martes, 31 de octubre de 2023

Segundo día de temporada en la Patirroja

Viaje tranquilo, sin niebla y con poco tráfico. En el cd suena Neil Diamond, uno de mis cantantes favoritos de juventud. Al llegar a Barrax se atisban los primeros torcaces posados en los cables de la luz a la espera de llenar el buche. Bajo sus pies, un campo de maíz recién segado. Ayer llovió en el Bonillo y el campo es otro. En los caminos se ven algunos charcos. Se respira aire puro. Pura naturaleza. Sobre el cielo nublado vuelan los milanos con su imponente silueta. Cesáreo e Ignacio van por los caminos llenando los comederos. En las más de 14.000 hectáreas que tiene la finca hay repartidos 400 comederos y bebederos, además del trigo que se echa en los caminos. No es extraño que la perdiz esté fuerte. Hoy hemos cazado en el centro de la finca. Un terreno con monte bajo de carrascas y retamas con sembrados y almendros, bastante cómodo de cazar. Me ha acompañado Blaki. Ha estado algo más obediente que la última vez, pero sigue alargándose mucho. Ha cobrado un par de perdices de ala que de no ser por el perro no las hubiéramos cobrado, otra se le ha escapado cuando ya la tenía en la boca. Aún es joven y le falta experiencia.
Las temperaturas han bajado considerablemente. El termómetro marcaba 8 grados cuando he llegado a El Bonillo. Para esta semana y la que viene se prevén lluvias. Los agricultores aprovechan estas lluvias para sembrar sus campos. En la primera vuelta me he colgado seis perdices. He errado algunos tiros. Tras el taco, hemos emprendido de nuevo la cacería. Elías va marcando la mano. Las perdices mantienen la distancia y vuelan las largas. Hay que pegar muchas patadas por el monte para poderles tirar. Es una perdiz que apeona mucho y se las sabe todas. Lo regueros y los linderos son los sitios que más buscan las perdices. En el monte cerrado es difícil tirarles y tienes que estar muy rápido. Hemos visto pocos conejos, aunque el día prometía, pero al final de la mañana he conseguido abatir uno. El chorreo de perdices es constante. Se ven por todos sitios. Los bandos son grandes y cuando vuelan, lo hacen todas a la vez. Es difícil encontrar alguna rezagada. En la segunda vuelta me he colgado otras seis perdices y un conejo. He hecho mucho uso del segundo tiro. Llegando al coche he abatido un machorro con varios espolones. Le he hecho una foto porque estos bichos se ven pocos.

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