La falta de
lluvias durante la primavera ha sentado bien a las perdices y ha permitido que
muchas polladas salgan adelante. No es para lanzar las campanas al vuelo, pero
podemos ser moderadamente optimistas porque hacía tiempo que no se veían bandos
de 12 y 14 perdigones.
Lo que menos le
gusta a las perdices, sobre todo, cuando tienen pocas semanas de vida es
embarrarse. Si cogen barro en sus patas, se les seca, formándose una especie de
bola que les impide volar y mueren.
El otro día al
entrar a casa conté dentro de la propia finca un bando que llevaría una docena
de pollos. Seguramente se acercaron hasta aquí para beber agua del goteo, debido
al fuerte calor del mes de julio.
Gabriel Enguix, agricultor y cazador,
que está todo el día en el campo, cuando no es con el tractor es realizando
otro tipo de labores agrícolas, me
indicaba que donde tiene el almacén donde guarda la maquinaría hay un bando
completo con más de 20. "Todos los años crían aquí porque no se las
molesta. Vienen buscando el fresco de la huerta. Les gusta revolcarse, sobre
todo, cuando permudan"
Enguix afirma pletórico que este año ha
visto más perdices que nunca. "El año ha acompañado bien. Hay perdices que
son ya como codornices y apenas las distingues de las grandes. En la zona de la
Rambla, que hasta ahora no se veían, he contado varios bandos", señala.
En las orillas del
monte es donde más perdices se ven. Allí la perdiz se encuentra más protegida y
resguardada ante el peligro de las águilas, muy abundantes por esta zona. Y es
que la perdiz tienen muchos enemigos en el campo y sacar adelante a sus
polladas es toda una proeza.
La Sociedad de Cazadores L'Alforí ,como ya
hiciera el año pasado, retrasará la apertura de la veda hasta que los campos de
viña pierdan toda su hoja. De esta manera, la perdiz tiene más defensa.
Tendremos, pues, que esperar hasta el primer domingo de noviembre para ir
detrás de las patirrojas. El día 12 de octubre se podrá cazar solo en la sierra,
dejando los viñedos y los rastrojos para más adelante.