El otro día un amigo mío cazador, Álvaro, me comentó que estuvo de morralero acompañando a otro amigo suyo que estaba cazando en Alpera, en un coto de caza intensiva y vieron cinco liebres enfermas, con signos de mixomatosis.
Las liebres saltaron del encame ante la presión de perros y cazadores y aparentemente estaban sanas, pero cuando las abatieron se percataron de que estaban enfermas, con signos propios de la enfermedad, con los ojos hinchados y lagrimosos.
Alpera está a poco más de media hora en coche de Fontanars dels Alforins. No quiero ser alarmista, pero tenemos la enfermedad como se dice a la vuelta de la esquina.
Nada más enterarme de lo ocurrido se lo comenté a Sergio que es el presidente de la sociedad de cazadores de L'Alfori para saber si estaba al corriente de la situación y si habían pensado tomar algún tipo de medidas al respecto.
Me dijo que en la última asamblea se sometió a votación establecer un cupo a la liebre, como se hace con la perdiz y una amplia mayoría de los socios votó en contra de esta medida, con lo cual el número de capturas sigue siendo ilimitado.
Dado que es una decisión respaldada por una amplia mayoría de los socios y, por tanto, hay que respetarla como tal, si apelo a la conciencia de los cazadores para que respeten a la liebre y se lo piensen dos veces antes de apretar el gatillo.
Foto: Álvaro Torres |
Seguramente dejar de cazar estas especies temporalmente no sea la única solución, porque el descenso de la liebre y de otras especies se debe a innumerables factores.
En Fontanars dels Alforins, al menos que yo sepa, no se ha visto todavía ningún ejemplar enfermo, pero es preferible actuar antes de que entre la enfermedad, que está acabando con la liebre en muchas zonas de España como Extremadura, Castilla León, Castilla La Mancha, Baleares, Madrid, Murcia, País Vasco o Andalucía.
Esta enfermedad que hasta ahora solo afectaba a los conejos, después de que un médico francés, cansado de los daños que los lagomorfos provocaban en sus cultivos, inoculara el virus que se expandió rápidamente por todo el mundo, causando una gran mortandad de animales.
Ahora no se sabe muy bien cómo se ha transmitido el virus a la liebre, aunque según los investigadores de la Universidad de Oviedo, Francisco Parra y Kevin Dalton, se trata de un nuevo virus, con unas características genéticas particulares distinguibles de las del virus de los conejos y se está trabajando en una vacuna, aunque es pronto para valorar los resultados. Sea como fuere, la liebre no atraviesa por su mejor momento y es responsabilidad nuestra hacer lo que esté en nuestras manos para que la liebre se recupere y vuelva a darnos grandes satisfacciones a cazadores y galgueros.
Estos días se han celebrado unas jornadas por el grupo MIXOlepus para informar sobre los avances que se están produciendo en la investigación sobre la mixomatosis en la liebre y entre las conclusiones señala que los cazadores pueden cambiar el destino de la liebre y apuntan al papel fundamental de los cazadores, en materia de gestión y conservación, tras el brote de mixomatosis que está asolando la población de liebres en todo el territorio nacional.
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