Desde el año 1975-76 la sociedad de cazadores de La Font de La Figuera organiza de forma ininterrumpida una cena del socio, donde el menú es el jabalí estofado. Cocinar el jabalí no es fácil. El adobo es fundamental para cocinarlo. Hay que hacerlo abundante y dejar la carne macerando mucho tiempo hasta con dos días de antelación porque si no su sabor resulta demasiado fuerte. Si se cocina bien es un manjar delicioso, como toda la carne de caza en general.
Los primeros años, como recuerda Ramón Torró, la cena se hacía en un local de la sociedad, propiedad de su padre, donde actualmente está el bar Central. La gente llevaba los cubiertos de casa y el pan debajo del brazo. "Si ese día se mataba un jabalí, por la noche se lo comían en el local. Se hacían tantas cenas como batidas", señala.
A lo largo de la temporada cinegética se celebran varias batidas en los montes de La Font para paliar los daños que el jabalí causa en la agricultura. Uno de estos ejemplares se reserva para esta noche épica donde la gran protagonista es la caza. Un sector maltratado últimamente por las asociaciones animalistas como PACMA que defienden la prohibición de la caza, con amenazas veladas hacia el sector y los cazadores.
Este año tocaba celebrarlo en el Bar Central. La encargada de cocinarlo ha sido Rosa. Cada año se realiza en un local diferente para que todos estén contentos. El año pasado tuvo lugar en La Font'da y hubo lleno absoluto. Entonces fue Marifé quien lo preparó.
La asistencia a esta cena es masiva y puede apuntarse todo el mundo que lo desee, sea o no cazador. Las autoridades locales están invitadas. Tanto del gobierno municipal como de la guardia civil.
Es de destacar y de agradecer, un año más, la presencia del alcalde Vicent Muñoz , y de la regidora de Agricultura y Medio Ambiente, Carmen Asensi, a la cena del pasado martes.
Frente a las posturas prohibicionistas que defienden algunos partidos y asociaciones ecologistas es muy importante que haya una buena colaboración entre el Ayuntamiento y la Sociedad de Cazadores a todos los niveles porque para el mundo rural la caza es un sustento básico y necesario, no solo desde el punto de vista económico y generador de riqueza, con más de 6.500 millones de euros y cerca de 200.000 empleos sino también para la conservación del medio ambiente y el equilibrio de las especies.
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