martes, 27 de agosto de 2024
Perchas vacías el primer día de media veda
Se cumplieron los malos augurios. El primer día de la media veda en las poblaciones de la Vall d’Albaida y la Costera apenas se escucharon disparos. Los cazadores que madrugaron para buscar un buen puesto, algunos duermen en la barraca la noche antes para ser los primeros en llegar, regresaron con la percha vacía y con el maletín de cartuchos, lleno. La poca paloma que había unos días antes de que se abriera la veda desapareció después de que los pocos campos que había sembrados, fueran labrados por los agricultores con sus tractores.
Cada vez se siembra menos cereal y eso va en detrimento de la paloma torcaz y, en general, de todas las especies cinegéticas, como la perdiz.
La nula rentabilidad de las explotaciones agrícolas, especialmente del cereal, ha hecho que muchos agricultores prefieran tener sus campos yermos e improductivos antes que sembrar y perder más dinero.
No hace demasiados años en Fontanars se sembraba todo tipo de cereal: avena, trigo y cebada. Entre noviembre y diciembre, algunas veces algo más tarde, dependiendo de las lluvias del invierno, las sembradoras recorrían los campos de punta a punta y echaban la simiente. Se intercambiaban cultivos de cereal y oleaginosas, como las pipas de girasol, que tanto gustan a las palomas torcaces. El campo descansaba con la rotación de cultivos y los animales tenían comida suficiente.
Todo esto ya es historia y las palomas van donde tienen comida y agua. La comida natural se ha reemplazado en algunos cotos con cebaderos.
Las tormentas que hubo a primeros de agosto que dejaron algo de piedra, ahuyentaron las pocas palomas que había. La torcaz tiene pánico a las tormentas. Cuando el cielo se tiñe de gris y viene acompañado de rayos y truenos, las palomas desaparecen y abandonan hasta sus nidos.
Aquí a la paloma torcaz se le tiraba al paso. En otros lugares de España, la paloma torcaz se ha convertido en un ave sedentaria, no emigra y permanece durante todo el año. Es muy habitual verlas en los jardines de las ciudades, donde no se las molesta.
La paloma torcaz nos ha quitado el sueño a muchos cazadores. La de noches que he pasado sin pegar ojo, pensando en la mañana siguiente y soñando que me tocaba un buen puesto donde me iba a quedar sin cartuchos. Por desgracia, esto nunca ha ocurrido.
Es un ave que engaña. La vemos tan grande que pensamos que está más cerca de lo que creemos y erramos el tiro por detrás. Tiene una vista extraordinaria y al menor movimiento nos detecta. Es importante estar bien camuflado. Es un ave potente de envergadura y es conveniente utilizar un plomo de sexta y 34 gramos.
A la paloma, como a cualquier otra especie cinegética, si queremos abatirla, hay que correrle bien la mano. Normalmente, los tiros siempre se yerran por detrás.
Cuando estamos en el puesto y derribamos un pájaro, el pelotazo al tocar el suelo es espectacular. Después de la perdiz, es la especie de caza que más aficionados despierta en el mundo cinegético.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario