domingo, 3 de marzo de 2019

De hurones en La Gloria

Hoy he estado cazando en la finca La Gloria en el término de Villena. Me ha invitado su dueño Juan José.  Me ha sacado un permiso para que pueda ir todo el año.
A las 8,15 como un reloj estaba en la finca. Hemos hecho dos cuadrillas. Yo he cazado con Cristóbal, que llevaba los hurones y con Pedro. A la otra parte de la finca ha ido Santiago, padre e hijo con José.
El año pasado se mataron en esta finca más de 300 conejos con hurón.
Cuando nos acercábamos con el coche al cazadero hemos visto algunos conejos en las orillas de los campos que estaban comiendo, pero al menor ruido se meten en la madriguera.
Al principio hemos echado el hurón dentro de una mata grande con varias bocas. Yo he tenido a un par a tiro entre la hojarasca, pero he desistido apretar el gatillo al no ver al hurón. Prefiero dejarlos salir y tirar sobre seguro.
Al poco de ponernos en nuestros puestos oímos un murmullo de gente, un grupo de ciclistas   atraviesa la finca sin mediar palabra.
El cazadero es bueno y tiene mucha visibilidad. Me he puesto pegado a un camino junto a un campo de almendros. Arriba del ribazo se encontraba Pedro.  Así dominamos más campo de visión y dejamos menos opciones al conejo por donde escapar.


El primero lo he revolcado en el camino. El segundo lo he dejado pasar y lo he abatido a los pocos metros.
Tras esperar un buen rato a que saliera el hurón, hemos cambiado de sitio y nos hemos ido a unos campos de cereal muy próximos de dónde estábamos. Allí hemos abatido un par de conejos más cada uno.
Los ribazos están plagados de madrigueras. Cristóbal lleva unos bichos muy buenos. Hoy ha traído para cazar cuatro, aunque la más pequeña no la ha sacado.
Cristóbal me ha contado que a veces el conejo se queda encajonado dentro de la madriguera y el hurón con sus afiladas garras trata de sacarlo. Para defenderse el hurón orina, formándose en las patas de los hurones una especie de bola al contacto con el orín y la tierra, que le resta efectividad y ya puede el hurón en esforzarse en sacarlo, que lo va a tener muy difícil.
Pedro y yo hemos presenciado una anécdota graciosa cuando un gazapo ha salido de la madriguera perseguido por el hurón. Un lance propio de un podenco más que de un hurón.
Hay quien ve este tipo de caza poco edificante.
De un tiempo a esta parte veo a los agricultores excesivamente volcados en echar la culpa de sus males a los conejos y eso está propiciando que los cacemos a todas horas y con métodos cada vez más invasivos. El deseo de productividad en la agricultura moderna se ha disparado y, en muchas zonas, no se repara demasiado en los herbicidas ni en las fumigaciones masivas que se están llevando a cabo, tampoco en la eliminación de lindazos y perdidos, para que los animales críen menos. Parece que se está olvidando que la agricultura se desarrolla en el medio natural y no en un invernadero, por lo que pretender que ésta quede a salvo al cien por cien de sus criaturas es una aberración. En ese sentido, cazar conejos con hurón en esta época, con las crías aún pequeñas, en las madrigueras, no es muy edificante para la propia caza. Sería preferible y más selectivo hacer esperas en los sitios donde hacen daño, pero claro eso no quitaría tantos ejemplares como con este método
Entre los conejos que hemos abatido había uno con las orejas blancas. Los he visto de todos los colores: blancos, negros, rojizos, pardos ... pero confieso que con las orejas y el morro parcialmente blanco es el primero.
Lo mejor del día ha sido al llegar a la finca de Juan José. Allí nos esperaba una cabrito cocinado con ajos tiernos a la leña que estaba para morirse. Con razón se llama la finca La Gloria!

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