El próximo día
12 de agosto se abre la media veda en la Comunidad Valenciana. En algunas
provincias como León se ha pedido aplazar el inicio de la media veda, previsto
para el día 15, para evitar daños en los cultivos de invierno como el trigo , la cebada o la avena, que llevan un
retraso de un mes respecto a la campaña pasada. La práctica de la caza puede
causar daños importantes, si los cazadores o los perros se adentran en las
fincas con siembras que no han sido cosechadas. Desde la asociación agraria Asaja
proponen que debería posponerse la apertura de la media veda en aquellas fincas
donde no se haya cosechado, al menos, el 70% de las tierras sembradas para
evitar daños en los cultivos.
En Fontanars también
debería posponerse, pero por diferente
motivo. Los campos de pipas están todavía muy verdes- la siembra se ha
retrasado por la falta de lluvias- y es, precisamente, a mediados de septiembre
cuando la pipa está más seca y entran
más palomas a comer. Y,
por otro lado, todavía hay muchos pollos en los nidos, incluso huevos.
Fontanars dels Alforins
no es una zona especialmente palomera, a pesar de tener un hábitat excepcional
para la caza de la paloma torcaz. Hay comida en abundancia, con siembras de cereal y pinares donde poder sestear.
La orden de
vedas de la Comunidad Valenciana señala como días hábiles de caza los jueves,
sábados y domingos desde el 12 de agosto hasta el 9 de septiembre. Sin embargo,
la Sociedad de Cazadores L'Alfori ha suprimido el sábado, permitiéndose la caza
de la paloma en puestos fijos solo los jueves y domingos.
La paloma torcaz
se ha hecho un ave cada vez más sedentaria en nuestro país. Ya no emigran del centro y norte de Europa
para pasar el invierno en zonas más cálidas, atravesando en grandes bandadas el
Pirineo vasconavarro. Es frecuente verlas en parques, jardines y en grandes
ciudades, donde no se las molesta. Se han acostumbrado tanto a la presencia del
ser humano, que en nada se parece la torcaz que habita en la ciudad a la torcaz
silvestre, que habita en encinares y alcornocales, tan esquiva y desconfiada
como pocas aves.
Los amantes de
la caza de la paloma torcaz, que son muchos en toda España, aprovechan las
mañanas del mes de agosto, que son algo más frescas y nos dan un cierto respiro
para buscar una buena zona de paso de torcaces donde hacerse la barraca. Muchos cazadores duermen en el sitio la noche
antes para que no se lo quiten. Aunque luego una tormenta de estas que arrecian
en verano eche al traste todas nuestras ilusiones.
Poco importan
los madrugones que nos pegamos o los kilómetros que recorremos en busca de una
buena percha.
En la caza de la
paloma torcaz tan importante es estar fino ese día con la escopeta como hacerse
una buena barraca, lo más disimulada posible para que el animal no la extrañe y
no te vea porque al mínimo movimiento que detecte cambia de rumbo y no entra a
tiro. La torcaz tiene el sentido de la vista muy desarrollado y es capaz de
divisarte a muchos metros de distancia. Los suficientes para dejarte con los
dientes largos.
Los más
exagerados no usan ni siquiera gafas de sol para que el reflejo del cristal no
sea visto por la paloma, pues el solo destello puede delatarnos.
Cualquier precaución
que tomemos es poca para dar captura a
esta bella ave, que hace las delicias de muchos cazadores.
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