miércoles, 11 de diciembre de 2013

Otra buena jornada de caza


 

Nueva jornada de caza en el coto El Viso, en Pozo Cañada. El día no podía haber sido más propicio para la caza. El día amaneció nublado y con rachas de viento. Ideal para la perdiz.

Al incondicional Pepe Sala se sumaron en esta ocasión Pepe Tortosa y Filiberto.

Tampoco en esta ocasión me acompañó Sénia, que preferí dejarla en casa para que se recupere pronto de su lesión de cadera.

En su lugar, Moisés me dejó de nuevo a su perrita "Kattie", una preciosa braca de dos años que lo hace francamente bien y tiene muy buenos vientos. Es incansable, obediente, no necesita collar, bate muy bien el terreno, mantiene muy bien la muestra, para muy bien, pero le cuesta entrar a la leña.

Hay perros que no tienen miedo a entrar y otros, sin embargo, se lo piensan dos veces. Por lo demás, perfecta. De las seis perdices que abatí, cinco se las maté de muestra. Sólo doble una y erré otra.

La perrita entrega muy bien y no aprieta la caza. Para mí, eso es fundamental porque un perro con la boca muy fuerte destroza la caza y luego no se aprovecha y hay que tirarla.

Pepe Sala sufrió un pequeño accidente que, afortunadamente, quedó en un susto al perder el equilibrio y caer al suelo. Se hizo una pequeña raspadura en la frente, pero continuó cazando.

La densidad de perdices en la finca no es muy alta, así que para dar con ellas hay que patear bien el terreno. La perdiz soltada es muy querenciosa y suele repetir siempre los mismos hábitos.

Por lo que respecta al conejo, se ve mucho rastro de conejo, hay mucha fallega reciente (excrementos) y madrigueras, pero no vimos ninguno. Sólo al guarda que nos acompañaba, Miguel Ángel, le arrancó uno de los píes. Parece que estos animales sepan quién lleva escopeta y quién no.  Seguramente están encerrados en sus madrigueras. El terreno es propicio para el conejo con mucho romero y espartera, que les sirve de refugio, pero la neumonía hemorrágico vírica como en muchas otras partes de Castilla La Mancha ha causado estragos, llegando literalmente a desaparecer en algunas zonas en las que antes eran una verdadera plaga.

Como colofón a este día de caza y como no podía ser de otra forma, parada obligatoria es el Restaurante Valencia, en Almansa, donde nos esperaban unas suculentas alubias con perdiz.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario