Lo recoge este mismo periódico en su edición de hoy: “La parada de un mes y medio en la caza aumenta los daños en el campo”
Mientras el Gobierno sigue estudiando levantar las restricciones para la caza y la pesca, los agricultores siguen desesperados ante el daño que la fauna salvaje provoca en sus explotaciones agrícolas.
La proliferación de especies como jabalíes o conejos arrasan explotaciones enteras. Estamos en un momento muy peligroso del ciclo porque la mayoría de las plantas, como es el caso de la viña están en plena brotación.
La caza es el único método eficaz para controlar el aumento de la población de estas especies, que en el caso del jabalí no tiene depredadores naturales. El conejo es un animal muy reproductivo con varias camadas al año.
Hace tiempo que la Federación de Caza está luchando para que se levanten estas restricciones, que solo traen pérdidas al mundo rural.
La organización agraria Asaja cifró en 26 millones de euros las pérdidas que la fauna salvaje provoca en las explotaciones agrícolas. Estamos hablando de cifras referentes solo a la Comunidad Valenciana.
Una piara de jabalíes es capaz de arrasar campos enteros. He visto campos de pipas que daban auténtica pena. No solo ya por lo que comen sino por lo que estropean.
De ahí la importancia de que se reanude lo antes posible la actividad cinegética como la caza del conejo con hurón y las esperas nocturnas de jabalí.
Estos días de confinamiento se ha demostrado que tener la actividad cinegética paralizada conlleva cuantiosos daños en la agricultura.
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