Estos días
conocíamos la triste noticia de la muerte de un hombre por un disparo de
escopeta durante una batida. Los hechos ocurrían en un pequeño pueblo de
Girona.
La mayoría de
los accidentes mortales en la caza se producen en las batidas de jabalíes. Por
eso es muy importante extremar todas las precauciones y desde estas páginas no
nos cansaremos de repetirlo una y otra vez.
En este caso, el
compañero de puesto que, además, era amigo de la víctima disparó su rifle sin
divisar la pieza y le descerrajó un tiro en la ingle, que le provocó la muerte
al cortarle la arteria femoral.
La mayoría de
estos accidentes son imprudencias que se pueden evitar, a poco que seamos prudentes
y cautos.
Los puestos en
las batidas y en las monterías se organizan para que nadie se mueva de ellos.
De esta manera sabemos en todo momento donde se encuentra nuestro compañero de
puesto. Pero ocurre muchas veces que esto no es así, con el consiguiente
peligro que entraña.
De igual modo,
no debemos disparar nunca hasta que no veamos la pieza con claridad. En el accidente que reseñaba
más arriba, el cazador disparó sin ver al animal, y apretó el gatillo al ver
que se movían unas ramas de un arbusto.
Todos los años
se celebran en España multitud de batidas. Para muchas sociedades de cazadores,
que no tienen otros recursos es una forma de recaudar dinero y de abatir ejemplares,
que causan cuantiosos daños en la agricultura.
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