jueves, 2 de enero de 2014

Acabaremos con lo poco que queda en la caza



Ayer día 1 de enero y primer día de año escuché varios disparos de escopeta por la mañana. A pesar de no haber caza se sigue cazando. Paradójico, verdad?. O estúpido? Ustedes mismos.

Los disparos no eran precisamente al tordo por lo avanzado de la mañana, aunque no puedo asegurar con exactitud a qué tipo de pieza estaban disparando, todo hace pensar que podría ser muy bien una perdiz.

Muchas sociedades de cazadores hace semanas que  decidieron cerrar la veda, poniendo fin a una de las peores campañas cinegéticas que se recuerdan en mucho tiempo.

La perdiz no cría si no se deja madre. Las pocas perdices que puedan abatirse ahora son menos pollos y menos bandos la temporada que viene. Pan para hoy y hambre para mañana que dice el refrán.

Otras especies como la paloma torcaz o el tordo no presentan problemas porque son aves migratorias y dependiendo del clima que haga en otras zonas nos visitarán o no. También la codorniz o la liebre que vienen de lejos a visitarnos no requieren el cuidado o el mimo que exige la reina por antonomasia de la caza menor. Pero la perdiz es cosa seria y reclama más atención.

Aquí parece que no hayamos tomado conciencia de la gravedad del problema porque preferimos salir al campo y acabar con lo poco que queda, que gestionar bien nuestros cotos de caza.

Un amigo mío también cazador se jactaba de haber matado con la cuadrilla cuatro perdices. Cuando me lo contaba en lugar de alegrarme que suele ser lo normal entre cazadores me dije a mi mismo en qué clase de personas no estábamos convirtiendo.

Mi concepto de la caza es totalmente distinto.

Comprendo perfectamente el punto de vista de aquellos  cazadores que están esperando todo el año para que comience la temporada y desean salir con sus perros detrás de las patirrojas.

Pero si somos realistas eso es tanto como tirar piedras sobre nuestro propio tejado. La perdiz no se regenera por arte de magia.

Fontanars ha sido un lugar donde ha abundado la caza menor, sobre todo, conejo, liebre y perdiz. Las condiciones:  orografía, terreno, hábitat son propicias para ello. Sin embargo, algo debemos estar haciendo mal y esa pregunta debemos de hacérnosla.

Esta mañana cuando he oído los tiros, lo primero que me ha venido a la cabeza es lo insensatos que a veces somos los cazadores cuando debemos de ser los primeros interesados en que haya caza.

Si nadie lo remedia la temporada se cerrará el próximo día 5 de enero. Queda, por tanto, una jornada más de caza. Pedir sensatez a estas alturas es una tontería, lo sé,  pero la vuelvo a pedir por el bien de la caza y de los cazadores.

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