jueves, 2 de agosto de 2018

Cuenta atrás para la media veda


El próximo día 12 de agosto se abre la media veda en la Comunidad Valenciana. En algunas provincias como León se ha pedido aplazar el inicio de la media veda, previsto para el día 15, para evitar daños en los cultivos de invierno como  el trigo , la cebada o la avena, que llevan un retraso de un mes respecto a la campaña pasada. La práctica de la caza puede causar daños importantes, si los cazadores o los perros se adentran en las fincas con siembras que no han sido cosechadas. Desde la asociación agraria Asaja proponen que debería posponerse la apertura de la media veda en aquellas fincas donde no se haya cosechado, al menos, el 70% de las tierras sembradas para evitar daños en los cultivos.
En Fontanars también debería  posponerse, pero por diferente motivo. Los campos de pipas están todavía muy verdes- la siembra se ha retrasado por la falta de lluvias- y es, precisamente, a mediados de septiembre cuando la  pipa está más seca y entran más palomas a comer. Y, por otro lado, todavía hay muchos pollos en los nidos, incluso huevos.
Fontanars dels Alforins no es una zona especialmente palomera, a pesar de tener un hábitat excepcional para la caza de la paloma torcaz. Hay comida en abundancia, con siembras  de cereal y pinares donde poder sestear.
La orden de vedas de la Comunidad Valenciana señala como días hábiles de caza los jueves, sábados y domingos desde el 12 de agosto hasta el 9 de septiembre. Sin embargo, la Sociedad de Cazadores L'Alfori ha suprimido el sábado, permitiéndose la caza de la paloma en puestos fijos solo los jueves y domingos.
La paloma torcaz se ha hecho un ave cada vez más sedentaria en nuestro país.  Ya no emigran del centro y norte de Europa para pasar el invierno en zonas más cálidas, atravesando en grandes bandadas el Pirineo vasconavarro. Es frecuente verlas en parques, jardines y en grandes ciudades, donde no se las molesta. Se han acostumbrado tanto a la presencia del ser humano, que en nada se parece la torcaz que habita en la ciudad a la torcaz silvestre, que habita en encinares y alcornocales, tan esquiva y desconfiada como pocas aves.
Los amantes de la caza de la paloma torcaz, que son muchos en toda España, aprovechan las mañanas del mes de agosto, que son algo más frescas y nos dan un cierto respiro para buscar una buena zona de paso de torcaces donde hacerse la barraca.  Muchos cazadores duermen en el sitio la noche antes para que no se lo quiten. Aunque luego una tormenta de estas que arrecian en verano eche al traste todas nuestras ilusiones.
Poco importan los madrugones que nos pegamos o los kilómetros que recorremos en busca de una buena percha.
En la caza de la paloma torcaz tan importante es estar fino ese día con la escopeta como hacerse una buena barraca, lo más disimulada posible para que el animal no la extrañe y no te vea porque al mínimo movimiento que detecte cambia de rumbo y no entra a tiro. La torcaz tiene el sentido de la vista muy desarrollado y es capaz de divisarte a muchos metros de distancia. Los suficientes para dejarte con los dientes largos.
Los más exagerados no usan ni siquiera gafas de sol para que el reflejo del cristal no sea visto por la paloma, pues el solo destello puede delatarnos.
Cualquier precaución que tomemos es poca  para dar captura a esta bella ave, que hace las delicias de muchos cazadores.

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