamente esta práctica abominable de acabar con la vida del animal,  ahorcándolo, tirándolo a un pozo o pegándole un tiro.

¿Qué consecuencias tendría la prohibición de la caza, por ejemplo, para el colectivo de agricultores, que tanto se quejan y con razón de los daños que provocan en la agricultura plagas como, por ejemplo, la del conejo?. Muchos municipios españoles han llegado a declarar  la emergencia cinegética para combatir la plaga de conejos, con escasos resultados, por cierto.

Digo conejos, como podría haber dicho jabalíes o zorros. La sobreabundancia de especies o sobrepoblación de fauna salvaje provoca innumerables y cuantiosos daños en la agricultura, arrasando cosechas y pastos, que suponen la ruina para muchos agricultores, que se ven abocados, ante la falta de ayudas, a abandonar sus campos y dejarlos yermos e improductivos que finalmente se convierten en masa forestal aumentado el riesgo de incendios.

¿Qué consecuencias tendría prohibir la caza para la economía de muchas regiones como Andalucía, Extremadura o Castilla La Mancha, donde la caza es el sustento para muchas familias, que viven gracias a esta actividad ancestral?. ¿Se han parado a pensar, el dinero extra que supone para estas familias, muchas de ellas en paro, el dinero que genera la caza?. Ojeos, caza en mano, tiradas de patos, de torcaz, de tordo, batidas, recechos, monterías. En de la organización de una cacería, ya sea de caza mayor o menor, interviene mucha gente.  Desde secretarios, cargadores, ojeadores hasta rehalas.

España es un destino turístico, no sólo de sol y playa. También cinegético. Franceses, italianos, rusos, portugueses y de otras partes del mundo, eligen España como principal destino cinegético por su gran riqueza y valor.

La caza mueve en España alrededor de 3.600 millones de euros y genera más de 50.000 puestos de trabajo.

Y para terminar y por no extenderme más, sólo espero y deseo, que antes de tomar una decisión, que podría ser irreversible y de catastróficas consecuencias se consulte al colectivo de cazadores y también, por supuesto, a los agricultores.

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