domingo, 1 de septiembre de 2013

Mal comienzo de veda


 

El comienzo de la media veda ha sido muy flujo y creo por lo que he podido hablar con compañeros cazadores que ha sido generalizado en toda España, sobre todo, en lo que se refiere a la codorniz.

Fran me puso en un cebadero que había preparado en la era, frecuentado, según me cuenta, por alguna que otra tórtola. El año pasado, la verdad, es que se dio muy bien y eso que no había el agua que hay ahora.

Coloco los cimbeles que llevaba y a esperar.

Ya en el puesto pasan los primeros torcaces, pero fuera de tiro. Al torcaz hay que tirarle cuando se le ve el collarín. Tirarles cuando van hablando con san Pedro como se dice coloquialmente es estropear la tirada y fastidiarle la mañana al compañero. Si hay, claro.

Al poco de estar pertrechado en el puesto entran las primeras tórtolas.  Algunas se paran en el árbol seco que hay junto al comedero. Son listas. Antes de tirarse a comer dotorean antes la zona. Consigo abatir una de un certero disparo.

Al rato un torcaz entra por la espalda. Lo dejo pasar y también lo abato. La mañana se presentaba buena.

A penas se oyen tiros. Los dos compañeros que había puesto Fran en otro comedero tampoco se explayan en tiros, diez o doce a lo sumo.

Levanto la vista y por mi izquierda entra una pareja de tórtolas como un rayo. Tiro a la primera de ellas y abato la que iba más rezagada. Curioso, verdad? De no haber entrado las dos tórtolas hubiese errado el tiro. Normalmente siempre que erramos un tiro lo hacemos porque nos quedamos por detrás. En este caso, además del vuelo rápido y zigzagueante de la tórtola hay que añadir el cansancio acumulado que nos hace estar lentos y no adelantamos suficientemente el tiro.

Llevaba ya casi dos horas en el puesto y ya no aguantaba más. Decido bajarme al barranco por si allí hubiera alguna paloma. Aunque el barranco lo toman más a mediodía cuando más aprieta el calor.

A penas había revuelo de pájaros. Tiro a uno que yerro y veo otro que sale a mi paso de una carrasca. A este no le pude tirar y menos mal porque tenía un pollo en el nido.

A pesar de que se ha retraso la apertura de la media veda una semana todavía hay torcaces que tienen pollos en el nido.

Dejo el barranco y me voy a la laguna. Tampoco en la laguna había torcaces y si vi algo más de revuelo, pero muy poco.

A pesar de recorrerme toda la laguna no conseguí dar tampoco con las codornices, aunque sin perro esto es tarea inútil, ya que para cazar la codorniz es preciso ir provisto de un buen perro que tenga buena nariz, ya que a la codorniz le gusta apeonar mucho y tarda en arrancar a no ser que la chafes.

Cansado, aburrido y con mucho sueño me arranca uno de dentro de la laguna. A este si le vi el collarín, pero él no vio los perdigones. Tiro trasero y a criar.

Sénia no me acompañó este viaje y la eché de menos.

La torcaz es un ave imprevisible, así que habrá que esperar mejor ocasión.

 

 

 

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