El próximo día 12 de octubre se abre la veda general en toda España. La Comunidad de Castilla La Mancha es la más madrugadora de todas, ya que se abre unos días antes. En concreto, el día 8.
Así que a nosotros nos tocará esperar unos días para poder colgarnos la escopeta al hombro.
Por lo que respecta a la temporada cinegética se presenta bastante bien en cuanto a la especie reina por antonomasia: la perdiz. La primavera y el verano han acompañado y ha criado bien. Se ven bandos bastante completos, teniendo en cuenta que esta zona sufrió un fuerte pedrisco el pasado 27 de julio que asoló gran parte del término. A pesar de este percance climatológico, las perspectivas son buenas para la patirroja. Así que a priori se prevé una buena temporada. Veremos al final en que quedan los buenos augurios y los buenos deseos.
Punto y a parte es el conejo. La plaga se ha extendido a gran parte de la comarca de la Vall d’Albaida. Poblaciones como Ontinyent, Pobla del Duc o Albaida son las más castigadas por los daños que causa el conejo en la agricultura.
Tal es la gravedad, que 16 municipios de la comarca se encuentran en situación de emergencia cinegética. Otras zonas de España están en la misma situación es el caso de Andalucía, Navarra o La Rioja, por poner sólo unos ejemplos.
La caza del conejo en estas zonas está prácticamente abierta durante todo el año, tanto con perro como con escopeta, si bien lo más efectivo es la caza con hurón debido a que este tipo de conejo que no tiene nada que ver con el autóctono permanece mucho tiempo en la madriguera – sólo sale para comer- y la única manera de poder darle caza es con el hurón.
Este tipo de lagomorfo que algunos especialistas han calificado de hibrido es inmune a las enfermedades como la mixomatosis o la hemorrágico vírica. Es muy reproductivo y prolifera en terrenos blandos donde es fácil escarbar y hay comida en abundancia.
Algunos desalmados del dinero fácil aprovechan internet para anunciar en sus páginas anuncios del tipo “infectamos sus cotos de conejos”. Estos hechos han sido ya denunciados tanto por las asociaciones agrarias como por las propias sociedades de cazadores y han sido puestos en conocimiento de la Guardia Civil.
Los daños que ha provocado en cultivos como el cereal, la vid o los frutales son muy cuantiosos y se habla incluso de cifras millonarias. Agricultores, cazadores y administración tratan de buscar una solución para mitigar en lo posible estos daños, sin que hasta el momento se hayan puesto de acuerdo.
Confiemos que este acuerdo llegue lo antes posible para que los agricultores no vean perdidas sus cosechas un año sí y otro también y la cohabitación entre agricultores y cazadores sea una realidad porque como en los matrimonios mal avenidos ambos se necesitan y están condenados a entenderse.
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